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Qué es real y qué ficción en la serie sobre el caso Asunta
El caso Asunta relata la investigación judicial sobre la trágica muerte de Asunta Basterra Porto, una niña adoptada de origen chino de doce años que fue encontrada sin vida en una pista forestal en Teo, La Coruña y, pese a ser fiel a los hechos, se toma algunas licencias.
La tendencia por las historias de crímenes reales ha ido al alza en los últimos años, especialmente en nuestro país. Ahora a España se está haciendo viral el estreno de El caso Asunta, la serie protagonizada Candela Peña y Tristán Ulloa, en el papel de la abogada gallega Rosario Porto y el periodista bilbaíno Alfonso Basterra, condenados por matar a su hija adoptiva.
Su éxito ha vuelto a poner el foco sobre los hechos ocurridos en 2013, hasta el punto de que fue conocida como Operación Nenúfar donde tras varios meses de investigación y un juicio que acabó en una condena a 18 años de prisión por asesinato, sigue dejando muchas preguntas en el aire. La madre se quitó la vida en 2020 en la cárcel de Brieva. Era su tercer intento de suicidio en prisión. Basterra cumple diez años en el centro penitenciario de Teixeiro. Ninguno de los dos ha admitido el asesinato.
La ficción cuenta con una base sólida, pues reproducen las conversaciones entre ambos en sus respectivas celdas, la persecución de la prensa a Alfonso, e incluso las fotografías que los padres se hacen en el velatorio con el féretro de su hija que han servido para dar más veracidad a lo que narran. Algunos detalles se modificaron para favorecer la narrativa. De esto deja constancia el actor Tristán Ulloa, «Es ficción, no un documental. Hay momentos que se han inventado y de los que no hay constancia real».
Pese a que se basa en hechos reales, hay algunas diferencias entre lo que ocurrió realmente en el crimen de Asunta y lo que narra la ficción. Por ejemplo, Candela Peña interpreta al personaje en la perfección, pero tal y como recoge la periodista Mayka Navarro en Lecturas, haciendo alusión a las palabras del abogado Rosario Porto, «la protagonista real, Charo, no tenía tanto acento gallego». La intérprete asegura que ha trabajado mucho para meterse en la piel de una mujer que tiene un acento completamente diferente al suyo. Peña es catalana de nacimiento y con un tono más grave que el de Charo.
La serie narra el triángulo amoroso que existía entre Rosario, Alfonso y Manuel (el amante). A este último, además, se le ha cambiado su nombre real por Vicente en la ficción. Por otro lado, en ningún momento se menciona que los guardias civiles que investigan el caso fueron un grupo extenso, si no que aparecen solo dos, los interpretados por María León y Carlos Blanco. El creador Ramón Campos dijo que lo había hecho así para hacer más fácil de entender la historia al espectador con menos personajes. Del mismo modo los nombres del equipo policial y judicial están cambiados.
No hay ningún juez llamado Malvar, versionado por Javier Gutiérrez. Quien llevó realmente el caso fue José Antonio Vázquez Taín. El magistrado ha sido muy crítico con la serie asegurando «la falta de veracidad con la realidad». No le gusta cómo se pinta a la justicia en la serie. «Me preocupa que se vuelva a cuestionar si la Justicia en España es correcta y si se manipulan las pruebas. Yo no juzgué a esas personas (Rosario Porto y Alfonso Basterra), me encargué de la instrucción. A ellos les juzgaron nueve jurados y lo determinaron por unanimidad. Entonces, volver a intentar otra vez sembrar dudas... Yo estoy tranquilo», dice en entrevista para el programa ‘Vamos a ver’.
En la ficción, se sugiere que Alfonso Basterra hace fotografías sexuales a su hija. Una idea que cobra más fuerza cuando se encuentran material pornográfico asiático en su ordenador. Pero, no fue tenido en cuenta por el jurado en el juicio original. De hecho, el juez Vázquez Taín descartó el móvil sexual, pero señaló que el contenido del portátil del padre «era bastante comprometedor».
Para terminar, la miniserie da al espectador distintos escenarios que la Justicia descartó. La primera de ellas hace a Rosario Porto la única culpable de la muerte de Asunta, y se ve como le da 27 pastillas de Lorazepam y, luego, la asfixia con una almohada en su chalé de Montouto. Aquí el papel de Alfonso es de cómplice. La segunda de las teorías hace responsables a los dos padres y, además, escenifican cómo planifican el asesinato entre ambos. En la historia real, fue un caso cerrado con una sentencia firme, donde los dos son responsables absolutos del crimen.