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Representación de la sonda Euclid

Representación de la sonda EuclidAgencia Espacial Europea

Ciencia

Cuenta atrás para Euclid, la misión que descifrará los secretos del universo oscuro

La nueva misión de la Agencia Espacial Europea será lanzada en los primeros días de julio

Apenas dos meses y medio después de lanzar la misión Juice a Júpiter, la Agencia Espacial Europea (ESA) inicia la cuenta atrás para su próximo reto: Euclid.

Sin una fecha de lanzamiento todavía fijada, pero que en cualquier caso tendrá lugar con seguridad en los primeros días de julio, esta sonda investigará durante seis años la naturaleza de la materia y de la energía oscura, los cambios en la expansión del universo o si es completa nuestra compresión de la gravedad. Para ello, creará «el mayor y más preciso» mapa en 3D del universo y observará más de mil millones de galaxias a una distancia de hasta 10.000 millones de años luz, en más de un tercio del cosmos observable.

La nave espacial, con participación española y con una altura de 4,7 metros, está equipada con un telescopio de 1,2 metros de diámetro y dos instrumentos científicos, una cámara de longitud de onda visible y un espectrómetro y fotómetro de infrarrojo cercano.

Todo ello servirá para escudriñar el universo oscuro, un gran desconocido para la comunidad científica. El examen de los miles de millones de galaxias se hará con una nitidez y sensibilidad sin precedentes, lo que proporcionará una vasta base de datos abierta.

En el universo la materia normal es la que integra los planetas, galaxias o estrellas y representa un 5 %; el resto está en forma de energía oscura (alrededor del 70 % del cosmos) y materia oscura (25 %), componentes distintos que la cosmología aún trata de explicar.

La materia oscura, cuya existencia se descubrió hace más de medio siglo, no emite luz pero ejerce atracción gravitatoria. Esta es fundamental para entender la forma en que el universo se agrupa, desde las grandes estructuras de vacíos y supercúmulos de galaxias a la propia forma de las galaxias como la nuestra, la Vía Láctea.

La energía oscura es diferente. Según los cosmólogos, esta produciría la expansión acelerada del universo contrarrestando la fuerza de la gravedad, y precisamente Euclid, en la que participan 14 países europeos, además de Canadá, Japón y Estados Unidos, va a estudiarla. Esta es una de las preguntas importantes de la cosmología moderna.

En un principio se creía que esta expansión era producto del Big Bang con que se originó todo el universo; se aceptaba que en algún momento esa expansión acabaría frenada por el efecto contrario de la fuerza de la gravedad que liga entre sí la materia, pero no es así.

Ahora, la comunidad científica defiende que existe algo que de alguna forma crea cada vez más espacio entre las galaxias y esto es la energía oscura. Produciría la expansión acelerada del universo pero no se conoce ni su fuente, ni su física, ni cómo funciona.

Euclid, con un coste de 1.400 millones de euros, está diseñada, por tanto, para ofrecer nuevos datos del lado oscuro del universo, concretamente de la materia y energía oscuras, pilares fundamentales del llamado modelo estándar de cosmología.

Para eso hará un mapa tridimensional del universo (siendo el tiempo la tercera dimensión), que detallará la forma, la posición y la distancia de galaxias situadas a una distancia de hasta 10 000 millones de años luz, explicó este jueves durante la presentación de la misión Guadalupe Cañas, investigadora en la ESA.

La nave espacial utilizará dos antenas para enviar diariamente sus datos, la de Cebrero en Ávila y la de Malargüe en Argentina. Estos se procesarán en hasta nueve centros y finalmente se archivarán en la sede madrileña de la ESA.

Para acceder a ellos no habrá que esperar al final de la misión, sino que cada año se irán haciendo públicos los obtenidos hasta ese momento, según detalló Guillermo Buenadicha, coordinador de Operaciones Científicas de Euclid, para quien uno de los grandes retos de esta misión es el gran volumen de datos y su procesado, «nada sencillo».

La nave está diseñada para operar seis años, pero con la posibilidad de extender la misión otros cuatro. El mapa completo estará listo en ese primer período de años. Y después, ¿qué?

Xavier Dupac, científico de operaciones de Euclid, señaló por su parte que esto aún está por determinar. Se podría, por ejemplo, ampliar la observación del 35 al 45 % del universo o volver a mirar las mejores zonas para mejorar los datos.

La órbita de Euclid se situará en torno a un punto conocido como punto de Lagrange 2 (L2), a una distancia media de 1,5 millones de kilómetros de la Tierra (donde también se encuentran los telescopios Gaia y James Webb).

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