El Gobierno presenta el anteproyecto de Ley de Grandes Simio para prohibir que se experimente con ellos
Desde 1997, la ciencia incluye a los grandes simios en la familia de los Homínidos, junto a los humanos y sus ancestros extinguidos
El Ministerio de Derechos Sociales ha sacado este jueves a consulta pública previa el anteproyecto de Ley de Grandes Simios, un texto no articulado por el momento que prohibirá, entre otras cosas, los experimentos con estos animales. La iniciativa, según ha publicado Europa Press, ha empezado a tramitarse con más de seis meses de retraso, ya que la Ley de Bienestar Animal exigía al Gobierno tener un plan tras su entrada en vigor.
La norma tiene el objetivo de establecer la prohibición expresa de experimentación o investigación cuando ello pueda producirles daños y no redunde en su beneficio. Asimismo, persigue el establecimiento de unas condiciones «muy rigurosas», siempre en ambientes óptimos para su desarrollo, para su tenencia o custodia, en todo caso con propósito de conservación. Además, establecerá la prohibición de su utilización con fines comerciales o en cualquier tipo de espectáculos que menoscaben su dignidad.
Asimismo, planteará impulsar la inclusión en el ordenamiento jurídico de los compromisos adquiridos por España con la firma de la Declaración de Kinshasa y el trabajo decidido junto al PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente) en el marco del GRAPS (Alianza para la Supervivencia de los Grandes Simios), en el que participan algunos países europeos como Italia, Francia, Reino Unido y los países del área de distribución de los grandes simios.
En este sentido, el ministerio ha abierto consulta este miércoles 17 de abril y la cerrará el 31 de julio.
Según argumenta Derechos Sociales, a partir de 1997, la ciencia incluye a los grandes simios en la familia de los Homínidos, junto a los humanos y sus ancestros extinguidos. «Esta decisión, aceptada por toda la comunidad científica, resulta de gran importancia, ya que pone a estos seres al mismo nivel que nuestros antepasados, los homo erectus, homo habilis, australopithecus, etc.», explica.
También apunta que la ciencia también ha demostrado que los grandes simios «no son solo seres sintientes», sino que disponen de capacidades cognitivas como el aprendizaje, la comunicación o al razonamiento complejo que les acercan a las de los seres humanos. Además, en un plano superior al de otros mamíferos, los grandes simios parecen estar «dotados de autoconciencia y de intencionalidad en la toma de decisiones», asegura el ministerio.
De hecho señala que comparten los 15 atributos que en su día el bioético Joseph Fletcher estableció para definir la personalidad humana: inteligencia mínima, autoconciencia, autocontrol, sentido del tiempo, sentido del futuro, sentido del pasado, capacidad para relacionarse con otros congéneres, preocupación y cuidado por otros individuos, comunicación, control de la existencia, curiosidad, cambio y capacidad para el cambio, equilibrio de razón y sentimientos, idiosincrasia y actividad del neocórtex.
Así pues, sentencia, tanto por su condición «de seres sintientes como por su proximidad genética a nuestra especie y su alto grado de evolución», se hace necesaria «una protección especial» para este grupo de grandes primates. Esta protección debe pasar por establecer «una ley marco de protección específica» e instrumentar «otras disposiciones legales concretas para erradicar determinadas prácticas que atentan contra la vida, la integridad física, la dignidad y la supervivencia de los grandes simios», afirma.
Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en 2022 ha vuelto a aumentar en España, como ya lo hizo en 2021, el número de usos de primates para investigación, muchos de los cuales, prácticamente la mitad (43 %), son reutilizaciones. Concretamente, en 2022 se contabilizaron 703 usos realizados con primates, de los que 306 fueron reutilizaciones.
Se trata de ensayos para productos biotecnológicos o con enfermedades humanas de las que solo hay equivalencia con primates (como ejemplo, el tratamiento para la hemofilia humana y solo hay equivalente en el primate; tratamiento con un antimicrobiano utilizado en inmunoterapia y solo el primate es bioequivalente al humano; anticuerpo monoclonal para el tratamiento de la osteoporosis humana y solo hay equivalencia en el primate).
A partir del 10 de noviembre de 2022 no se pueden utilizar primates que no sean descendientes de primates criados en cautividad (generación F2) o que procedan de colonias autosostenidas, para evitar la angustia de su captura de la naturaleza y transporte posterior, según recuerda el Ministerio de Agricultura.
Un 11 % de los primates usados en 2022 procedían de África, siendo un origen minoritario respecto a los procedentes de Asia, y los de Europa son de una mínima proporción.