¿Cuánto adelgazaron los dos héroes de ‘La sociedad de la nieve’?

Fue una gesta. Escalaron una montaña gigantesca, que uno de ellos rebautizó como Monte Seler en honor de su padre una vez que llegó a la cima, situada a 4.667 metros de altura. Y después la bajaron y se adentraron en una aventura por territorios inhóspitos que los condujo hasta la civilización y la salvación. Sus nombres son Nando Parrado —hijo de Seler— y Roberto Canessa. Son los héroes de «La sociedad de la nieve», el fraternal grupo que se formó en la cordillera de los Andes tras el accidente de un Fairchild FH-227 el 15 de octubre de 1972. En ese periplo se dejaron la salud, llegaron extenuados y reducidos a su mínima expresión corporal: adelgazaron mucho más de lo saludable.

Nando Parrado, hijo de Seler, sufrió una conmoción cerebral severa tras el accidente, en el que falleció su madre. Su hermana lo hizo poco después. Y, a partir de ese momento, su determinación fue llegar a Chile. El resto de los supervivientes consiguieron retenerlo durante semanas, pero tras la muerte de Numa Turcatti —que asume el rol protagonista de La sociedad de la nieve— ya no hubo quien lo detuviese.

Salieron un 12 de diciembre, tras mes y medio de preparación y logística. Fueron Nando Parrado, Roberto Canessa y Antonio Vizintín, que fue el que portó a sus espaldas el mayor peso. Tras la montaña esperaban divisar Chile, pero al alcanzar la cima comprobaron que no era así. Así que decidieron que Vizintín regresaba al fuselaje y entregase sus raciones de comida. «Mira, Músculo. Ves al oeste. ¿Ves aquellas dos montañas que parecen dos tetitas? Allá no hay nieve», le dijo Parrado a Canessa. Y hacia allá fueron. El 21 de diciembre, 38 kilómetros después, se encontraron al arriero chileno Sergio Catalán: estaban salvados. Sus compañeros fueron rescatados los días 22 y 23 de diciembre, o sea, 72 días después del accidente.

¿Cuánto peso se dejaron para sobrevivir? En una conferencia reciente, dentro del ciclo «Charlas Motivacionales Latinoamérica», Canessa cuenta que pasó de los 80 a los 50 kilos. Es decir, se dejó 30. En esa misma intervención, relata que no le costó nada recuperar ese peso: «Engordaba un kilo por día. Primero era como una manzanita redonda toda lustrosa, de la grasa que recuperaba. Iba en bici a la facultad para ganar músculo». En marzo ya estaba jugando al exigente rubgy.

Hace dos años, en una entrevista concedida con motivo del medio siglo de la tragedia, Nando Parrado contó a Euronews que perdió 45 kilos en la montaña. «Creo que solo Roberto y yo sabemos lo que es llegar al auténtico límite, porque ya no había fuerza física. Yo perdí 45 kilos, me pesaba la piel, el pelo, los zapatos… Pero no podíamos parar».

Esa misma cantidad de kilos se dejó en el Valle de las Lágrimas otro de los supervivientes, Coche Inciarte. En su libro Memorias de los Andes, relata que cuando el avión se estrelló pesaba 90 kilos. Tras 71 días en los Andes, bajó hasta los citados 45. En unos pocos días en Santiago de Chile, antes de volver a Montevideo, ya había recuperado diez.