La crítica más dura de la película 'Blancanieves': «Disney ha destrozado su joya de la corona y su reputación»

La nueva película de Blancanieves está rodeada de polémica desde el inicio del proyecto y hasta estas últimas semanas, cuando en su preestreno en Los Ángeles no se permitieron entrevistas en la alfombra roja, ya que Disney quiso mantener a sus dos protagonistas, Rachel Zegler y Gal Gadot, alejadas de los periodistas.

A ello hay que sumar que las dos actrices no tienen la mejor de las relaciones, debido a que Zegler escribió en sus redes sociales un mensaje con la frase «Palestina libre» y Gadot ha expresado en varias ocasiones su apoyo a Israel, su país.

Según Kevin Maher, crítico de cine de The Times, «esas tareas de marketing y de entrevistas durante los estrenos en los diferentes países fue por una buena razón. Representa una bajada y un nuevo punto de vulnerabilidad de una compañía de entretenimiento con 102 años de antigüedad que ahora mira su película de origen con disgusto».

«Cuando la intérprete de la misma Blancanieves, Rachel Zegler, calificó la película de Disney como «extraña» porque Blancanieves está enamorada de «un tipo que la acecha» siendo políticamente retrógrada, estaba haciendo lo mismo que otros actores de Disney que, en otras ocasiones, hicieron que otras películas de la compañía como Mulan fuera asexualizada, Maléfica incomprendida o Cruella empalagosa», afirma Maher en su crítica, que titula Disney ha destrozado su joya de la corona y su reputación.

La nueva versión de Blancanieves no tiene demasiados parecidos con la original de 1937, que fue el primer largometraje de animación de Disney. Según algunos de los críticos de cine americanos, esta versión contemporánea está politizada y tiene demasiados mensajes inspiradores, echándose de menos la historia y el carácter de la propia película original.

Entre los cambios más destacados, se encuentra que Blancanieves no canta en esta nueva versión el tema Algún día llegará mi príncipe. En su lugar canta, Esperando un deseo, que trata de cómo Blancanieves quiere tener un corazón intrépido. «Las bolsas para vomitar se deberían suministrar con cada entrada», señala Maher en su dura crítica de Blancanieves.

«Es difícil no ver esta película como algo más que una crisis para Disney, un estudio que antaño hacía historias impecables», afirma Maher en su crítica.