Cierre de los museos estatales
El Museo del Greco se suma a las protestas diarias en el Museo Arqueológico Nacional por el cierre de sus salas
El problema de la falta de personal en los principales museos estatales continúa creciendo. Los turistas que visiten estos días Toledo y los vecinos de la ciudad que quieran acceder a los museos de El Greco y Sefardí solo podrán hacerlo en horario de mañana. Ambos espacios culturales del Estado, bajo la titularidad del Ministerio de Cultura y Deporte del Gobierno de España, se han visto obligados a cerrar por las tardes desde el 28 de octubre debido a la falta de personal.
El sindicato UGT, que fue por otro lado el responsable de firmar el IV Convenio que ha provocado este cierre, ha denunciado públicamente la situación y ha recordado mediante una nota de prensa que «no es la primera vez que ocurre». «A lo largo de este año han sido continuadas las ocasiones en las que han tenido que cerrar por las tardes e incluso han tenido que cerrar días completos», ha recordado Lola Alconez, responsable de la Administración General del Estado de UGT Servicios Públicos en Castilla-La Mancha.
El problema se agrava en una ciudad como Toledo, de gran atracción turística. Los traslados de personal han provocado que muchos de los trabajadores de estos museos se hayan marchado a otros centros, por lo que los museos, que deben prestar servicio a la ciudadanía, han tenido que reducir sus horarios a la mitad. Desde UGT critican al ministro de Cultura, «conocedor desde hace tiempo de la falta de personal, y el concurso de traslados no ha hecho otra cosa que poner de manifiesto una carencia que venimos denunciando desde hace años».
En la página web del Ministerio de Cultura se da a conocer la nueva situación con un mensaje conciso (que incluye además un error tipográfico): «A partir del 28 de octubre de 2022, el horario del Museos [sic] pasa a ser de 9:30 a 16:00 h.». Sin embargo, de nuevo no se da ninguna explicación sobre el motivo del cierre ni una fecha de solución del problema.
Protestas diarias en el MAN
Estos cierren se suman a los que llevan meses asolando a distintos museos estatales, que van desde el Museo Sorolla al Cerralbo, pasando por el Museo Arqueológico Nacional, uno de los más afectados por los cierres. En la actualidad, el museo ha colgado el cartel de cierre a varios de sus espacios: la réplica de Altamira, situada en los jardines exteriores; la planta E, «La moneda. Algo más que dinero», y la totalidad de la planta 2, que incluye los Reinos Cristianos, la Edad Moderna, Oriente Próximo, Egipto y Nubia (una de las más demandadas por el público en general y por el infantil en particular), Grecia e Historia del Museo.
Esto se debe, entre otras razones, a que hasta una veintena de vigilantes de los museos estatales, dependientes del Ministerio de Cultura, han abandonado esta semana sus puestos de trabajo, en un momento crucial debido a los continuos actos vandálicos ecologistas que amenazan el patrimonio artístico español.
Según confirma un vigilante del Museo Arqueológico Nacional a El Debate, esta semana se han producido protestas diarias en el museo debido a la falta de personal. «Tardaron dos años en asignar una titulación al personal de Vigilancia en Sala, lo que provocó que casi cien personas no entraran a trabajar en los museos con contrato de interinidad y a su vez que se cerraran salas», explica uno de los vigilantes, que han sido degradados de categoría profesional.
«El personal está harto de museos cortijos, de sindicatos oficiales y del Ministerio de Cultura. Llevamos así cuatro años, nos llevan a los cierres y a la privatización», explica un trabajador de los museos. Otras dos vigilantes de sala añaden que el problema es previo a la pandemia, y que instituciones como el MAN tenía ya cerradas algunas de sus salas en 2019. «Lo que no tiene sentido es que sindicatos y Administración no se hayan puesto de acuerdo en qué titulación asignar a los vigilantes de museo, y que dos años después nos la asignen y provoquen este desaguisado».
La falta de personal no sólo provoca cierre de salas, sino también el estrés del personal, que debido a esto realiza turnos dobles y no puede librar. Los vigilantes no pueden promocionar, y ahora se les exige una formación profesional que no puede ser convalidada con otra, ni siquiera con una superior, como una licenciatura.