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El escritor C.S. Lewis

El escritor C.S. Lewis

Dos poemas de C.S. Lewis, el autor de Narnia a quien su amigo Tolkien leía 'El señor de los anillos'

Después de toda una vida de estudio y literatura, el escritor de Belfast se enamoró y se casó y vivió unos años de felicidad amorosa casi adolescente hasta la trágica enfermedad de su joven esposa

C.S. Lewis (Clive Staples Lewis) leyó desde los tres años no como lee un niño de seis, por ejemplo, sino como lee un adolescente. Se lo enseñaron en su casa de Belfast, hasta que a los 18 consiguió una beca para estudiar a los clásicos en Oxford. A los tres leía, a los cinco decidió llamarse como su perro Jacksie (le llamaron Jack toda la vida), muerto por atropello, y a los 15 renunció al cristianismo para declararse ateo durante un corto período de «rebeldía» espiritual.

Escritor de ciencia ficción

Las lecturas establecieron esas etapas, entre otras, en la vida del joven y casi impepinable escritor. La Gran Guerra partió su carrera universitaria apenas empezar. Cuando regresó del frente francés la retomó como el prodigio que era y, tras acabar con más que honores (en solo un año de los tres de los que constaban los estudios de filosofía, textos clásicos y literatura inglesa). Quiso ser poeta estrella, pero sus versos no le alcanzaron.

En su lugar fue profesor en Cambridge y en Oxford, donde conoció a su gran amigo católico J.R.R. Tolkien, quien leía a Lewis lo que iba escribiendo de El señor de los anillos para que este le ayudara y aconsejara. Por él recuperó su fe, aunque no en el catolicismo, sino en el anglicanismo. Fuera del planeta misterioso fue su primera obra de éxito, la primera parte de una trilogía de ciencia ficción de un lingüista que viaja por el sistema solar luchando contra el mal. Quién sabe si Robert Zemeckis se inspiró en C.S. Lewis para crear a George McFly. Entonces ya era un escritor fantástico de éxito y un prestigioso erudito y crítico literario que con sus estudios y publicaciones se creó una reputación formidable.

dos poemas de C.S. Lewis:

  • CANCIÓN DEL ÁNGEL

    Yo no sé, yo,
    lo que dicen juntos los hombres,
    cómo mueren los amantes, los amantes
    y la juventud.
    No puedo entender
    el amor de los mortales
    por la nativa, nativa tierra,
    todas las tierras son suyas.
    ¿Por qué en la tumba afligirse
    por una sola voz y rostro
    y no, y no recibir
    a otro en su lugar?
    Yo, volando en círculos
    por encima del cono de la noche,
    nunca he conocido
    mayor o menor luz.
    El dolor es como una copa
    de la que mi labio
    (¡Ay de mí!) nunca en todos
    mis interminables días puede beber.
  • ORACIÓN

    Señor, dicen que cuando parezco
    estar hablando contigo,
    como no respondes, es todo un sueño:
    uno imitando a dos.
    No les falta razón, pero no como
    ellos imaginan; más bien, yo
    busco en mí mismo las cosas que quería decir,
    ¡y mirad!, los pozos están secos.
    Entonces, viéndome vacío, Tú abandonas
    el papel de oyente, y a través
    de mis labios muertos respiras y pones en palabras
    pensamientos que nunca conocí.
    Y así, ni tienes que responder
    ni puedes; pues mientras que parece que
    hablamos dos, Tú eres Uno por siempre, y yo
    no un soñador, sino tu sueño.

A los 52 años publicó su novela más famosa, El león, la bruja y el armario, la saga de seis libros que se convirtieron en las famosas Crónicas de Narnia. En ellas estaba su habitual lucha entre el bien y el mal, expresado en su cristianismo renovado del que se convirtió en gran exponente y difusor con sus alegorías literarias naturales, pues confesó que no estaban escritas a propósito.

'Tierras de penumbra'

No mucho antes conoció a Joy Gresham, una admiradora poeta estadounidense separada de un esposo infiel con la que se carteaba y que acabó siendo su mujer. Su trágica historia de amor (ella enfermó al poco de celebrarse el matrimonio) se filmó en la película Tierras de penumbra de Richard Attenborough, protagonizada por Anthony Hopkins y Debra Winger.

Tolkien, ferviente católico, se enfadó con su amigo por contraer matrimonio religioso con una mujer casada gracias a un antiguo alumno sacerdote, que accedió a celebrar la unión ante la insistencia de Lewis, un adolescente enamorado a los 60, después de toda una vida de estudio y erudición, que murió cuatro años después de que lo hiciera su joven esposa.

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