El Premio Nacional de Ensayo también es para un antiisraelí, antitaurino e indigenista

Una granada de mano ilustra la cuenta de X del ganador del Premio Nacional de Ensayo, Alfredo González-Ruibal (anunciado el pasado 15 de octubre por el ministro de Cultura, Ernest Urtasun), arqueólogo del CSIC, por su obra Tierra arrasada: un viaje por la violencia del Paleolítico al siglo XXI.

Al mensaje del ministro, Guerra en la Universidad (el nombre de la cuenta de X desde la que se expresa) respondió, entre otros agradecimientos: «El de tauromaquia no ha podido ser porque ya no lo dan. Pero este está bien también». Lo más noticioso es que González-Ruibal ha declarado que va a donar el dinero del premio (30.000 euros) a «las víctimas de la guerra en Sudán y del genocidio en Gaza».

Entre sus post y «reposteados» recientes figura el apoyo al indigenismo, su antifranquismo, su constante crítica al colonialismo (el británico y el belga también) y el rechazo a la idea de la Hispanidad (rechaza el mestizaje, equipara al colonialismo inglés con el español o relativiza que se crearan escuelas y hospitales porque muchos indígenas no pudieron acceder...).

El capitalismo es otro de los objetivos de su punto de mira. Critica a «los ricos»:

También relativiza el canibalismo de los africanos porque estos representaron a los europeos decapitando, entre otros estudios. Esto mientras escribe sobre sus pequeños (o grandes) descubrimientos en las excavaciones en la que trabaja, y todo ello bajo el seudónimo de «Guerra en la Universidad» con la imagen de una granada de mano. De su activismo da cuenta la anécdota de que en 2017 fue expulsado del Valle de los Caídos por retirar unas flores de la tumba de Franco.