Polémica distinción
Almeida y Villacís se ausentan del homenaje a Almudena Grandes, nombrada Hija Predilecta de Madrid
El alcalde y la vicealcaldesa no estuvieron presentes «por motivos de agenda» en el Teatro Español donde la familia de la escritora recibió el título concedido a título póstumo, una decisión controvertida por el talante sectario de la novelista
Políticos, escritores, artistas y lectores han llenado el Teatro Español para homenajear a Almudena Grandes y acompañar a su familia en el acto en el que se les ha entrego el reconocimiento como Hija Predilecta de Madrid concedido a la escritora a título póstumo.
Al homenaje no ha acudido el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, que no apoyó la concesión de este título a una autora que siempre estuvo envuelta en la polémica por la radicalidad política de algunos de sus textos. Almudena Grandes sostuvo durante su vida una posición de extrema izquierda que la llevó a insultar en multitud de ocasiones a los votantes de partidos como el PP e incluso a fantasear con la violación de monjas durante la Guerra Civil española.
La negativa del alcalde al reconocimiento flaqueó al necesitar el apoyo de los ediles escindidos de Más Madrid para aprobar los Presupuestos para la ciudad. Con el título de Hija Predilecta concedido como moneda de cambio en la negociación, José Luis Martínez-Almeida alegó «problemas de agenda» para no asistir al homenaje, misma excusa utilizada por la vicealcaldesa, Begoña Villacís.
Homenaje literario
Al acto de concesión del título póstumo de Hija Predilecta de Madrid sí han acudido un buen número de políticos de izquierdas, encabezados por el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños. El viudo de la escritora, el poeta y director del Instituto Cervantes Luis García Montero, ha asegurado que «el Ayuntamiento de Madrid, institucionalmente, representa al pueblo de Madrid, que ha demostrado el cariño que sentía por Almudena».
Más allá de las cuitas políticas, el homenaje se centró en los textos de Almudena Grandes. Participaron el cantante Joaquín Sabina, la actriz Blanca Portillo, la escritora Marta Sanz y el propio García Montero, que cerró el acto con un poema dedicado a su mujer: «Lo escribí pensando en lo que ella recordaría de mí cuando Dios cerrara la puerta, pero al final ha ocurrido exactamente al contrario», ha concluido.