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El diestro Borja Jiménez da un pase a su primer astado, Cuba, durante la corrida de toros de la Feria de Fallas, con reses de Juan Pedro Domecq y Puerto de San Lorenzo/La Ventana del Puerto, y en la que ha compartido cartel con Cayetano y Juan Ortega

Borja Jiménez toreando por bajo al primero de su lote, de nombre CubaEFE

Borja Jiménez manda en el toro

Juan Ortega deleita con unas lentísimas verónicas

Tradicionalmente, la víspera de San José solía ser casi la fecha mejor de la Feria para la taquilla, por eso la elegían las máximas figuras. Este año, al caer el Santo Patrón en martes, este lunes queda en medio: eso se advierte en el cartel y en la entrada, en una tarde fresca y con mucho viento.

Sorprende que, a comienzos de temporada, en una Plaza de primera categoría, se lidie una corrida con tres hierros, de juego lógicamente muy desigual. Se queda al borde de la Puerta Grande Borja Jiménez, que corta una oreja, gracias a su entrega y su toreo mandón. Juan Ortega encandila al público con unas lentísimas verónicas.

Juan Ortega gustó al público con sus pausadas verónicas

Juan Ortega gustó al público con sus pausadas verónicas@plazadevalencia

Con 47 años, Cayetano acaba de reconocer que está en la etapa final de su carrera. (Empezó tarde y eso condicionó su aprendizaje). La temporada pasada resaltó haciendo un quite a cuerpo limpio a Roca Rey y tuvo que parar, por una lesión. Con el paso del tiempo, ha quedado claro que, en su estilo, ha predominado la raza y el coraje sobre la estética.

El primero, de Juan Pedro, es bravo y noble. Molesto por el viento, Cayetano calienta al público toreando de rodillas, con molinetes y de pecho. Liga una buena serie de derechazos. Suena un aviso antes de entrar a matar. Un pinchazo feo y una estocada trasera lo enfrían todo.

Cayetano, de grana y oro en el albero de Valencia

Cayetano, de grana y oro en el albero de Valencia@plazadevalencia

El cuarto, de El Puerto de San Lorenzo, recibe un buen puyazo de Pedro Geniz (protestan algunos porque no están acostumbrados a ver esto). El toro es fiero, rebrincado, se viene arriba y Cayetano se lo quita de en medio. Destaco el gesto de su banderillero Joselito Rus, que torea esta tarde a pesar de haber sufrido ayer una cornada: así de grande es la Tauromaquia.

Un muy comentado episodio atrajo sobre Juan Ortega los focos de la popularidad, en el periodismo rosa. A la vez, su toreo ha seguido mostrando una calidad estética singular, aunque, para disfrutarla, haya que esperar a que le salga el toro propicio. Así ha sucedido siempre, con este tipo de torero: suelen dejar para el recuerdo algún lance o muletazo, más que una faena completa.

El segundo, de Juan Pedro, sale de chiqueros como si ya lo hubieran picado, algo que ahora no es raro ver: eso resulta muy cómodo, para los toreros, pero choca con la idea que yo tengo de un toro encastado. Juan Ortega aprovecha las dulces embestidas para trazar verónicas lentísimas, acogidas con clamor. En la muleta, en cambio, surgen enganchones, no hay faena unitaria sino detalles sueltos. Le aplauden en recuerdo de las verónicas.

El quinto, de La Ventana del Puerto, no le deja lucirse con el capote. Tiene torería su comienzo de faena, rodilla en tierra, pero el toro va a peor, protesta, rebrincado. No pierde la compostura Ortega y acierta con la espada. Está claro que posee una gran estética pero también que manda poco, si el toro saca dificultades.

El diestro, Borja Jiménez, da un pase a su segundo astado, Ofensor, durante la corrida de toros de la Feria de Fallas, con reses de Juan Pedro Domecq y Puerto de San Lorenzo/La Ventana del Puerto, y en la que ha compartido cartel con Cayetano y Juan Ortega. EFE/Manuel Bruque

Borja Jiménez deja un vistoso pase de pecho con su segundo astado, OfensorEFE

Borja Jiménez es, por ahora, la gran novedad de la temporada, el diestro emergente. Su gran triunfo con los Victorinos, en la última Feria de Otoño, le ha permitido entrar como figura en los carteles de la Feria de Abril y de San Isidro. Este invierno, ha tenido el buen gusto de atender a los aficionados mucho más de lo que es habitual. Un detalle más: acaba de ofrecerse para matar gratuitamente seis toros en la Plaza de Espartinas, su pueblo y el de la familia Espartaco. Conozco bien esa Plaza, es un coso moderno, muy bonito, lamentablemente cerrado desde que ocupa la Alcaldía el PSOE. Todo esto aumenta el deseo de verlo torear pero también aumenta su responsabilidad, para estar a la altura de las expectativas que ha generado.

Es bravo el tercero, «Cuba», de El Puerto de San Lorenzo. (Todavía recuerdo un magnífico «Cuba II», de la misma ganadería, en Las Ventas). Desde el comienzo, a Borja se le ve firme, rotundo, asentado. Toreando por bajo, le puede al bravo toro, liga, no le deja irse. Una faena de torero técnico, mandón, no lejana de como toreaba al comienzo Espartaco, su maestro. Mata regular, entrando muy de largo, y la espada queda tendida: a pesar de eso, corta oreja.

El último, de Juan Pedro, luce una preciosa estampa: largo, astifino, bien hecho. Mide el castigo Tito Sandoval porque tiene las fuerzas justas. Brinda Borja por televisión a Curro Romero, en el aniversario de su alternativa. Da sitio al toro, cita de frente, conduce las embestidas. Los naturales de mano baja tienen mucho eco. Se esfuerza por conseguir otro trofeo, que le permita abrir la Puerta Grande. Su entrega total pone el público de pie pero mata de media tendida y se queda en petición y vuelta.

Un aforismo clásico sentenciaba: «O mandas tú o manda el toro». Borja Jiménez manda en los toros: por eso, va a ser uno de los protagonistas indiscutibles de la temporada. Debe mejorar con la espada, entrando desde más cerca. Tampoco me gusta que use recursos que ahora están de moda ( los circulares invertidos, rematar las series mirando al público) y debe ir depurando su estética. Con toros más fuertes, brillará más, sin duda. El que manda en el toro, manda en la Fiesta.

PD. Siguen discutiendo los buenos aficionados si merecía o no el indulto el toro «Leguleyo», de Jandilla, que propició el domingo el triunfo de Roca Rey. Los términos del problema están claros: fue espectacular su comportamiento en la muleta pero, por decisión de su matador, apenas se le vió, en varas. ¿Hubiera sido igual de bravo, en el caballo, si se lo hubieran permitido? Es imposible saberlo. Más allá del caso concreto, lo que me importa resaltar es que la bravura de un toro debe medirse atendiendo a su comportamiento en el caballo. Existe ahora una corriente de toreros y de ganaderos que disminuyen la importancia de la suerte de varas, frente a la de muleta. Me parece un funesto error: valorar más al toro «colaborador» (¡horrendo palabro!) que al verdaderamente bravo. Justamente por eso se va a proponer, en el nuevo Reglamento de Castilla y León, que, cuando se plantee esa duda, avanzada ya una faena de muleta, vuelva a salir el picador para ver si el toro muestra así definitivamente su bravura. No sé si esta novedad saldrá o no adelante pero está en la línea de la tauromaquia más clásica, la que no se debe perder.

Ficha del festejo

  • Plaza de toros de Valencia. Feria de Fallas. Lunes 18 de marzo. Media entrada. Toros de tres ganaderías: de Juan Pedro Domecq, 1º, 2º y 6º, nobles y bravos, justos de fuerzas. De El Puerto de San Lorenzo, 3º, bueno, y 4º, difícil. De La Ventana de El Puerto, 5º, complicado.
  • Cayetano, de grana y oro, pinchazo y estocada trasera (aviso, saludos). En el cuarto, estocada y descabello (silencio).
  • Juan Ortega, de rosa palo y oro, pinchazo y estocada corta atravesada, saludos. En el quinto, estocada (palmas).
  • Borja Jiménez, de turquesa y oro, estocada tendida (oreja). En el sexto, media tendida y descabello (aviso, petición y vuelta).

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