Las mariposas se electrizan para atraer polen sin tocar las flores
El estudio involucró a 269 mariposas y polillas de 11 especies, nativas de cinco continentes y que habitan en múltiples nichos ecológicos diferentes
Las mariposas y las polillas acumulan tanta electricidad estática durante el vuelo que pueden servirse de la misma para arrastrar los granos de polen de las flores a través de huecos de aire de incluso centímetros. El hallazgo, publicado en el Journal of the Royal Society Interface, sugiere que esto probablemente aumenta su eficiencia y eficacia como polinizadores.
El equipo autor, de la Universidad de Bristol también observó que la cantidad de electricidad estática transportada por mariposas y polillas varía entre diferentes especies, y que estas variaciones se correlacionan con diferencias en su ecología, como si visitan flores, son de un entorno tropical o vuelan durante el día o la noche.
Esta es la primera evidencia que propone que la cantidad de electricidad estática que acumula un animal es un rasgo que puede ser adaptativo y, por lo tanto, la evolución puede actuar sobre él mediante la selección natural.
El autor principal, el doctor Sam England, de la Facultad de Ciencias Biológicas de Bristol, aseguró en un comunicado que ha recogido Europa Press que ya sabían que muchas especies de animales acumulan «electricidad estática mientras vuelan», muy probablemente «a través de la fricción con el aire». Además, comentó que estudiaron la posibilidad de que esta electricidad estática mejorase la capacidad de los animales que visitan las flores, «como las abejas y los colibríes, para polinizar, al atraer el polen mediante la atracción electrostática»
Sin embargo, aseveró, no conocían si esta idea se aplicaba a una gama más amplia de polinizadores igualmente importantes, como las mariposas y las polillas. Por lo tanto, quisieron probar esta idea y ver si estos dos tipos de insectos también acumulan carga y, de ser así, «si esta carga es suficiente para atraer el polen de las flores hacia sus cuerpos».
Su estudio involucró a 269 mariposas y polillas de 11 especies, nativas de cinco continentes y que habitan en múltiples nichos ecológicos diferentes. Luego pudieron compararlas entre sí y ver si estos factores ecológicos se correlacionaban con su carga, estableciendo si la carga estática es un rasgo sobre el que la evolución puede actuar.
Así, el doctor England agregó que a día de hoy están desarrollando «una imagen más clara» de cómo la influencia de la electricidad estática en la polinización puede ser muy poderosa y generalizada.
En este sentido, informó en el comunicado que al establecer la carga electrostática como un rasgo sobre el que la evolución puede actuar, se abren «muchas preguntas sobre cómo y por qué la selección natural puede hacer que los animales se beneficien o sufran por la cantidad de electricidad estática que acumulan».
En términos de aplicaciones prácticas, este estudio abre la puerta a la posibilidad de que las tecnologías aumenten artificialmente las cargas electrostáticas de los polinizadores o del polen, con el fin de mejorar las tasas de polinización en entornos naturales y agrícolas.
El doctor England concluyó: «Hemos descubierto que las mariposas y las polillas acumulan tanta electricidad estática cuando vuelan, que el polen es literalmente arrastrado por el aire hacia ellas cuando se acercan a una flor. Esto significa que ni siquiera necesitan tocar las flores para polinizarlas, lo que las convierte en muy buenas en su trabajo como polinizadores».