Libros clásicos contra libros de adoctrinamiento ideológico: la guerra de la censura se recrudece en EE.UU.
La American Library Association (ALA), con casi un siglo y medio de antigüedad, asegura con datos parciales que la mayoría de las denuncias son contra libros LGTBI o sobre personas de color
El año pasado se recibieron en Estados Unidos más del doble de solicitudes de censura de libros que en 2021, según la American Library Association (ALA). Unos 2.500 títulos fueron señalados en 2022, un nuevo récord desde que esta asociación de bibliotecas de Estados Unidos, con más de un siglo de antigüedad, empezó a reunir esta información hace 20 años.
Casi el 60% de las denuncias se dirigieron contra bibliotecas y planes de estudios, siendo el porcentaje restante contra las bibliotecas públicas, señaló la organización, que dará a conocer la lista de títulos afectados a fines de abril durante la Semana Nacional de Bibliotecas, en Washington.
En años anteriores fueron clásicos como Matar a un ruiseñor, de Harper Lee, De ratones y hombres, de John Steinbeck u Ojos azules, de la premio Nobel Toni Morrison, algunos de las obras señaladas. El objetivo de estas demandas era, hasta 2021, silenciar los libros, pero ahora ALA asegura estar viendo que los señalamientos vienen de grupos organizados que se dirigen directamente a la consejos de administración y piden la retirada de una amplia lista de libros.
Según esta organización, estos grupos pretenden «suprimir las voces de aquellos tradicionalmente excluidos de las conversaciones de nuestra nación, como las personas de la comunidad LGTBQIA+ o las personas de color». También advierten de que existen amenazas directas a empleados por proporcionar libros a los jóvenes, según la presidenta de ALA, Lessa Kanani'opua Pelayo-Lozada.
Lo llamativo de esta información es que ALA, con un claro sesgo woke entre sus actuales responsables, solo tiene en cuenta para establecer y publicar sus conclusiones las denuncias que recibe directamente, las únicas que contabiliza, dejando a un lado la ofensiva revisionista de libros clásicos contra la que se revela el otro ejército de esta guerra, empeñado en combatir el gran ataque orquestado (ante el que ALA calla) de distribución de libros de adoctrinamiento ideológico que pretende sustituir a aquellos.