Cómo conectar con el estoicismo, la filosofía antigua convertida en manual para la vida moderna
Manual de vida o Enquiridión de Epicteto y las Meditaciones de Marco Aurelio son las fuentes originales, sencillas y prácticas para iniciarse en la doctrina vital de moda
Quizá acudir a las obras de dos filósofos nacidos hace 2.000 años para empujarse en la vida presente resulta extraño, pero es extraordinariamente real. Y práctico: Epicteto y el emperador romano Marco Aurelio. Manual de vida y Meditaciones, respectivamente. Consejos prácticos para la vida de hace dos milenios para ser aplicados en la vida dos milenios después. Son consejos eternos, inmortales y humanos (mientras exista uno solo de ellos), ajenos a toda ingeniería social pues parten del interior de cada individuo y solo pueden ser practicados por cada individuo. En realidad son consejos para ser libre, adoptados por distintas disciplinas: la psicología, el mindfullness...
Epicteto, un esclavo que ansiaba la libertad, habló en su tiempo de sus disciplinas, de las disciplinas propias, personales para una vida mejor. Las recogió Arriano, un discípulo, en Manual de vida o Equiridión, que empieza así: «Pensemos en todas las cosas que existen en el mundo, unas dependen de nosotros, otras no. De nosotros dependen; nuestras opiniones, nuestros movimientos, nuestros deseos, nuestras inclinaciones, nuestras aversiones; en una palabra, todas nuestras acciones...».
Las cosas que no dependen de nosotros son: el cuerpo, los bienes, la reputación, la honra; en una palabra, todo lo que no es nuestra propia acción. Las cosas que dependen de nosotros son por naturaleza libre, nada puede detenerlas, ni obstaculizarlas; las que no dependen de nosotros son débiles, esclavas, dependientes, sujetas a mil obstáculos y a mil inconvenientes, y enteramente ajenas...».
Así empieza Epicteto y sobre esta cuestión de lo que depende de nosotros o no, se extiende su filosofía, sus métodos, donde la disciplina adquiere una importancia fundamental, para controlar los miedos y los deseos, llevar a cabo las decisiones según la razón o el orden y no precipitarse en los juicios en el amor, la amistad o los placeres. Un viaje por las debilidades del ser humano para hacerlas fortalezas.
Frases extendidas como «Ni vergüenza, ni culpa» o «Tu voluntad está siempre bajo tu poder», «La felicidad solo puede hallarse en el interior», «Nadie puede hacerte daño», «El carácter importa más que la reputación», «No reprimas nunca un impulso generoso»... pautas explicadas con brevedad, sencillez y concisión, para todos los públicos, o para casi todos, en unas sesenta páginas de lectura ligera y profunda al mismo tiempo, las claves de su éxito.
Y si sencillo y práctico es el Manual de Vida de Epicteto, más poéticas y personales son las Meditaciones de Marco Aurelio, el siguiente paso del acercamiento al estoicismo. Reflexiones sin orden cronológico. Los pensamientos como nubes que pasan, la melancolía sobrevolando la sabiduría de un filósofo encerrado en un emperador que acepta, estoicamente, su destino. Son las Meditaciones la forma de huir del peso de la responsabilidad del rey, el anhelo íntimo de un hombre bueno (en la pintura de Delacroix se muestra la pena de los hombres por su muerte frente a la maldad de su hijo y heredero Cómodo, de rojo) que se apoya en sí mismo, que confía en sí mismo para alcanzar la excelencia y la serenidad de espíritu para que ahora, 20 siglos después, la intente alcanzar el hombre de hoy.