Entrevista
Eduardo Verástegui, productor de Sound of Freedom: «El mal triunfa cuando la gente buena se queda callada»
El productor, actor y candidato a la presidencia de México conversa con El Debate sobre Sound of Freedom, la película que denuncia la trata y los abusos sexuales a niños y se estrena este miércoles en los cines de España
Eduardo Verástegui (México, 1974) ha trabajado intensamente durante ocho años, junto al director Alejandro Monteverde, para obrar el milagro de sacar adelante Sound of Freedom, la película que denuncia, con valentía, la trata de menores y los abusos sexuales a niños. Después de su éxito de taquilla en Estados Unidos, Sound of Freedom se estrena este miércoles 11 de octubre en los cines españoles. El actor y productor Eduardo Verástegui comparte con El Debate el duro camino que ha recorrido en este tiempo y todos los obstáculos que ha logrado superar.
–¿Por qué se ha perseguido a una película como Sound of Freedom que denuncia la trata y abuso sexual de niños?
–Por un lado, lo veo como una buena señal. Hace poco alguien me decía: «Preocúpate si a tu película no la estuvieran persiguiendo porque el tipo de cine que están haciendo ustedes es diferente». Estamos denunciando una terrible realidad que está sucediendo ahora, no hace 100 o 300 años. Hay más esclavitud ahora que cuando la esclavitud era legal. Y muchos de esos esclavos son niños. El problema es real y global, principalmente entre Estados Unidos y México.
Estados Unidos es el consumidor número uno de sexo con niños, de pornografía infantil y de droga. Y México, por su cercanía, es el proveedor número uno de las tres. Hay un problema tremendo. Yo como mexicano que ha vivido en Estados Unidos, me dije: «¿qué puedo hacer yo ante este crimen?». Solo el tema de la trata produce 150.000 millones de dólares al año. Puede parecer que no se puede hacer nada. Y eso es lo que quieren ellos que tú creas para que te quedes callado. El mal triunfa cuando la gente buena se queda callada. Y cuando la gente buena se queda callada, ya no es gente buena porque es parte del problema.
Uno tiene que entender que el silencio estimula al pedófilo, al perverso, al verdugo, al criminal, al bandido, al violento. Tienes dos opciones: quedarte callado o voltear hacia el otro lado y hacer algo sabiendo que hay consecuencias. Las dos tienen consecuencias. Si te quedas callado, el mal avanza. Te quedas callado y al rato vienen por ti. Porque si yo no lucho por tu libertad, estoy condenado a perder la mía. Si yo no lucho por tu libertad, mañana vienen a por mí.
Tocamos intereses. Les tumbamos el negocio. Participemos en un proyecto que tenga el potencial de detonar un movimiento. Y las consecuencias pueden ser desde la A a la Z. No van a dejar que esta película salga en los cines, te pueden incluso hasta matar... Ha ocurrido en el pasado. Gente que tenía la intención de denunciar a alguien o involucrarse en un proyecto de denuncia ante ese tema que ya no están aquí con nosotros. Estoy feliz de la vida, porque incluso esta persecución ha ayudado muchísimo a la película.
–¿Cómo vivió la época en que parecía que nadie quería la película?
–Te lo puedo decir ahora. En un principio me ponía triste, me entraba ansiedad pensar «¿por qué no sale esta película?». Sabía que era difícil, pero no pensé que fuera a serlo tanto. Después de cuatro años de tener la película ya terminada, nos decían que no iba a funcionar, que no iba a ser un buen negocio. Nos decían que no y a veces nos ignoraban completamente. Ante estas negativas tienes dos caminos: o te rindes o llamas a tus inversores. Gracias a mis hermanos, por creer en este proyecto, pero ya hice todo lo que está en mis manos y no hay manera. ¿Qué se les ocurre? Llegamos a plantearnos si sacarla gratis en Facebook, YouTube o Twitter para que la viera todo el mundo. Pero cuando de salvar vidas se trata, no te puedes rendir.
Empecé una gira contra la trata en México, donde llamé a casi todos los gobernadores y les dije: «Señores, a mí no me importa si ustedes son de izquierda, de centro, de derecha, arriba o abajo. Aquí estamos hablando de salvar niños y México es el proveedor número uno de Estados Unidos. 57 niños desaparecen cada día en México, 20.000 al año. Eso es muy grave. Lo que quiero de ustedes es algo muy sencillo: que ustedes sean los anfitriones de una presentación de Sound of Freedom en su estado, que invitemos a la prensa y a los líderes de diferentes sectores de la sociedad, llenemos las salas, presentemos la película, después firmemos un convenio delante de todos, donde hacemos un compromiso para erradicar la trata infantil en su estado».
La gran mayoría me dijeron que sí y los que no pudieron asistir, por lo menos no lo impidieron. Mientras yo hacía esa gira, por otro lado seguía tocando puertas, hasta que finalmente llegó Angel Studios, la distribuidora más pequeñita de Estados Unidos en ese momento. Ahora ya no. Firmé con ellos. Parece que fue hace años, pero fue este año. Firmamos en abril con ellos. La persecución siguió. Nos fue increíble ganarle a Indiana Jones en su cancha. Sin piso parejo, porque ellos tenían 2.000 salas más que nosotros, Disney más dinero que nosotros... Ganarle a Misión Imposible... Eso sí que era imposible. Y ganamos gracias en su mayor parte a la prensa hispana, que nos dio muchísimo espacio en Estados Unidos. A Alejandro Sanz, que nos ayudó muchísimo, no solo con el vídeo, sino con él mismo llamando a medio mundo. Luis Fonsi, Mel Gibson... muchísima gente que se involucró antes del éxito. Y después del éxito, más todavía. Hay gente que me ha dicho «fui a ver la película porque leí el artículo y la destrozaron. Y dije: 'a ver, voy a verla yo'». Gracias a ese artículo negativo, que me mandó gente al cine. Todo junto en una licuadora es igual a éxito.
–«Los niños de Dios no están en venta», nos recuerda Sound of Freedom. ¿Ha tenido alguna experiencia de fe con la película?
–Esta película ha sido una universidad con doble doctorado. Han sido ocho años como si nos mandaran a la mejor universidad del mundo, porque como cineastas independientes nos tocó hacer de todo. Hasta lo que no sabíamos hacer, nos tocó aprenderlo y hacerlo. Y todo empezó cuando conocí a este grupo de expertos en el rescate de niños en Los Ángeles, California. Alejandro estaba escribiendo un guion de ficción de otra historia, pero con la misma temática. Cuando Alejandro los conoció, borró todo lo que estaba haciendo. Dijo: «esto es más interesante». Eran cuatro historias, una en Haití y tres en Colombia. Lo que hizo fue agarrar elementos de todas.
–Sound of Freedom trata una realidad horrible como los abusos sexuales a los niños con mucha sensibilidad para el espectador...
–Mucha gente me dice «¿pero es real todo?». Si te cuento la realidad, no podrías verla. Es una ficción, pero al revés. En lugar de engrandecer las cosas, más bien fue bajar el volumen para que se pueda ver porque si no, no hay manera de que puedas ver una película sobre lo que nos estaba contando Tim (Ballard). Hay que equilibrar para poder contar una historia que pueda ver todo el mundo. Y ahí es donde entra el genio de Alejandro (Monteverde) y todo el equipo. Ese baile entre la música de Navarrete, la mirada de Jim Caviezel y la iluminación te van llevando a esta poesía emotiva llena de dolor pero también de esperanza. La idea es que al final te vayas con un sonido de esperanza en tu corazón. Sound of Freedom se traduce a un sonido de esperanza con la esperanza de que te conviertas en un embajador de la libertad. Y logrando eso, formas un ejército, un movimiento más bien conformado por un ejército de gente que dice «los niños de Dios no están a la venta». Por eso vamos a hacer lo que esté en nuestras manos para rescatarlos, para salvarlos. Y sueño con ese día donde ya no tengamos que rescatar a nadie porque ya no haya nadie a quien rescatar.
–¿Hay hipocresía en Hollywood, que se vuelca con lazos y campañas por causas mucho menos importantes que los derechos de los niños?
–Pues sí, porque mira, no puedo generalizar y decir que todo Hollywood piense de una manera, porque dentro de Hollywood hay gente también muy valiosa, muy buena, que quiere hacer el bien. Lo que sí es cierto es que dentro de Hollywood, la cúpula, los tomadores de decisiones, en un 90%, sí están alineados y no estaban entonces interesados en apoyar un proyecto diseñado para salvar niños y proteger a salvar niños y a proteger a los niños, eso es un hecho. ¿Por qué? Habrá que preguntarles. Seguramente porque mucha gente dentro de Hollywood, como también dentro del sector político a nivel global, dentro del sector religioso, dentro del sector empresarial, dentro del sector del entretenimiento y dentro de las familias, en algunas, porque también ahí sucede este crimen. Hay mucha gente dentro de todos los sectores involucrados en el crimen. Obviamente, Hollywood no es la excepción.
Seguramente hay mucha gente dentro de Hollywood que está involucrada en este crimen que no quieren que algo como esto salga a la luz por miedo. Y al mismo tiempo, mientras no quieren que salgan, siguen avanzando con su agenda de querer legalizar la pedofilia, sexualizar a los niños del contenido que produce Disney. Casi todo lleva a una agenda tremenda de cómo sexualizar a los niños mientras Sound of Freedom busca rescatar a los niños. Ellos buscan sexualizar a los niños, buscan normalizar lo que no es normal para que después pase a ser una ley. Muchos países han tratado de legalizar la pedofilia. Entonces viene esta película y les pega a todos y les tumba su castillito de arena y se enojan. Y por eso también la persecución, porque tienen cómo hacerla, tienen el dinero, tienen los medios, tienen el poder. Pero estamos listos para dar guerra.