TVE, a favor de Sánchez con los supuestos 'ultraderechistas' de Paiporta y La Sexta, en contra de Iker Jiménez

Caos es la palabra que ha dominado la semana de la tragedia en Valencia. Los damnificados de los 70 pueblos arrasados por la gota fría se asomaban a los televisores para gritar: «Esto es un caos. Aquí no ha venido nadie. Los voluntarios son ángeles. ¡Gracias a ellos! ¿Dónde están los militares? Faltan agua, medicinas… Yhhay muchos desaparecidos. ¿Muertos? Más de doscientos…». Estaban la UME, los Bomberos, la Policía y la Guardia Civil, pero con escasez de efectivos.

Cuando en los platós de televisión se enzarzan los colaboradores, durante diez días, para ver quién dio primero la orden, a qué hora, por mail o teléfono y desmenuzan de dónde partían las órdenes, los espectadores, abochornados, descubren que AEMET, Generalitat Valenciana, Protección Civil, Confederación Hidrográfica del Júcar, Delegación del Gobierno, CECOPI, Ministerio del Interior, Ministerio de Defensa, Ministerio de Transición Ecológica y Presidencia del Gobierno son los que deben decidir. Demasiados, el caos. Un juez deberá esclarecer ese caos y procesar a los culpables, que los hay.

La mayoría de las cadenas de televisión han hecho un esfuerzo extraordinario para mostrar, sobre el terreno, lo que ocurría. TVE machacó hasta la saciedad la teoría de que los agresores de los Reyes, Sánchez y Mazón eran grupos de extrema derecha, y la Policía ha detenido a cinco ciudadanos de Paiporta que se dejaban la piel limpiando sus calles. La televisión argentina vio la intencionalidad: «TVE recibe órdenes del presidente del Gobierno y de su ala izquierda». Arturo Pérez Reverte en El Hormiguero: «Si no se llevan a Sánchez, lo matan. Los políticos son mediocres e incompetentes y a eso se suma la mala fe».

Los ataques por parte de La Sexta (Atresmedia) al director de Horizonte, Iker Jiménez, los últimos días, han sido despiadados. No soportan su barrido en audiencia y Wyoming, desde El Intermedio, desde su trono del plató (es de los pocos presentadores que no han pisado el lugar de la tragedia) atacaba a Iker: «Hay personas que se consideran periodistas y que, después de años buscando ovnis, pues quizá deberían empezar a buscar otras cosas que tampoco existen, como su rigor y honestidad» y le da lecciones un personaje que fue condenado a pagar 566.000 euros de multa a Hacienda, por la Audiencia Nacional.

Iker Jiménez pidió perdón en Horizonte porque un colaborador, Rubén Gisbert, se manchó de barro los pantalones para un directo, y porque en un tuit personal comentó que «podía haber muchos cuerpos en el aparcamiento de Bonaire» y, según la Policía, no ha aparecido ninguno. El mayor error de Iker Jiménez es derrotar a programas de La Sexta en audiencia. No se lo perdonan.

Y otro gran caos de la semana han sido los resultados electorales de EE. UU. La victoria de Donald Trump ha descolocado a Ferreras, que prefería a Harris. Su programa especial fue un ataque continuo a Trump. Su colaborador estrella Pedro Rodríguez, profesor de Relaciones Internacionales, lo dejó claro: «Trump es un racista, un misógino. Todo en él es un dislate, su cara de fanta naranja, su pelo amarillo, su mujer…».

En La mirada crítica de Telecinco, Javier Rupérez, exembajador en EE. UU., se marchó de la mesa tras un enfrentamiento con el economista Roberto Centeno. Mutuas acusaciones de posible fraude en el año 2021. Y con un «este hombre es un gilipollas» pronunciado por Rupérez, abandonó el plató.

Otro que hizo tambalear las redes sociales fue Vicente Vallés en Antena 3. Su editorial en Noticias 2 «sorprendió» a muchos de sus seguidores: «En los últimos años, hemos visto cómo se extienden en democracias liberales, la creciente admiración por líderes autocráticos que desprecian los fundamentos de la democracia liberal —relataba Vallés— se busca la destrucción del rival, del enemigo, y Donald Trump es el paradigma de este tipo de líder». Lo importante: Que nadie se olvide de los 70 pueblos anegados por la riada en Valencia.