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Lluís Homar (en el centro) y Xabier Albertí (de pie, a la derecha) en el Festival de Teatro Clásico de Almagro

Lluís Homar (en el centro) y Xabier Albertí (de pie, a la derecha) en el Festival de Teatro Clásico de Almagro

El asesor de Lluís Homar aumenta las sospechas de escándalo sin respuesta en la Compañía de Teatro Clásico

El último «hallazgo" son las funciones y las acciones de Xabier Albertí, el dramaturgo asesor del director de la CNTC, Lluís Homar, ante las que nadie responde

Un pequeño chiringuito (o grande, está por ver hasta donde llega el caso de los dudosos contratos y de la dudosa gestión) es en lo que parece haberse convertido la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) bajo la dirección de Lluís Homar. Entre Quevedos y Lopes de Vega del siglo XVI se suceden los manejos del XXI.

«El amor lo puede todo y el dinero lo puede comprar todo», escribió el Fénix de los Ingenios, lo que podría ser un lema para los actuales responsables de la Compañía pública, recientemente renovados en sus cargos por la nueva directora del INAEM (nombrada por Urtasun, Paz Santa Cecilia), Lluís Homar y el misterioso (por sus funciones) dramaturgo «asesor» Xabier Albertí.

Montajes aparte

El ejemplo de Lluís Homar y sus contratos paralelos a su cargo como director de la CNTC parece que lo ha seguido Xabier Albertí, dramaturgo multipremiado (en Cataluña, como el mismo Homar) al que este contrató como asesor en 2020 (Homar fue nombrado en 2019) dadas las carencias de este en conocimiento de teatro del Siglo de Oro: mal empezaba la cosa con una designación sin que se cumplieran los requisitos.

Albertí fue director del Teatro Nacional de Cataluña (TNC) y es amigo personal de Homar, cuyo estilo (cobrar aparte por montajes más allá del cargo) parece que ha copiado. Albertí estaba contratado como dramaturgo, pero cobró aparte algunas obras durante los dos años de su vinculación (2020 a 2022) con la CNTC.

Según publica La Razón el contrato de Albertí durante esos dos años era de 96.000 euros, que se convirtieron en 162.000 con los montajes facturados aparte. El mismo periódico revela que Albertí estrenó seis montajes como director escénico mientras estaba a sueldo de la CNTC. Nada se sabe del contrato actual de Albertí con la Compañía porque ni el INAEM, dirigido por Paz Santa Cecilia, nombrada por Urtasun, ni el propio Ministerio, dirigido por este, han dado las explicaciones pertinentes a las preguntas que rebotan en el escudo protector que «la cultura» parece haber desplegado ante el escándalo que crece en el seno de la CNTC, que parece (solo parece, hasta que alguien se explique) bien aplicada a la letrilla de Quevedo:

«Toda esta vida es hurtar,/ no es el ser ladrón afrenta,/ que como este mundo es venta,/ en él es proprio el robar./ Nadie verás castigar/ porque hurta plata o cobre,/ que al que azotan es por pobre/ de suerte, favor y trazas./ que solo el que roba triunfa y manda».

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