‘La sociedad de la nieve’  Así ha sido la vida de los 16 que sobrevivieron en los Andes

Volvieron de la muerte. Fueron 16 los que sobrevivieron al accidente de avión en Los Andes, ese que cuenta tan bien Bayona en La sociedad de la nieve, gran favorita para los Goya y que aspira a dos premios Oscar mientras sigue arrasando en Netflix. ¿Cómo fueron sus vidas desde entonces? Buena parte de los datos los extraemos de los libros La sociedad de la nieve, de Pablo Vierci, y Milagro en los Andes, de Nando Parrado.

Moncho Sabella (Montevideo, 1951)

Empresario de éxito, aunque también con algún traspié. Durante años no habló de la tragedia, por respeto a los fallecidos en el accidente; desde hace un tiempo da hasta conferencias. Fue uno de los más activos a la hora de crear la Fundación Viven.

Roberto Canessa (Montevideo, 1953)

Es cardiólogo, centrado especialmente en la atención infantil. Como a él lo dieron por muerto y estaba vivo, nunca da un caso por perdido. En su casa, donde la puerta siempre está abierta, vive gente de la calle a la que ayuda. Fracasó cuando en 1994 se presentó a las elecciones presidenciales uruguayas. Se casó con Laura, su novia en el momento del accidente, y tuvieron tres hijos. Junto a Pablo Verci, escribió un libro conmovedor, Tenía que sobrevivir (2016) en el que se mezcla su supervivencia en los Andes con sus logros en el ámbito de la medicina.

Nando Parrado (Montevideo, 1949)

Uno de los dos héroes que completaron la caminata fue piloto profesional de automovilismo, mundillo en el que conoció a su mujer, Veronique, con quien tuvo dos hijas. Es propietario de varias productoras televisivas y ejerció también como presentador. Autor de uno de los mejores libros sobre el asunto, Milagro en los Andes (2006), imparte conferencias sobre superación personal.

Eduardo Strauch (Montevideo, 1947)

Arquitecto, tiene uno de los estudios más acreditados de Uruguay. Padre de cinco hijos con Laura. Ha dado numerosas charlas y conferencias sobre el milagro de los Andes, pero para ello tuvieron que pasar más de treinta años. En 2005, un montañista mexicano obsesionado con la tragedia encontró la cazadora que había perdido en el accidente –en cuyos bolsillos estaba su pasaporte, su cédula de identidad, si billetera y su carné de conducir— y, a pocos metros, sus Ray-Ban, sin cristales. Ha publicado su biografía, Desde el silencio (2012). También es pintor y escultor.

Adolfo Strauch (Montevideo, 1948)

Estudiaba Ingeniería Agrónoma cuando el accidente, al que acudió persuadido por su primo Eduardo Strauch. Muy creyente, atribuye el rescate a la mediación divina. Se casó con Paula, con la que tuvo cuatro hijos. Reside en el campo, donde explota una granja de ganado de su propiedad.

Daniel Fernández (Montevideo, 1946)

Otro que se casó con la novia que tenía en el momento del accidente, Amalia, con quien tuvo tres hijos. Es ingeniero agrónomo. Ejerció como profesor universitario.

Alfredo Delgado (Montevideo, 1947)

Licenciado en Derecho, Pancho Delgado se convirtió después en un notario de prestigio. Susana era su novia en el momento del accidente y siempre sintió que seguía con vida. Ha sido su compañera de vida, y con ella ha tenido cuatro hijos. Acude a las reuniones de los supervivientes, pero es de los que se encuentra menos a gusto hablando del accidente.

Antonio Vizintín (Montevideo, 1953)

Durante muchos años fue el promotor de las reuniones semanales de supervivientes, que se celebraban en su casa. Presidió la Unión de Rubgy de Uruguay. Se ha ganado la vida como empresario. Con su mujer Graciela, fallecida en 1992, tuvo dos hijos; su actual esposa es Josefina.

Bobby François (Montevideo, 1951)

Técnico y productor agropecuario, siempre ha trabajado en el rancho que heredó de su familia. Tuvo cinco hijos con su mujer Graciana.

Roy Harley (Montevideo, 1952)

Este ingeniero industrial mecánico ha trabajado en grandes empresas de pinturas. Es dueño, junto a sus hermanos, de una empresa de mantenimiento de zonas verdes. Tuvo tres hijos con Cecilia, cuñada de Roberto Canessa. En 2016 empezó a dar charlas motivacionales. Gran deportista, juega al rugby con los veteranos y corre maratones.

Carlos Páez (Montevideo, 1953)

Técnico agropecuario, dejó el campo tras diez años de trabajo. Desde entonces ha ejercido como publicista, empresario de la comunicación y conferenciante. Estuvo enganchando durante años al alcohol y a las drogas, pero se rehabilitó en 1992 y no ha recaído. Ha escrito tres libros: Después del día diez (2003), Mi segunda cordillera (2011) y Desde la cordillera del alma (2014). Es padre de dos hijos.

Pedro Algorta (Montevideo, 1951)

Fue el que, en un primer momento, más se alejó físicamente de los supervivientes: se fue a vivir a Buenos Aires, donde acabó un grado en Economía. Después hizo un máster en la Universidad de Stanford, en Estados Unidos. Empresario, ha trabajado en varias grandes empresas. Tiene tres hijos. Vive en Uruguay. Publicó un libro sobre su experiencia, Las montañas siguen allí.

Javier Methol (Montevideo, 1935)

Javier era ejecutivo en la fábrica de cigarrillos de la familia Abal en el momento del accidente. Después trabajó toda la vida en ese sector tabaquero. Su mujer Liliana falleció en el alud del Valle de las Lágrimas. Se volvió a casar después. Tuvo un total de ocho hijos. Falleció a causa de un cáncer en 2015 con 79 años.

Gustavo Zerbino (Montevideo, 1953)

En 1980 fundó el que hoy es uno de los grandes laboratorios farmacéuticos de Uruguay. Tiene seis hijos. Fue presidente del equipo Old Christians y de la Unión de Rubgy de Uruguay. Ofrece charlas motivacionales.

Álvaro Mangino (Montevideo, 1953)

Ha tenido diferentes empresas. Se casó con Margarita, que ya era su novia cuando el accidente, y tuvo cuatro hijos. En su cuello luce una cadena con un crucifijo de plata: es la misma que llevaba en la montaña.

José Luis Inciarte (Montevideo, 1948)

José Luis Coche Inciarte se casó con su novia de antes de la montaña, Soledad, y tuvo tres hijos. Ingeniero agrónomo, dirigió empresas y la principal cooperativa de lácteos de Uruguay. Después lo dejó todo para pintar y dar conferencias sobre su experiencia en el Valle de las lágrimas —escribió un libro sobre ella en 2017, Memorias de los Andes: 45 años después—. Falleció el pasado julio, a los 75 años.