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Bob Dylan protagonizó Corazones de fuego (Hearts of Fire) en 1987

Bob Dylan protagonizó Corazones de fuego (Hearts of Fire) en 1987GTRES

Historias de película

Bob Dylan y el cine, un Nobel que solo ha recibido una nominación a los Oscar

A pesar de la infinitud de películas que han recurrido a canciones del cantautor, es difícil recordar escenas memorables con su música

Cuando en los Oscar de 1985, en los que triunfó Amadeus, Maurice Jarre recogió su estatuilla a la mejor banda sonora original afirmó: «Menos mal que Mozart no era un posible candidato». De manera análoga se podría decir que por fortuna para los otros candidatos este año Bob Dylan no compite como mejor compositor, a pesar de que A Complete Unknown, un biopic sobre sus primeros años de carrera, es candidata a ocho premios de la Academia. O no, porque el cantautor, a pesar del sinfín que han sonado canciones suyas en el cine, tan solo recibió una nominación que, por lo menos, le valió un Oscar.

Ciertamente, es imposible saber con exactitud cuántas veces han sonado canciones de Bob Dylan en películas de cualquier nacionalidad. Por ejemplo, en imdb.com aparecen casi mil referencias a películas, series o documentales en las que suenan canciones de Dylan —o versiones—. Pero, por ejemplo, solo en Forrest Gump suenan tres canciones: Rainy Day Women #12 & 35, All Along the Watchtower en versión de Jimmy Hendrix y, menos recordada, Blowin’ on the Wind interpretada por Jenny (Robin Wright) con una guitarra como única vestimenta y bajo el nombre de Bobbi Dylan -en el disco de la peli aparece la versión de Joan Baez, no la de la actriz-.

Entonces, cuando se habla de Dylan y el cine hay que hacer una selección que tendrá tanto de arbitraria como de subjetiva. Sin embargo, es imposible ignorar el documental Don’t Look Back, de 1967, famoso porque incluye al joven Dylan portando los carteles con la letra de Subterranean Homesick Blues, probablemente uno de los vídeos musicales más vistos de la Historia. Tampoco se puede dejar fuera Pat Garrett y Billy el Niño, dirigida por Sam Peckinpah, pues Dylan hizo su papelín como actor y compuso la banda sonora, incluida la inmortal Knockin’ on Heaven´s Door.

Para los fans de Bob Dylan fue una suerte que Martin Scorsese construyese, hace unos pocos años, Rolling Thunder Revue: A Bob Dylan Story, que dio uso a las imágenes de los famosos conciertos de 1975 y 76, un retrato que va más allá del cantautor para mostrar una época. El director ya rodó, por aquella época, El último vals (1978) mítico documental sobre el postrero concierto de The Band, que se hizo famosa como acompañante del propio Dylan.

Pero Bob Dylan, si hablamos de cine, se concibe sobre todo por las canciones que han aparecido en un sinnúmero de películas. Tantas, que es prácticamente imposible hacerse una idea más o menos aproximada. Porque, por ejemplo, Shelter from the Storm, lo mismo sirve para acompañar parte de los créditos finales de un biopic serio como Steve Jobs (2015) que para una de Tom Cruise, Jerry Maguire (1996), o una comedieta romántica como Memorias de un zombie adolescente (2013).

En ocasiones el asunto tiene algo de lógica, como que Michael Moore haya usado varias veces With God in our Side, también de lógica aparición en W. (2008), el biopic satírico -y fallido- sobre George W. Bush. Pero cuesta conectar El lado bueno de las cosas (2012) con Girl from the North Country.

Entre las canciones más empleadas se encuentra Like a Rolling Stone, de la que se extrae A Complete Unknown, el título de la película protagonizada por Timothée Chalamet y de estreno en España el 28 de febrero. Suena, entre otras películas, en New York Stories (1989), En el nombre del padre (1994), Watchmen (2009) o en Un fin de semana en París (2013).

Sin embargo, resulta difícil recordar escenas auténticamente memorables al son de Bob Dylan. Entre ellas, la escena de la lluvia en Alta fidelidad (2000) al son de Most of the Time. O el uso de la letra de Mr. Tambourine Man por la profesora encarnada en Michelle Pfeiffer. O recuerdo a Kevin Spacey haciendo pesas y fumando un canuto mientras Annette Bening le echa una bronca en American Beauty (1999). O la escena del sueño al son de The Man in Me en El gran Lebowski (1998).

Pero nada de esto le valió ninguna nominación a los Oscar. Resulta sorprendente que un músico como Bob Dylan solo haya sido candidato a un Oscar, por Things Have Changed, que suena en Jóvenes prodigiosos (2000), peli basada en la espléndida novela de Michael Chabon. Sin embargo, la canción, que ganó la correspondiente estatuilla, es difícil considerarla como una de las mejores del genio de Duluth, Minnesota.

La relación de Bob Dylan con el cine, así, es harto problemática. Ya para terminar, solo hay que pensar en Hurricane, espléndido himno que el músico compuso e interpretó en una interminable gira para defender la inocencia del boxeador Rubin Carter. Cuando por fin se rodó la película, Huracán Carter (1999), tampoco logró estar a la altura del leitmotiv, como tampoco lo estuvo en su día Renaldo y Clara, infumable experimento del propio cantautor sobre la gira Rolling Thunder, de la que ya hemos hablado y que tanto tuvo que ver con la canción y el boxeador, con el álbum Desire, uno de los mejores del músico y letrista que ha marcado una época.

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