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West Side Story se estrena en los cines este miércoles 22 de diciembre

'West Side Story' se estrena en los cines este miércoles 22 de diciembre20th Century Studios

Crítica de cine

'West Side Story': un excelente reencuentro con la partitura de Leonard Bernstein

Steven Spielberg estrena otra obra maestra, esta vez de un género inédito en su filmografía

Los musicales que quieren reflejar los movimientos sociales, estéticos y culturales de su época suelen ser grandes éxitos en el momento de su estreno, pero envejecen mal con el paso del tiempo. Les pasó –por citar algún ejemplo– a Jesucristo Superstar, a Grease, y en cierto modo, a West Side Story. La partitura y las coreografías serán siempre maravillosas. Y un espectador que tuviera quince años en 1961, cuando se estrenó la película, o en 1957, cuando se estrenó el musical en Broadway, hoy, con casi ochenta años, disfrutará de nuevo con ella, por sus componentes biográfico y nostálgico. Pero un chico que tenga actualmente quince años no va a durar viendo la película más de diez minutos. Y es lo normal, y nada dice en menoscabo de la calidad del musical, y sí dice mucho de los cambios históricos y generacionales. 

Otros musicales, como por ejemplo Sonrisas y lágrimas, al tratarse de una película de época, rodada en 1965 pero ambientada en los treinta, envejece mucho mejor, porque no está hipotecada a la moda del momento que la vio nacer. En cambio West Side Story nos habla de una juventud que aún no había vivido la época sangrienta de la Guerra del Vietnam, ni había conocido los asesinatos de Luther King, Kennedy o Malcom X, y estaba lejos de protagonizar el 68 con sus revueltas y revolución sexual, o los movimientos sociales de liberación más radicales. 

Por estas cosas y muchas más, los planteamientos juveniles de West Side Story resultan en extremo ingenuos para un joven millennial. Pero Steven Spielberg, inteligentemente, lejos de traer al presente el argumento, lo ha dejado en los cincuenta, y ha estrenado por tanto, una película de época, lo cual genera en el espectador una expectativa mucho más favorable.

Otra cosa bien distinta que se pregunta mucha gente es si era necesario volver a rodar ese musical, considerado el segundo mejor musical de la historia del cine. Personalmente yo pienso que necesario no era, pero que le ha permitido a Spielberg estrenar otra obra maestra, en este caso de un género inédito en su filmografía.

Las diferencias entre las dos versiones de 'West Side Story'

¿Cómo es esta nueva adaptación del drama shakesperiano de Romeo y Julieta? ¿Qué novedades presenta respecto a la película del 61? Partiendo de que la partitura de Leonard Bernstein está intacta –exceptuando la obertura y la música del antiguo Intermedio, ambas eliminadas– lo que cambia es el planteamiento de puesta en escena. En primer lugar, las localizaciones –que varían en muchos casos– son mucho más cinematográficas que en la versión del 61, no se notan los platós ni los decorados, algo que era obvio en algunas escenas de la primera. 

Por otra parte, el vestuario es mucho más realista en las secuencias que lo requieren, y derrochan color en ciertas coreografías. El maquillaje deja atrás a los inverosímiles puertorriqueños de la primera versión, al contar ahora con latinos reales, que no necesitan oscurecer su piel para parecerlo. Entre los personajes cambia el dueño del bar, sustituido ahora por una mujer, interpretada por Rita Moreno, en homenaje a su presencia en la primera versión en el papel de Anita. Por su parte, el personaje sexualmente ambiguo de Anybodys tiene menos presencia en la película de Spielberg, que no se mete en camisas de once varas con cuestiones de género.

El reparto de 'West Side Story'

Pasemos al reparto. Un excelente reparto de desconocidos, excepto el ya consagrado Ansel Elgort –en el papel de Tony–. Rachel Zegler debuta a lo grande haciendo de María y se convierte en una joven promesa de Hollywood. Aunque no tiene la belleza glamourosa clásica de Natalie Wood, Zegler es luminosa y transpira autenticidad. El elenco coral es magnífico, tanto en voces y en baile como en interpretación, aunque ciertamente las voces de la película del 61 son inmejorables.

En definitiva, Spielberg consigue que su capricho de hacer esta película se culmine con éxito y excelentes calidades. Ahora tiene que conquistar a un público joven que generalmente ha tenido pereza de ver el clásico. Con esta película, Spielberg se lo ha puesto un poco más fácil. Tenga sentido o no esta aventura, estamos ante una gran película que, sin embargo, tiene todas las papeletas para ser ninguneada en las categorías importantes de los Oscar. Y es que Spielberg resulta demasiado conservador para los radicales aires de Hollywood.

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