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Chicote, sorprendida con el enfrentamiento entre "La Chicota" y Pablo

Chicote, sorprendido con el enfrentamiento entre «Chicota» y PabloLa Sexta

‘Batalla de restaurantes’

Cuando Chicote encontró a Chicota

La dueña de una sidrería de Gijón estalla contra sus compañeros de duelo para sorpresa del chef de Carabanchel

Fue Chicote quien nos la presentó, antes incluso de que la viésemos: «Es tan crítica que, por lo visto, la llaman La Chicota. Agárrate». Sí, agárrate. Más bien se tuvieron que agarrar sus compañeros en la Batalla de restaurantes. Porque buena es ella, Rocío Barrio, para más señas dueña de Sidrería Casa Carmen, en Gijón, que fue el escenario del duelo a cuatro de este jueves.

El local de La Chicota compitió con La Tonada de la Guía, propiedad de Pablo Buei; Gastrochigre, del que es cocinero y copropietario Jorge Fernández; y La Montera Picona, cuyo dueño es Emilio Rubio. En juego, 10.000 euros y un diploma de ganador del duelo gijonés de Batalla de restaurantes.

Rocío Barrio, que hace 22 años llegó a España procedente de Argentina, ha aprendido en este tiempo a desarrollar un curioso «don» —así lo calificó— culinario: «Mirando el embutido ya sé si está bueno o no». Lo puso en práctica en La Montera Picona, que fue la primera parada de la batalla de marras. La siguiente fue ya su negocio, donde Pablo se quejó justamente del embutido, en concreto del chorizo. No gustó la fabada que presentó, pero Rocío se guardaba un as en la manga para impresionar a los comensales: su cachopo de 50 x 30 centímetros. Pero fracasó: «El interior no me ha sabido a nada», «está crudo» y «el queso está sin fundor» fue escuchando, sucesivamente, de boca de sus rivales. Ahí Rocío estalló: «Ellos vienen a jugar, quieren el premio de los 10.000 euros. Que se lo lleven, pero que no mientan. Tu pon en Google, ‘el mejor cachopo de Gijón’ y te sale Casa Carmen», se rebeló. Lo hemos hecho y es la segunda entrada. Buen SEO tiene Rocío.

'La Chicota'

'La Chicota'La Sexta

Tras un paso sin pena ni gloria por el Gastrochigre, Rocío se acabó de desatar en La Tonada de la Guía. «Todo fachada, igual que él», dijo al verlo desde el exterior. Era un zasca a Pablo Buei. En la carta tenía bifé argentino. Rocío, argentina ella, dudó que fuese tal cosa. Así que Pablo se fue a la mesa con una pieza envasada y la etiqueta acreditativa. Cuando Rocío consideró una falta de respeto que sacase unas croquetas que no tenía en carta, el dueño de La Tonada de la Guía fue claro: «La falta de respeto la has tenido tú hacia mí y mi restaurante cuando dudaste de un producto», en relación al bifé. Chicote puso cara de pasmo, la de la foto que ilustra esta pieza.

Pero ella no se arredró, y menos tras probar el llamado «Cachopo del chef»: «Es una aberración del señor. Con piña. Con bacon. Con una salsa secreta que siga siendo un secreto, que no lo saque, que no se lo diga a nadie, que lo guarde bien guardado», juzgó Rocío.

Las puntuaciones

Llegó la hora de abrir las puntuaciones. Emilio Rubio puntuó tan a la baja que hasta Rocío deseó que no ganase, incluso a costa de que lo hiciese su odiado Pablo.

–Rocío: Espero que hasta ganes tú, con el asco que te cogí estos días.

–Pablo: ¿Por qué me cogiste asco?

–Rocío: No lo sé, no tengo ni idea, pero me has caído mal, tío.

Se cumplió su deseo y ganó La Tonada de la Guía, pero no vimos a la Chicota felicitando a Pablo.

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