El cierre del Museo de las Navas de Tolosa que es el colmo del revisionismo antiespañol
El pasado 31 de julio el Ayuntamiento de Santa Elena, en Jaén, tomó la decisión repentina cuyo efecto será también casi repentino: un mes después, el 31 de agosto
La noticia apenas ha trascendido. El Debate se hizo eco de ella el pasado 14 de agosto debido a que un colectivo integrado por 40 instituciones nacionales e internacionales de hispanistas, reunidas bajo el nombre de Protocolo de Santa Pola elevaran una petición formal al Ayuntamiento de Santa Elena, dirigido por el PSOE, para que explicase los motivos del próximo, rápido y sibilino cierre (el 31 de agosto) del Museo de las Navas de Tolosa tras una decisión que fue tomada el 31 de julio.
La batalla de las Navas de Tolosa, de 1212, supuso un antes y un después en la Reconquista cristiana de la península ibérica tras la victoria sobre los musulmanes. Solo con esta sucinta sinopsis del acontecimiento cualquiera puede sospechar de las razones del PSOE para cerrar esta pinacoteca después de la deriva histórica del Gobierno del mismo partido, apoyado en partidos políticos antiespañoles y revisionistas, gustosos de extender la leyenda negra española que silencia los grandes hitos de su Historia para convertirlos en objeto de denigración.
La construcción de un nuevo relato es el objetivo principal en casi todos los planes estatales, desde la educación, en cuyos currículos escolares la Historia de España solo se estudia a partir de la Constitución de Cádiz de 1812, hasta la cultura o cualquier otra decisión ministerial. Si no se va a enseñar la historia de Al Andalus o los Reyes Católicos, ¿para qué sirve un Museo sobre la Batalla de las Navas de Tolosa? Es una lógica ideológica y una acción más para tergiversar y suprimir no solo la propia Historia, sino el conocimiento general de sus ciudadanos.
La curiosidad en este caso llega desde la particularidad del Museo que los políticos del PSOE se aprestan a cerrar. Muchos de quienes lo han visitado han dado cuenta de la falta de rigor histórico de lo que en él se puede ver, lo cual es una suerte de retruécano en esta enrevesada y política, no ya historia, sino casi chisme. Según algunos de los escasos visitantes, el Museo de las Navas de Tolosa muestra a los cristianos como unos salvajes que acabaron con la refinada cultura musulmana. La misma cultura musulmana que se pretende elevar sobre todo el cristianismo como un instrumento más contra la Hispanidad.
Parece ser que el cierre se debe a la escasez de visitantes. Cualquiera, sin conocer lo que allí se expone, diría que se cierra porque a nadie le interesa la Reconquista (ese mito, según la izquierda) o la Historia de España. Pero en realidad lo que a nadie le interesa es la tergiversación de esa misma Historia. Da la casualidad de que los Museos en España tienen una excelente relación con el público. Los museos de España donde, desde sus diferentes posesiones, se explica mayormente la Historia de España. La Historia de España en sus museos, como por ejemplo el delicioso y exitoso Museo Naval de Madrid, ajeno a cualquier injerencia ideológica.
El caso contrario es el Museo de América, el segundo museo estatal menos visitado en España, donde el ministro Urtasun ha instalado (ante la imposibilidad absoluta de hacerlo en otros, pese a sus más que posibles intentos) su «Estado Mayor» de la descolonización, cuyo director, al contrario que la Historia veraz y documentada, sostiene ideológicamente que España sí tuvo colonias, requisito sectario fundamental para el mantenimiento de un puesto que podría estar en el aire solo con ver el éxito de la manipulación de la Historia entre los españoles en el curioso caso del Museo de las Navas de Tolosa.
El Museo que una numerosa asociación de defensores de la Hispanidad se opone a que se cierre, es de suponer que sin saber que en realidad lo que no quieren que se cierre quizá debería cerrarse, pero para reabrirse con lo que la Historia cuenta y no con lo que los políticos quieren que la Historia cuente.