Iceta reserva casi la mitad de las ayudas culturales del Gobierno a mujeres
El Ministerio de Cultura impone un cupo obligatorio femenino destinatario de las subvenciones al cine, teatro, artes visuales y museos
El Observatorio de Igualdad de Género en el Ámbito de la Cultura es casi como un servicio de espionaje interno de extinguidas repúblicas. En el Ministerio de Cultura, dirigido por Miquel Iceta, han impuesto un cupo femenino obligatorio para recibir ayudas del Gobierno. El talento y el valor de las obras ya no es el único requisito para recibir una subvención. Ahora el sexo (el género) femenino tiene el privilegio del porcentaje reservado en exclusiva. En concreto un 35% del total de ayudas al cine y un 40% al teatro y las adquisiciones para museos.
Se trata de asegurar la paridad por decreto y no por merecimiento. También lo llaman «combatir la brecha de género». Estas nuevas cuotas se suman al incremento ya establecido del 75% del porcentaje del presupuesto que pueden cubrir con ayudas públicas las películas dirigidas por mujeres.
Es el cumplimiento de la hoja de ruta anunciada en junio y dirigida por el Observatorio de Igualdad: «Incorporar la perspectiva de género en las instituciones culturales; y promover y visibilizar la creación y producción artística e intelectual de las mujeres». El Observatorio de Igualdad de Género se constituyó en febrero de 2019 y es un órgano de asesoramiento del Ministerio de Cultura y Deporte constituido por las asociaciones de las profesionales de la cultura, que «monitoriza la igualdad de oportunidades en todas las manifestaciones culturales, impulsa la presencia de las mujeres y propone nuevas acciones en políticas».
Presidido por la Subsecretaría del Ministerio de Cultura y Deporte, forman parte de él representantes de las asociaciones Clásicas y Modernas, Mujeres de las Artes Visuales (MAV), Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA), Mujeres en la Música (AMM) y Mujeres de la Industria de la Música (MIM).
El «valor cultural» de la cuota
Una política cultural de cuotas no solo de género, sino que se perfila la inclusión en ella de las minorías, sin tener en cuenta, por supuesto, su valor, talento o calidad, sino solo su pertenencia a un determinado grupo social. Una deriva que ya se instituye en el mundo, como en los premios Oscar, donde las películas deben tener un porcentaje de protagonistas mujeres, LGTBI+ o padecer algún tipo de discapacidad para optar al galardón.