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La líder de Sumar, Yolanda Díaz

La líder de Sumar, Yolanda Díaz, interviene en un acto del partido el pasado sábadoEFE

¿Están las élites tecnológicas planeando huir del mundo, como dice Yolanda Díaz?

La vicepresidenta tercera en funciones sorprendió el pasado sábado con unas declaraciones en las que se mostraba vacilante. ¿A qué se refería?

Dubitativa, Yolanda Díaz dejaba este sábado un momento que sorprendía a los medios de comunicación y a los oyentes. Mientras intervenía en un acto de su partido, Sumar, para actualizar su ideario, la dirigente peroraba textualmente lo siguiente:

«Estaba leyendo reflexiones en torno, y en el grupo ahora también de coordinadores lo hablábamos, de reflexiones en torno a las élites tecnológicas. Y es curioso cómo nos señalan que son conscientes, esas personas inmensamente ricas, son conscientes y cito palabras literales, que nos vamos al carajo, y como nos vamos al carajo, ellos y ellas lo que están haciendo es diseñar un plan B, y el plan B tiene que ser para ellos y para ellas muy restringido, muy pequeño, pero fundamentalmente basado en huir del mundo para protegerse ellos y ellas solas. Es el mundo de los cohetes para escapar de la Tierra, es el mundo del metaverso, hablábamos ahora con los coordinadores y coordinadoras del metaverso, o es también el mundo de sus mansiones-fortaleza, por ejemplo, en Nueva Zelanda. Es el mundo que no queremos».

Díaz, que pronunciaba estas palabras para defender las políticas públicas ecologistas y poner como ejemplo la gestión del actual Gobierno, no explicó en qué se basaba para aludir a los supuestos planes de huida a los que se refería. Pero, a falta de más explicaciones, todo hace pensar que su fuente era el testimonio del escritor marxista Douglas Rushkoff, que acaba de publicar en España su último ensayo, titulado La supervivencia de los más ricos: Fantasías escapistas de los milmillonarios tecnológicos.

El libro narra un encuentro real que mantuvo Rushkoff con cinco multimillonarios en un complejo turístico del desierto californiano en 2017. Rushkoff, considerado uno de los 10 pensadores más influyentes del mundo por el Instituto Tecnológico de Massachusetts, acudió al lugar después de que lo invitaran para dar una conferencia sobre el futuro de la tecnología. Pero cuando llegó, descubrió que lo que querían sus misteriosos anfitriones era que les ayudara a sobrevivir a lo que describían como «el evento», el hipotético punto de inflexión –una guerra nuclear, una pandemia, una tormenta solar...– que marque el colapso de la humanidad.

Rushkoff no revela explícitamente el nombre de los cinco superricos, aunque sí que puntualiza que no alcanzan el nivel adquisitivo de magnates como Elon Musk o Jeff Bezos. También que pertenecen al ámbito de la inversión tecnológica y los fondos de cobertura. Y en cuanto a los planes de emergencia por los que le preguntan, sus estrategias se centran únicamente en búnkeres y fortalezas.

El autor, eso sí, escribe lo siguiente: «Siguiendo el ejemplo del fundador de Tesla, Elon Musk, que pretendía colonizar Marte; de Peter Thiel, de Palantir, que aspiraba a revertir el proceso de envejecimiento, o de los desarrolladores de inteligencia artificial Sam Altman y Ray Kurzwell, que se habían propuesto cargar sus mentes en superordenadores, ellos se preparaban para un futuro digital que no tenía tanto que ver con hacer del mundo un lugar mejor como con trascender por completo la condición humana». Thiel, de hecho, planeaba efectivamente construir una fortaleza de uso personal en Nueva Zelanda, aunque en 2022 su proyecto fue rechazado por el gobierno local debido al impacto medioambiental que podría causar.

En paralelo, la sinopsis del libro reza:

«Rushkoff llegó a la conclusión de que estos hombres estaban bajo la influencia de 'la Mentalidad' ('The Mindset'), una certeza al estilo de Silicon Valley de que ellos y su cohorte pueden romper las leyes de la física, la economía y la moral para escapar de un desastre de su propia creación, siempre y cuando tengan suficiente dinero y la tecnología adecuada. Rushkoff rastrea los orígenes de la Mentalidad en la ciencia y la tecnología hasta su expresión actual en las misiones a Marte, los búnkeres insulares, el futurismo de la inteligencia artificial y el metaverso».

El autor, muy crítico con la actitud egoísta y oscura de los superricos y su desconexión con la realidad, explica en el libro «por qué quienes tienen más poder para cambiar nuestra trayectoria actual no tienen interés en hacerlo». Y propone, en paralelo, «trascender el paisaje creado por la Mentalidad y redescubrir la comunidad, la ayuda mutua y la interdependencia humana».

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