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Javier Pérez Castells es catedrático de Química Orgánica y Farmacéutica

Javier Pérez Castells es catedrático de Química Orgánica y FarmacéuticaCEU

Embriones humanos sin óvulos ni espermatozoides

Javier P. Castells, sobre los embriones sintéticos: «No sabemos exactamente qué es lo que se está haciendo»

«Puede que se produzca una intervención de los legisladores que obliguen a detener este tipo de investigaciones mientras no se sepa más para concluir si se debe continuar o no. Los Comités de Ética pueden y deben pronunciarse»

Estupor, prudencia y dudas. Así ha reaccionado un sector de la comunidad científica tras el terremoto causado este jueves, cuando trascendió que científicos de la Universidad de Cambridge y del Instituto Tecnológico de California habían generado embriones humanos sin óvulo ni espermatozoides.

Este grupo de investigadores habría desarrollado dichos embriones humanos de manera sintética y sirviéndose de células madre, lo que les ha permitido prescindir de los elementos biológicos esenciales para su creación.

La noticia supone una continuación al ya anterior descubrimiento que supuso la creación en un laboratorio de un modelo de embriones sintéticos de ratón. Ahora, se ha logrado reproducir fuera del útero un tipo de embriones modelo, similares a los que se encuentran en las primeras fases del desarrollo humano (blastocisto).

Aunque los científicos implicados, que dieron a conocer su avance durante la reunión anual de la Sociedad Internacional de Investigación sobre Células Madre en Boston, Estados Unidos, entienden que dicho hallazgo puede aportar respuestas a la hora de investigar, por ejemplo, trastornos genéticos, el anuncio llega envuelto en un mar de interrogantes y no pocas sospechas de problemas éticos y morales. Para ello, El Debate se ha puesto en contacto con el científico Javier Pérez Castells, catedrático de Química Orgánica en San Pablo CEU.

Es sorprendente que haya sido admitido este experimento por el correspondiente Comité de ÉticaJavier P. CastellsCatedrático de Química Orgánica San Pablo CEU

–¿Qué sensación y qué opinión le deja la noticia?

–Sorpresa y preocupación. Conocía hasta el momento experimentos de este tipo en ratones y otras especies. Es sorprendente que haya sido admitido este experimento por el correspondiente Comité de Ética. Se está trabajando sobre algo que no tiene ninguna cobertura legal para bien o para mal y que no sabemos exactamente qué estamos haciendo.

¿Clonación?

–¿Qué consecuencias puede traer, con la escasa información de la que disponemos?

–El problema es que ahora mismo no creo que nadie sepa qué es lo que han creado. El núcleo de esta investigación es que han reprogramado unas células embrionarias que en principio podrían ir desarrollando todo lo que es un embrión: desde la placenta hasta los órganos del futuro ser humano. Los investigadores han dejado claro que eso no es un embrión como tal. En los experimentos con ratones se vio que sí pudieron desarrollar algo que podría ser parecido a un cerebro o a un corazón pero que después, al intentar implantarlos en un útero, no han sido viables. Ahora el quid está en que no sabemos qué estamos haciendo, porque si se tratara de un verdadero embrión podríamos hablar de un principio de clonación, una copia genética.

Si solo desarrollamos un tejido con algunas de esas características, desconocemos lo que se ha creado, por tanto, sospecho que no se ha hecho una reflexión ética necesaria para dar este paso. Además, no existe cobertura legal ya que a nadie se le ha ocurrido legislarlo. El limbo en el que nos encontramos estriba en no saber si hemos manipulado vida humana o, en cambio, estamos ante un descubrimiento interesante si entendemos que no se ha creado un ser humano.

Para lograr un supuesto bien, lo que no se puede hacer es incurrir en un mal mucho mayorJavier P. CastellsCatedrático de Química Orgánica San Pablo CEU

–Para los que estamos fuera del mundo científico, ¿cómo se puede dar luz verde a este tipo de situaciones sin una legislación clara?

–Porque no hay una ética consensuada sobre ello. Se habla de que se puede lograr un avance, por ejemplo, en el tema de los abortos espontáneos y sus causas, así como otro tipo de afecciones en la reproducción. Pero hay una cuestión previa: para lograr un supuesto bien, lo que no se puede hacer es incurrir en un mal mucho mayor, aunque aún no sabemos si es el caso al no gozar de información suficiente. Pero la discusión ética ha de ser previa y no se ha hecho. Hay intereses por patrocinar el progreso, pero conviene no correr. Hay mucho que pensar y discutir.

–¿En qué tejado queda ahora la pelota?

–Si se tratara de un tejido procedente de células madre reprogramadas que no es considerado aún embrión humano, puede tener una vertiente positiva para evitar que se sigan utilizando verdaderos embriones humanos para la investigación, porque ahora tenemos ya disponibles este tipo de tejidos. Lo que ocurre es que falta información y es tan desconocido que es complicado saberlo.

En primer lugar, respecto a esta investigación, puede que se produzca una intervención de los legisladores que obliguen a detener este tipo de investigaciones mientras no se sepa más para concluir si se debe continuar con la investigación o no. Los Comités de Ética Internacional pueden y deben pronunciarse.

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