La mística de Talavante regresa a Las Ventas

Alejandro Talavante ha ido creando un aura especial en torno a él a media que han ido pasando sus años como matador de toros. Considerado como una de las figuras modernas de la tauromaquia, el extremeño se retiró de los ruedos en 2018 después de una temporada marcada por el éxito y por la lucha contra el que fue su apoderado. Cuatro años después, y con una pandemia de por medio, vuelve a la plaza de toros de Las Ventas convertido en el pilar de la Feria de San Isidro.

Talavante, con su rostro de torero antiguo, protagoniza un mano a mano con Juan Ortega y toros de Jandilla en la primera de sus cuatro tardes en el coso de la calle Alcalá. Después se le espera en la corrida de Garcigrande junto a El Juli, que destacó hace solo unos días en Madrid, en la de Victoriano del Río y cerrará enfrentándose al reto de matar la corrida de Adolfo Martín junto a los bregados Rafaelillo y Manuel Escribano.

No se puede decir que sea la reaparición de Talavante, porque ya hizo el paseíllo en septiembre de 2021 en Arles, Francia, demostrando que el parón no había mermado sus capacidades. También ha toreado en Aguascalientes, México, hace solo unos días en otro mano a mano.

Vuelve a su plaza

Ser considerado «torero de Madrid» es un orgullo del que no muchos pueden presumir. Alejandro Talavante es uno de ellos. El diestro de Badajoz llamó la atención desde su presentación como novillero, en 2006. Ya como matador de toros, el albero madrileño ha visto faenas memorables protagonizadas por un hombre de aspecto frágil, pero poderoso y sincero con los trastos. Cinco veces ha salido a hombros por la puerta grande de Las Ventas y en alguna ocasión el éxtasis de la afición casi provoca el tormento de un torero zarandeado y casi despiezado.

Madrid aguarda con devoción la vuelta de su torero. Talavante ha apostado fuerte y, si Dios reparte suerte, la Feria de San Isidro de 2022 cuenta con todos los ingredientes para ganarse un hueco en el libro de oro de la Tauromaquia.