Los comentaristas de oro que superan el listón de TVE en los Juegos Olímpicos de París 2024

Los Juegos Olímpicos de París 2024 se clausuran este domingo y la natación hace días que quedó atrás, pero yo sigo oyendo voces en la piscina. No en la olímpica, sino en la que comparto con los vecinos. No son voces de niños, como sería lógico. Ni siquiera son voces que puedan oír los demás. Porque lo que escucho son dos voces interiores: las de una mujer y un hombre que irradian una contagiosa pasión con sus comentarios y a la que llegan por calles diferentes: ella, desde una serenidad que repentinamente se quiebra al tiempo que lo hace su voz ante la proeza que contempla y relata; él, desde un indisimulado entusiasmo y un conocimiento mucho más profundo que la piscina de la Defense Arena de París y que, como su compañera de retransmisión, comparte con los demás con admirable generosidad y entrega. Las voces corresponden a Julia Luna y Javier Soriano, los brillantes comentaristas de natación en TVE.

Me lleva ocurriendo cada verano desde los Juegos de Londres 2012, cuando Julia Luna se lanzó a la piscina y convocó al nadador Javier Soriano para comentar en TVE las pruebas olímpicas de natación. Acertó de pleno. A los dos se les adivina con personalidades distintas, pero en la cabina de retransmisión forman el relevo perfecto y, aunque diferentes, ambos son como el agua… y el agua.

Escucho sus voces en la piscina comunitaria mientras hago unos largos que en realidad son cortos y me animan a nadar más rápido –bueno, un poco menos lento– para remontar una carrera con salida falsa. Más que nada –valga la palabra– porque el vecino que nada tranquilamente es ajeno, por suerte, al hecho de que el flipado de su vecino le esté disputando una carrera que sale de su imaginación y su inmadurez. Es ahí, en la mente, donde el nadador Léon Marchand, el héroe de París 2024, se convierte en español y lleva mi nombre. «¡Vamos, Jorge!», grita en silencio Julia Luna como si animara a Mireia Belmonte en Río 2016. Un par de brazadas después, llega el turno de su compañero de narración. «Si Jorge hace el primer largo por debajo de 22.50, el oro es suyo, Julia…». «Ojo, que Jorge empieza a remontar. ¡Se va a por él! ¡Qué barbaridad, Julia! ¡Está reventando a su rival!», escucho (no) decir a Javier Soriano. Sin embargo, el que está reventado, innecesaria y puerilmente, no es precisamente su improvisado e imaginario adversario. Es él mismo, que se estira en el agua para llegar antes que su vecino mientras escucha, una vez más, la voz interior de Javier Soriano: «Esto va de quién toca primero la pared». Y ese, aunque haya sido únicamente en ese largo, ha sido él.

Para ellos, para Julia Luna y Javier Soriano, va mi admiración y mi agradecimiento por elevar la natación al podio de mis deportes favoritos en los Juegos Olímpicos –ya van cuatro– cuando antes para mí era un deporte más. Hasta eso puede conseguir la capacidad de comunicación, la entrega, el compromiso, el esfuerzo y las horas de preparación que otros no dedican. Para ellos van también desde aquí, de forma simbólica, dos medallas de oro.

No son esas dos las únicas medallas que reparto entre los comentaristas de TVE en los Juegos Olímpicos de París 2024, que han vuelto a completar una excelente cobertura y a demostrar que gran parte de sus profesionales está muy por encima de la instrumentalización que lastra al ente público. No tengo calles olímpicas suficientes que asignar para todos en estas líneas, pero también me parecen comentaristas de oro Paco Caro y Alberto Urdiales, que transmiten su pasión por el balonmano. Valoro el ejercicio de transparencia y honestidad de Ángel Cárceles y Eli Pinedo, sus homólogos en el balonmano femenino, que no han puesto excusas a la decepción de la selección española. Agradezco la pareja de dobles que forman Arseni Pérez y Vivi Ruano en el tenis, con Nico de Vicente en las entrevistas, y también que Carlos de Andrés imprima su ritmo de narración y su conocimiento al ciclismo olímpico aunque echemos de menos a Pedro Delgado a su lado.

Vibro con la narración del waterpolo de Juan Carlos García. Estimo el esfuerzo de Paco Grande por instruirnos en disciplinas como el judo donde las llaves que tumban al rival me las hago yo solo con mi desconocimiento. Me agrada escuchar el atletismo con Lourdes García Campos, Jesús España y Roberto Quintana en las entrevistas, sobre todo a nuestros dobles medallistas de marcha, María Pérez y Álvaro Martín, que me emocionaron con su humildad. Me gusta ver a Josué Elena y su sencillez en cualquier disciplina que aborde, aunque donde más luzca sea con sus piezas de ciclismo. Y así podría seguir con la gran mayoría de narradores y comentaristas de TVE en los Juegos Olímpicos.

Como en toda cita olímpica, también ha habido decepciones. No es normal, por ejemplo, que La 1 ofreciese en directo el viernes el partido de fútbol entre Egipto y Marruecos por el bronce cuando había opciones de medalla para España en otros deportes. Tampoco lo es que el narrador y el comentarista del Australia-Grecia de baloncesto masculino en Eurosport, donde estaba en juego la posible clasificación de España para cuartos de final, no supieran explicar al término del partido las opciones para nuestro país en el encuentro posterior con Canadá. Se liaron con el basket average cuando las cuentas eran claras: si España ganaba después a Canadá, se clasificaría como primera de grupo. Si España perdía, como después ocurrió –déjenme que extienda mi lista de medallas de oro a Sergio Scariolo por el extraordinario mérito acumulado en todos estos años y, ahora que han venido mal dadas, por quedarse tan cerca de obrar otro milagro–, quedaba eliminada. No hacía falta hacer raíces cuadradas y sí tener claro qué necesitábamos saber como espectadores del Australia-Grecia. Eso y estudiar antes los posibles escenarios, claro.

Clausuro el artículo con más medallas a los comentaristas de TVE en los primeros Juegos Olímpicos sin su voz más reconocible durante muchos años, Paloma del Río, que se jubiló meses atrás. Merecen también medallas y diplomas los encargados de informar en directo de la actualidad de París 2024 y de la continuidad de la programación: Ana Ibáñez, Ernest Riveras en su vuelta a RTVE, Fe López, Roi Groba…

Pero al cajón más alto del podio, junto a Javier Soriano y Julia Luna, y al lado de Paco Caro y Alberto Urdiales, subiría a otros dos abanderados de la profesionalidad: Marcos López, un brillante periodista todoterreno que merecería llevarse el oro en decatlón como atleta completo de la comunicación que es; y Lara Gandarillas, que se ha desdoblado entre el plató y las sedes olímpicas con tanta soltura y naturalidad como sencillez, y que representa la mejor noticia de los últimos tiempos para el periodismo deportivo en TVE. El de ahora y el del futuro. Que nadie en RTVE, a diferencia de lo ocurrido con otros compañeros, pase olímpicamente de ninguno de ellos.