La radical apuesta por la democracia de Maritain: el pensamiento político que necesita el siglo XXI
Ediciones Encuentro reedita la obra fundamental de filosofía política del pensador francés, El hombre y el Estado, auspiciado por Eugenio Nasarre, miembro del Instituto Internacional Jacques Maritain
«En las épocas de tinieblas y de conmoción general, la peor tentación de la humanidad es la de renunciar a la razón moral». El pensamiento de Jacques Maritain (París, 1882 - Toulouse, 1973) ha sido largamente ignorado, no ha ocupado el lugar que le corresponde en la historia, tanto de la filosofía política como del pensamiento general, pero muy especialmente en el ámbito católico. Ahora, Ediciones Encuentro ha reeditado uno de sus libros clave, El hombre y el Estado, publicado por primera vez en 1951 y presentado hoy en un evento organizado por la Fundación Cultural Herrera Oria y la propia editorial.
Acogido por la Universidad CEU San Pablo, el encuentro ha contado con Eugenio Nasarre Goicoechea, miembro del Instituto Internacional Jacques Maritain y uno de los máximos expertos en la figura del filósofo francés; Ignacio Sánchez Cámara, catedrático de Filosofía en la Universidad Rey Juan Carlos; Isabel Benjumea, diputada del Parlamento Europeo, y Agustín Domingo Moratalla, catedrático de Filosofía Moral y Política en la Universidad de Valencia.
Setenta años después de esta obra fundamental, el pensamiento de un autor muy influyente en los planteamientos católicos modernos acerca de la relación entre autoridad religiosa y política, libertad e identidad nacional, presenta una brújula única para leer el signo de los tiempos. «No debemos perder el legado de Maritain: tenemos el deber de recuperarlo», ha comenzado Nasarre, reivindicando también la importancia de su pensamiento para el mundo católico, 50 años después de su muerte.
«Fue el maestro de nuestra generación: de la generación de los protagonistas de la construcción de las democracias europeas tras la Segunda Guerra Mundial y del proyecto de la Unión Europea», ha recordado el político español, que ha citado también a Robert Schuman y la influencia del pensamiento de Maritain en su hacer político. Sin embargo, en España no fue así: "La recepción de Maritain por el catolicismo español fue de enorme rechazo, también por su posición en relación con la Guerra Civil, porque se revolvió contra la declaración episcopal en la que llamaba a la guerra 'cruzada'. «Admito la posibilidad de una guerra justa, pero no una guerra santa: no es posible ni defenderlo ni evocarlo», ha citado Nasarre.
Maritain fue rechazado por el catolicismo español por su posición en la Guerra Civil: se negaba a calificarla de 'cruzada' o 'guerra santa'
El político español descubrió al filósofo francés en la biblioteca de Joaquín Ruiz Jiménez, y ha citado cómo en el Concilio Vaticano II su figura fue, por fin, reconocida: «La Iglesia le agradece todo lo que ha hecho a lo largo de su vida», reza el mensaje a los hombres de la cultura que le fue entregado. En cambio, Leopoldo Eulogio Palacios Rodríguez fue el gran «antimaritainiano»: «Llegó a escribir un obituario muy crítico con su figura, recalcando todo en lo que se había equivocado», ha destacado Nasarre.
«Este libro es el colofón de su obra de filosofía política, ámbito en el que se introduce tras su conversión al catolicismo en 1906, lo que le hace descubrir la figura de Santo Tomás. Se 'enamoró' y decidió emprender la aventura de renovar el tomismo», ha continuado el exdiputado, que ha destacado su obra Humanismo integral como la base de todos sus libros de filosofía política, que culminarán en 1951 con la publicación en inglés de El hombre y el Estado.
«Sólo mediante la democracia puede hacerse una racionalización moral de la política» es otra de las citas de Maritain preferidas por Nasarre: «Su apuesta por la democracia es radical: es el gran antagonista de Maquiavelo».
¿Qué legado ha dejado Maritain en el pensamiento democristiano actual? Isabel Benjumea, diputada del Parlamento Europeo, también coincide en que es una figura que ha caído en el olvido y que merece la pena recuperar, «especialmente para aquellos que trabajamos en política: a todos nos convendría profundizar en lo que es el humanismo cristiano». Para Benjumea, la idea clave de Maritain necesaria hoy es la de la acción civil, «la concepción de pequeñas unidades de la sociedad civil que son las que hacen crecer el pensamiento, cuando individuos libres y responsables atesoran los valores que luego se representan en la política».
Hay que reivindicar la acción civil: individuos libres y responsables que atesoren los valores que luego se representan en la política
«Hay que construir desde abajo alrededor de la convicción e importancia de tomar parte», ha continuado la diputada europea, quien reconoce que «estamos en minoría», en referencia a los humanistas cristianos y a aquellos que reivindican la Doctrina Social de la Iglesia.
¿Idealiza Maritain la democracia? ¿Es pragmático, pero es suficiente el poder de la libertad y de la justicia para ser base de la democracia? A estas preguntas, lanzadas por Ignacio Álvarez, de Ediciones Encuentro, ha respondido Ignacio Sánchez Cámara, catedrático de Filosofía en la Universidad Rey Juan Carlos. «Cuando escribo sobre la persona, mi referencia es Maritain, pero también cuando lo hago sobre filosofía política. Él dice que el individualismo y el colectivismo son opuestos, que son superados y corregidos por el personalismo, y esto tiene validez perenne», ha comenzado el filósofo.
Citando a los que elaboraron la Declaración Universal de Derechos Humanos («Nos pusimos de acuerdo siempre que no preguntamos los motivos por los que estábamos de acuerdo»), Sánchez Cámara ha destacado el problema de evitar los fundamentos: «No se sostienen las ideas si no se sostienen los fundamentos, pero además el fundamento afecta al contenido». El catedrático ha citado ejemplos concretos, como el aborto, la eutanasia o el derecho a la propiedad: «Maritain afirma que el fundamento es la ley natural, que es un concepto filosófico del mundo griego, que procede de Heráclito, ni siquiera es cristiana. Así, el fundamento de los derechos humanos es religioso, aunque tenga también una vertiente racional, metafísica; pero sin la referencia a Dios no se sustenta. La religión propicia un fundamento, aunque sea inaceptable para muchos».
El fundamento de los derechos humanos es religioso, aunque tenga también una vertiente racional, metafísica
Martiain fundamenta también su rechazo a la subordinación de los medios a los fines. «¿Justifica el fin los medios? Maritain nos advierte que no: no puede haber inmoralismo político, para lograr el bien común nunca se pueden usar medios inmorales», ha destacado Sánchez Cámara, que ha pasado entonces a analizar su síntesis tomista. «Lo que debemos hacer hoy es identificar el aristotelismo: ¿es quizá la relación con la Modernidad?», se ha planteado el filósofo.
Por último, Agustín Domingo Moratalla, catedrático de Filosofía Moral y Política en la Universidad de Valencia, ha destacado el libro El hombre y el Estado como «una de las introducciones más claras y lúcidas que todavía existen a la filosofía contemporánea»: «Es un clásico y hay que trabajarlo en las universidades». Para Domingo Moratalla, pensar con Maritain es pensar sobre nosotros mismos y reconstruir nuestra historia personal. «Maritain nos ayuda a mantenernos en una tradición filosófica y, con cierta lucidez, mantenernos dentro de la vida de la Iglesia y de la Filosofía».
Maritain nos ayuda a mantenernos en una tradición filosófica, dentro de la vida de la Iglesia y de la Filosofía
También cree el catedrático que el pensamiento del francés arroja luz sobre el fracaso de la democracia cristiana. «Si hoy no conocemos o no se estudia ni el derecho natural ni la filosofía política de Maritain es por un pacto de varios profesores del filosofía del derecho para excluirlo de las universidades españolas», ha querido reivindicar, culpando a la gestión del conocimiento en la universidad española.
Dentro de su filosofía moral, Domingo Moratalla ha destacado la importancia del papel de la conciencia, algo olvidado en la filosofía moral y política. «Maritain plantea la necesidad de que creyentes y no creyentes tengan un credo político, no una religión civil. Una fe secular que él llama 'carta democrática'»,
«Seamos conscientes de la ignorancia en la que nos encontramos. Será contracultural recuperar su pensamiento, pero todos los parlamentarios deberían leer El hombre y el Estado... y a nivel de Iglesia tampoco haría daño que se recuperara y estudiara su figura dentro de la Doctrina Social de la Iglesia. En Maritain hay una continuación y una renovación tanto del 'humanismo integral' como del diálogo entre razón y fe, algo en lo que todos los Papas han insistido», ha concluido el pensador de la Universidad de Valencia.
«Los derechos humanos son de inspiración cristiana. Sin Dios no se puede entender tampoco la democracia. Es una reflexión que puede llevar a malos entendidos, pero es así sin lugar a duda, como dice Maritain: 'La filosofía cristiana tiene sus raíces en el Evangelio'», ha recuperado Benjumea, para quien es fundamental mantenerse firme en esta defensa.