Regreso a la Luna
La NASA pospone al viernes el lanzamiento de la misión Artemis 1 por problemas técnicos
El despegue estaba previsto para hoy entre las 14.33 y las 16.33, pero un fallo en el motor ha postergado nuevamente un programa que lleva aplazándose desde 2016
Al final no fue la meteorología, sino un problema técnico lo que frustró el lanzamiento. Contra pronóstico, y cuando ya casi todo el mundo lo daba por hecho, la NASA ha anunciado pocos minutos antes de que se abriera la ventana de lanzamiento (fijada entre las 14.33 y las 16.33 de este lunes) que el despegue de la misión Artemis 1, la primera del programa espacial con el que la Agencia volverá a la Luna tras casi 50 años, tendrá que esperar finalmente al próximo viernes. El 2 de septiembre y, posteriormente, el 5, eran las dos fechas alternativas que la NASA había marcado en rojo en caso de suspensión del vuelo.
Según ha detallado la Administración en su cuenta de Twitter, la decisión se ha visto motivada después de que los equipos detectaran un «problema de sangrado del motor» sobre el que, tras recabar todos los datos necesarios, ofrecerán más detalles próximamente.
Nuevos objetivos
Con el lanzamiento del cohete Space Launch System (SLS), la agencia espacial estadounidense dará comienzo oficialmente al programa Artemis, heredero del Apolo (ambos dioses son hermanos en la mitología griega) y mucho más ambicioso que su predecesor en cuanto a metas.
La primera misión, Artemis 1, servirá como prueba piloto y su función será la de orbitar la Luna y comprobar las capacidades tanto del cohete (con casi 100 metros de altura y el más potente construido hasta la fecha) como de la cápsula Orion antes de pasar a la segunda misión, que a diferencia de su antecesora ya estará tripulada.
El viaje, que durará entre 39 y 42 días y cubrirá una distancia de 2,1 millones de kilómetros, será por tanto la antesala de Artemis 2 (prevista para 2024 y que permitirá a los astronautas volar por la Luna con control manual aunque sin llegar a aterrizar) y Artemis 3 (fijada actualmente para 2025 y que supondrá el primer alunizaje desde 1972).
En conjunto, la gran meta del programa es establecer una presencia sostenida de la humanidad en suelo lunar mediante la instalación de bases y, a largo plazo (la duración del programa es de al menos 10 años), llegar incluso a desarrollar una economía en el satélite. Todo ello servirá, según los esquemas de la Agencia, como un ensayo crucial para una eventual colonización de Marte en un futuro mucho más lejano.
El regreso de la NASA a la Luna se produce 49 años y 10 meses después de que la misión Apolo 17 diera por concluida la campaña de exploración lunar impulsada en la década de 1960 por el presidente John Fitzgerald Kennedy en el marco de la carrera espacial con la Unión Soviética. Pese a que Rusia logró enviar un artefacto antes (Luna 1, 1959), el bloque norteamericano fue el único que consiguió llevar astronautas a la superficie satelital, algo que hizo un total de seis veces a lo largo de varias misiones.
Desde entonces, solo China e India han seguido apostando por la investigación lunar con la puesta en marcha de los programas Chandrayaan y Chang’e (que en 2019 logró llegar por primera vez a la cara oculta del satélite), respectivamente. Por su parte, también Rusia ha anunciado su intención de retomar el programa soviético Luna, aunque se ha visto obligada a posponer su reanudación en varias ocasiones.
Como suele ocurrir con este tipo de misiones, la postergación es algo que también ha sufrido el Artemis, cuyo lanzamiento estaba previsto en un primer momento para 2016 y que se vio retrasado hasta en al menos 16 ocasiones por distintos motivos (problemas técnicos, sobrecostos, límites presupuestarios fijados por el Gobierno federal…). Una conjura que, una vez más, ha vuelto finalmente a repetirse este lunes.