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17 de septiembre de 2024

Salsa es uno de los cuatro satélites de la misión Cluster, lanzada en 2000 para comprender mejor la magnetosfera

Salsa es uno de los cuatro satélites de la misión Cluster, lanzada en 2000 para comprender mejor la magnetosferaAFP

La ESA procede a desintegrar un satélite sobre una zona deshabitada al sur del océano Pacífico

La gestión de estos satélites al final de su vida útil es parte de un esfuerzo más amplio para hacer frente al creciente problema de los residuos espaciales

Este domingo, el satélite europeo Salsa se desintegra al entrar en la atmósfera terrestre, tras 24 años de servicio. La operación está controlada por la Agencia Espacial Europea (ESA) y se ha programado para que ocurra sobre una zona deshabitada en el sur del océano Pacífico. Esta maniobra forma parte de un innovador esfuerzo para gestionar y supervisar la creciente acumulación de basura espacial.

Bruno Sousa, director de operaciones de la misión Cluster, de la cual Salsa es parte junto con otros tres satélites (Rumba, Samba y Tango), explicó en un comunicado de la ESA que en enero de 2024 se ajustó la órbita de Salsa. Este ajuste fue crucial para garantizar una reentrada controlada. El objetivo era asegurarse de que el satélite descendiera desde una altitud de entre 110 y 80 kilómetros, lo que permitiría un mayor control sobre el lugar donde comenzaría a ser capturado por la atmósfera y, eventualmente, se quemaría.

El proceso de ajuste permitió predecir con precisión tanto el momento como el lugar exacto de la desintegración, sin necesidad de realizar más maniobras posteriores. Este tipo de operación es esencial para minimizar los riesgos asociados a los satélites desactivados que, de no ser gestionados adecuadamente, pueden convertirse en una fuente significativa de desechos espaciales.

Aunque los expertos están convencidos de que ningún fragmento del satélite caerá cerca de tierra firme en el Pacífico, reconocen que aún tienen un conocimiento limitado sobre el comportamiento de los satélites cuando atraviesan las capas más bajas de la atmósfera durante su desintegración. Por este motivo, la ESA ha decidido monitorear de cerca el evento, utilizando un avión que volará a gran altura para observar y recopilar datos sobre el fenómeno. Estos datos serán valiosos para mejorar las predicciones y maniobras futuras, no solo para la reentrada de satélites, sino también para otros objetos espaciales.

La misión Cluster, de la cual Salsa forma parte, tiene como objetivo estudiar la magnetosfera terrestre, el campo magnético que protege al planeta de la radiación solar y el viento solar. Los otros tres satélites de la misión, Rumba, Samba y Tango, continúan en órbita y se espera que sus operaciones concluyan entre 2025 y 2026, cuando también serán desorbitados y reentrarán en la atmósfera de manera similar.

La gestión de estos satélites al final de su vida útil es parte de un esfuerzo más amplio para hacer frente al creciente problema de los residuos espaciales. Con el aumento exponencial de lanzamientos de satélites a diversas órbitas, el riesgo de colisiones y la proliferación de basura espacial se han convertido en una preocupación central para la comunidad espacial. A medida que más satélites lleguen al final de su vida operativa, estas técnicas de desorbitación controlada serán fundamentales para garantizar la seguridad tanto en el espacio como en la Tierra.

La misión de Salsa y sus satélites compañeros no solo ha proporcionado datos valiosos sobre la magnetosfera, sino que también contribuye al avance del conocimiento en torno a la gestión de residuos espaciales, un tema cada vez más relevante.

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