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Víctimas de la Gran Hambruna llegando a Liverpool, Inglaterra; ilustración en el Illustrated London News, 6 de julio de 1850.

Víctimas de la Gran Hambruna llegando a Liverpool, Inglaterra

¿Hasta dónde deben llegar las reparaciones históricas? Piden a una familia aristocrática que pida perdón por «la hambruna»

Tras disculparse en nombre de sus antepasados esclavistas, exigen ahora a los Trevelyan que asuman el papel de su familia en la Gran Hambruna Irlandesa

el reclamo por las reparaciones es una batalla de larga duración que llevan a cabo organizaciones de derechos humanos, que exigen compensación por los beneficios económicos que sacaron las fuerzas coloniales del siglo XVIII del tráfico transatlántico de esclavos, por el que se cree que más de 12 millones de africanos fueron vendidos como fuerza de trabajo.

En los últimos tiempos, debido al auge de la cultura woke y a un sentimiento de revanchismo y revisionismo cada vez más extendidos, se han sucedido las reclamaciones, que no sólo exigen la restitución de bienes que son hoy patrimoniales (como sucede con las obras de arte), sino incluso la entonación del mea culpa, arrepentido y doliente, de los «herederos» de la culpa hasta tres siglos después.

Eso es lo que le ha sucedido a una familia aristocrática: los Trevelyan son ahora cuestionados por el papel de sus antepasados en la hambruna irlandesa. Esto se produce después de que los herederos de esta misma familia pidieran perdón y se ofrecieran a pagar indemnizaciones por la trata de esclavos en el Caribe.

La familia Trevelyan poseía esclavos en Granada y recibió el equivalente a 3 millones de libras cuando se abolió la esclavitud

La familia Trevelyan poseía esclavos en Granada

Laura Trevelyan, hoy periodista de la BBC, decidió donar 100.000 libras (unos 112.000 euros) para poner en marcha un fondo comunitario de desarrollo económico en el país insular de Granada, donde su familia poseía plantaciones de azúcar. Precisamente este acto de contrición ha desatado las críticas, tanto por los que creen que no tiene sentido pedir perdón por algo que ocurrió hace 300 años como por los que, por el contrario, consideran su gesto insuficiente.

Tras la esclavitud, la hambruna

Laura Trevelyan ha pedido perdón a los granadinos por el papel de sus antepasados en la trata de esclavos en las Antillas. Sir Charles Trevelyan, primer baronet, cuatro veces bisabuelo de la periodista, fue el funcionario inglés encargado de la ayuda contra el hambre cuando la respuesta a la plaga de la patata mató a un millón de personas en las décadas de 1840 y 1850. ¿El problema? Es conocido por una frase durante la Gran Hambruna Irlandesa: «El juicio de Dios envió la calamidad para dar una lección a los irlandeses».

Está inmortalizado en lo que se ha convertido en un himno irlandés, The Fields of Athenry (Los campos de Athenry), que habla de un prisionero que «robó el maíz de Trevelyan», una referencia a los alimentos exportados desde Irlanda mientras millones de personas pasaban hambre. Por ello, se ha desatado una serie de exigencias sobre el papel de Charles Trevelyan en la hambruna de Irlanda.

La novelista irlandesa Katherine Mezzacappa ha sido una de las instigadoras, gracias a un tuit en el que pedía que «¿Se sabe algo de la catastrófica gestión de Charles Trevelyan de la ayuda contra la hambruna en Irlanda?». Según ella, aunque agradece la intención de Laura Trevelyan, existe un «extraño desajuste entre la historia que se enseña en el Reino Unido sobre los ingleses y lo que hicieron en otros lugares que también necesitan atención».

Aprovechó también para señalar a otros protagonistas de la historia británica. «En el caso de Irlanda, Trevelyan es sólo un caso; Walter Raleigh y, por supuesto, Oliver Cromwell, son otros. Como probablemente sepáis, la exportación de maíz irlandés a Inglaterra en los años de la hambruna, a la que se hace referencia incluso como 'el maíz de Trevelyan', no es lo único que hizo Trevelyan: su inacción se debió a su creencia declarada de que los aparceros irlandeses se habían buscado la desgracia de la hambruna».

«Privilegio blanco»

Laura Trevelyan viajó a Granada el año pasado para enfrentarse al pasado esclavista de su familia, que recibió el equivalente a 3,3 millones de euros por la pérdida de sus propiedades esclavistas cuando se abolió la esclavitud en la década de 1830. Por ello, la donación de la periodista es «inadecuada», y ella misma ha declarado: «Si alguien tenía 'privilegio blanco', era sin duda yo, descendiente de esclavistas caribeños».

Tanto desde el gobierno británico como desde la Comisión de Reparaciones de Granada consideran «encomiables» los pasos que ha dado Laura Trevelyan, y espera que muchos sigan su ejemplo: «Es un paso en la dirección correcta para afrontar las responsabilidades de esta familia británica y los beneficios a largo plazo de sus antepasados esclavistas», ha declarado Sarah Brown, esposa del ex Primer Ministro Gordon Brown.

Esta reclamación puede provocar un efecto dominó. El pasado 19 de enero, la presidenta del Foro Permanente de Afrodescendientes de las Naciones Unidas y exvicepresidenta de Costa Rica, Epsy Campbell, solicitó a la Iglesia Católica que pida «perdón por la complicidad, así como el estímulo directo e indirecto a las atrocidades sufridas» por millones de personas víctimas de esclavitud.

En una carta dirigida al Papa Francisco, Campbell pide el perdón, reparación y reconciliación de la Iglesia Católica con «el pueblo Afrodescendiente del continente Americano y el Caribe», en el marco de la ruta del acuerdo sobre la Fraternidad Humana: «El pedido de perdón a descendientes de personas esclavizadas es un camino histórico necesario que contribuye con fraternidad humana, la reconciliación y la reparación del daño a millones víctimas».

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