El Gobierno gasta 242.000 euros en estudiar la personalidad de los pingüinos «ante el cambio climático»
Una investigación dirigida por la agencia estatal CSIC se ha desplazado a la Antártida para conocer cómo reaccionan estos animales ante las transformaciones ambientales
Un estudio dirigido por el CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), es decir, la agencia estatal adscrita al Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, para conocer la personalidad de los pingüinos, habría tenido un coste de 242.000 euros de dinero público.
Así, miembros del CSIC se han desplazado hasta la Antártida para realizar una investigación sobre este hecho concreto: el síndrome de personalidad que sufren estos animales con el cambio climático y la acción humana, según ha avanzado The Objective.
La campaña ya desarrolló una fuerte polémica en el momento de anunciarse, básicamente entre aquellos usuarios de las redes sociales que entendían que ni los pingüinos ni ningún animal posee personalidad, rasgo distintivo y propio de las personas.
La investigación forma parte del proyecto Perpantar que lidera la agencia estatal y que pretende entender y conocer el comportamiento de varias colonias de pingüinos ante los cambios ambientales que, según los expertos, están provocando tanto el cambio climático como la actividad humana.
El CSIC lo justifica así
Ante la polémica levantada por dicho gasto, el programa Cuatro al día ha entrevistado a la investigadora del CSIC Asun de los Ríos, que lo ha defendido así: «Hay que invertir en ciencia».
«Todos los proyectos de investigación necesitan un dinero. Si queremos que la investigación la podamos utilizar, hay que invertir en ciencia, si no invertimos en ciencia no podemos luego utilizarla para lo que la necesitamos. Por lo tanto, hace falta dinero para investigar», declaró la investigadora.
Rasgos de conducta
El proyecto Perpantar, dirigido por el biólogo e investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Andrés Barbosa, está dirigido a conocer las consecuencias ecológicas y evolutivas «de la personalidad de los pingüinos y sus respuestas ante el cambio climático».
En una entrevista a EFE, Barbosa pedía «no pensar en personalidad en términos humanos», sino en aquella característica que permita identificar los rasgos de conducta que son consistentes en el tiempo, en diferentes contextos y que difieren entre los individuos de la misma especie.
El equipo, del que han formado parte el Instituto de Salud Carlos III y las Universidades de Alcalá, Murcia y Oxford, ha trabajado principalmente con pingüinos barbijo en la base antártica Gabriel de Castilla, en la Isla Decepción.