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El poeta Luis Escavy, ganador del Premio Adonáis de Poesía 2022

El poeta Luis Escavy, ganador del Premio Adonáis de Poesía 2022Marcos Nogales

76º Premio Adonáis de Poesía

Luis Escavy: «La predisposición al silencio y la contemplación me ha llevado a la poesía y a la Iglesia»

El autor afirma que su obra no es de desamor, sino de amor, «del amor que yo entiendo. Victoria menor significa que no hay ninguna victoria en la vida que sea completa»

Luis Escavy (Murcia, 1994) se ha alzado con la figura de Venancio Blanco que simboliza el merecimiento de una de las distinciones más significativas de la poesía joven en español: el Premio Adonáis en su 76ª edición.

Graduado en Filología Clásica por la Universidad de Murcia y actual profesor de Latín y Griego, es la segunda vez que suma su nombre al cartel de finalistas del certamen tras la 74ª edición. El sello también ha destacado como accésits del premio las obras Pureza de Irene Domínguez (Toledo, 1996) y Los dioses destruidos de Lola Tórtola (Murcia, 1997), que serán también publicadas en la colección de Ediciones Rialp.

'Victoria menor'

El título Victoria menor fue merecedor del premio por «su sentido del ritmo, su respeto a los maestros y por su rechazo tanto de cualquier desgarro formal como de tanta floritura innecesaria desarrollado en un cancionero amoroso con timbres trascendentes». Así rezaba el fallo del jurado compuesto por el director de la colección Adonáis, Carmelo Guillén Acosta, y los poetas Amalia Bautista, Julio Martínez Mesanza, Aurora Luque, Eloy Sánchez Rosillo y Enrique García-Máiquez.

«Este libro trata de la experiencia conmigo mismo tras el fin de una relación. Nace al sentirme extraño en el mundo y hacer un ejercicio de introspección. No es una obra de desamor, sino de amor, del amor que yo entiendo. Victoria menor significa que no hay ninguna victoria en la vida que sea completa, es una expresión que podría titular cualquier historia porque todas están marcadas en mayor o menor medida de hechos como la enfermedad, ausencias o el sufrimiento. A pesar de esto, es un libro de amor y fe, no sobre el dolor», explica Luis Escavy a El Debate.

«Ejercicio de fe»

El fallo del jurado refleja la trascendencia de esta obra, que es una constante porque, como el autor señala, «no puedo separar la fe de mi poesía, siempre he sentido predisposición a la contemplación y al silencio. Una predisposición que me ha llevado por partes iguales a la poesía y a la Iglesia. Para mí, los poemas son un ejercicio de fe, porque al escribirlos no sé dónde van a ir. Victoria menor refleja experiencias espirituales que he tenido durante los últimos meses en conventos donde, frente a la libertad de la que habla el mundo, he redescubierto otra».

Al ser preguntado por su insistencia al presentarse otra vez al Premio Adonáis, Escavy no duda en que «quería este premio y no me he presentado a otro, pero no tanto por el premio en sí, sino por estar en la colección. De hecho, antes de ir a la gala, hablé con mi amigo y editor de Sonámbulos, Javier Bozalongo, para apalabrar que si este libro no salía en colección Adonáis se lo ofrecía nuevamente a su sello. Mi vínculo con la colección Adonáis es como una familia, una identidad, una forma de pensamiento y un lugar en el que yo quería estar. Tras unos meses difíciles, que quedan reflejados en la obra, ganar el premio ha sido una alegría, pero sobre todo por estar en la colección y por el motivo de haber dado el paso una vez más. Este premio nace de la insistencia de mis amigos, Guillermo Marco Remón (accésit Premio Adonáis 2019) y Andrés María García Cuevas (accésit Premio Adonáis 2021)».

Al decir los dos accésits y no haber dicho mi nombre, sentí que ya estaba, que no iba a ganar

Este vínculo del autor con la colección de Ediciones Rialp se verá en el año 2023 con un libro en el que el estilo de Adonáis está muy presente, «el libro empieza con una cita de Virgilio, soy profesor de clásicas, me identifico con una lectura clara y soy tradicional en algunas facetas de mi vida, ahí está presente esa tradición que heredo de Adonáis y que han destacado de mi obra», señala el autor. Sobre esta herencia, también señala la responsabilidad que significa este premio, «al decir los dos accésits y no haber dicho mi nombre, sentí que ya estaba, que no iba a ganar. Entonces, al escucharlo, tardé en reaccionar, en asumirlo, incluso se ve en los vídeos cómo me levanto como pesado: con el peso del proceso difícil que ha sido este libro y con el peso en mis hombros de la historia del Adonáis».

Entre las reacciones al premio, numerosos mensajes, llamadas… Luis Escavy recuerda con cariño como, tras la gala, se acercó con su pareja a saludar a Julio Martínez Mesanza: «Tras felicitarme, se nos queda mirando, sonrió y me dijo: con que esta es la persona que te salva en la segunda parte del libro, ¿no?»

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