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La banda británica The Who certificó el declive del movimiento hippie y abrió las puertas de par en par al punk

La banda británica The Who certificó el declive del movimiento hippie y abrió las puertas de par en par al punkGTRES

Leyendas del rock

El himno prepunk que certificó la defunción del movimiento hippie tras los crímenes de Manson

Una sucesión de hechos entre 1968 y 1969 llevó al movimiento hippie a lo más alto para, a continuación, hundirlo en los infiernos

La trágica noche del 8 al 9 de agosto de 1969 adeptos de la Familia Manson, aleccionados por el líder sectario, y músico fracasado Charles Manson, asesinaron a la actriz Sharon Tate (embarazada de más de ocho meses) y a otras cuatro personas en la casa de su marido, Roman Polanski, en Beverly Hills.

Al día siguiente, los Manson asesinaron al matrimonio LaBianca, también en Los Ángeles. En total, el arrebato asesino de la secta se cobró siete víctimas mortales en el episodio más oscuro de la historia de Hollywood.

Sin embargo, lejos de ser uno de tantos sucesos criminales (este particularmente mediático), aquellos asesinatos múltiples tuvo consecuencias a largo plazo que modificaron la sociedad estadounidense, agitaron los cimientos culturales del mundo occidental y establecieron un movimiento de ruptura entre la cultura hippie y el punk que ya comenzaba a despuntar.

Los asesinatos trajeron de cabeza a la policía durante meses hasta que una de las asesinas, Susan Atkins, fue detenida por robar un coche. En la cárcel presumió ante sus compañeras de haber asesinado a Sharon Tate. A partir de ahí, la policía no tardó en tirar del hilo, desmantelar la Familia Manson y detener a todos los implicados.

Charles Manson fue condenado a muerte en 1971 como autor intelectual de los crímenes. En 1972 se le conmutaría la pena por cadena perpetua. Murió en la cárcel en noviembre de 2017.

Charles Manson fue el autor intelectual de la muerte de la actriz Sharon Tate y otras seis personas

Charles Manson fue el autor intelectual de la muerte de la actriz Sharon Tate y otras seis personasEuropa Press

Los autores materiales de los crímenes, los acólitos de la Familia Manson Tex Watson, Susan Atkins, Patricia Krenwinkel y Leslie Van Houten también fueron condenados a muerte y, posteriormente, conmutadas las penas por cadenas perpetua tras abolirse la pena capital en el Estado de California.

Los detalles de los asesinatos son realmente espeluznantes. Los asesinos, armados con cuchillos y armas de fuego, se ensañaron con sus víctimas y, antes de abandonar la casa de Polanski, escribieron en la pared la palabra «Pig» (cerdo) con la sangre de los fallecidos a modo de firma.

Según declararon en el juicio, la brutalidad de los asesinatos fue resultado de una mala combinación de drogas de diseño y el fanatismo sectario inoculado por Charles Manson.

Los motivos de los crímenes siguen siendo, a día de hoy, una incógnita. Se ha barajado la posibilidad de que Manson quisiera desatar una guerra racial en Estados Unidos y que su plan inicial era dejar pruebas falsas que implicaran a los Panteras Negras en los asesinatos.

Lo cierto es que se llevó el secreto a la tumba. Por otra parte, lo más probable es que Manson no tuviera ninguna motivación concreta y que los crímenes fueran el resultado de su estado mental perturbado, un narcisismo patológico y un mesianismo enfermizo.

Manson era un pequeño criminal que, tras pasar varias veces por prisión, llega a la California de los años 60, en plena explosión de los movimientos culturales beat y hippie, para tratar de hacerse hueco como estrella del rock.

Entra en contacto con los Beach Boys a través de Dennis Wilson, pero no tiene talento y su carácter violento y psicótico espanta a quienes le rodean.

Es entonces cuando funda la Familia Manson en un rancho adonde llegan jóvenes, hombres y mujeres, deseosos de vivir en una comuna sin reglas establecidas y alcanzar el equilibrio espiritual mediante la liberación del cuerpo y de la mente.

La Familia Manson funciona como una secta en la que fluyen las drogas, rige el amor libre y el líder es un Charles Manson que colecciona concubinas entre sus jóvenes adeptas.

Unos años antes, en 1966, Truman Capote publicaba A sangre fría, causando una honda impresión en la sociedad americana, donde plasmaba con un brutal realismo el caso real del asesinato atroz de una familia entera en Kansas.

Más de una década antes, en 1951, J.D. Salinger publicaba El guardián entre el centeno cuyo protagonista, el adolescente Holden Caulfield, se alza como todo un símbolo contracultural y de rebeldía contra el sistema.

En ese ambiente, un Manson obsesionado con el Álbum Blanco de los Beatles y, en particular, con la oscura e insondable Helter Skelter, confecciona un ideario a medio camino entre la filosofía y la ideología a la que denomina con el nombre del legendario tema de los Beatles.

La Familia Manson no desentonaba demasiado en el circo cultural anglosajón de la explosión hippie a ambos lados del Atlántico y con capital en Los Ángeles y su ambiente de psicodelia, drogas, nomadismo y promiscuidad sexual.

Culturalmente fue una época interesante. La rebeldía de una juventud que renegaba de los sacrificios de sus padres y abuelos en las guerras mundiales (crecientemente antimilitarista con la Guerra de Vietnam como principal caballo de batalla) tuvo su reflejo en una producción literaria de la que quedan como testigos los contraculturales escritores de la Generación Beat Jack Kerouac con su En la carretera o Allen Ginsberg y su poema Aullido.

Musicalmente, es la época de la explosión del rock: The Beatles, The Beach Boys, The Doors, Bob Dylan, The Rolling Stones, Jimi Hendrix, The Yardbirds, The Who…

Los años 1968 y 1969 serán los puntos álgidos del movimiento con varios sucesos que marcarán profundamente el movimiento.

El 16 de marzo de 1968 se produce en Vietnam la llamada Matanza de My Lai, donde soldados estadounidenses asesinan a cientos de civiles vietnamitas desarmados. El crimen provoca una oleada de protestas contra la guerra de Vietnam en Estados Unidos con epicentro en Washington.

El 4 de abril de 1968 muere asesinado Martin Luther King en Memphis. Entre mayo y junio de 1968 estallan en París una serie de protestas estudiantiles contra el capitalismo, la guerra de Vietnam y la precariedad en una Francia exhausta y decadente tras las catastróficas guerras coloniales de Indochina y Argelia. El fuego del mayo del 68 se extenderá por Europa y América alimentando revueltas izquierdistas y envalentonando el movimiento hippie.

En agosto-septiembre de 1968 la isla de Wight, en Reino Unido, celebraba su primer Festival de música, que se repetiría al año siguiente con la presencia de Bob Dylan, The Band, The Who o Joe Cocker. En su edición de 1970 –ya con la resaca de los crímenes de la Familia Manson–, participarían en el Festival The Doors, Jimi Hendrix o Joan Báez, además de repetir The Who.

Las cifras de asistencia rondan varios cientos de miles de personas (se habla de más de medio millón), en un evento donde la tensión cultural contrasistema registra una auténtica explosión social.

El Festival de Woodstock, en agosto de 1969, repitió la fórmula con la presencia de Jimi Hendrix, The Band, Neil Young, The Who, Joe Cocker, Creedence Clearwater Revival, Janis Joplin o Joan Báez y quedó ya en el imaginario mundial como gran ceremonia de esa cultura convertida casi en religión que era el movimiento hippie.

Un mes antes, el 20 de julio de 1969 los astronautas estadounidenses Neil Armstrong y Buzz Aldrin se convertían en los primeros humanos en darse un paseo por la Luna después de que el módulo Eagle del cohete Saturno V los llevara al satélite desde la Tierra en una misión Apolo XI de la Nasa que supuso «un gran paso para la humanidad».

Las lisérgicas utopías hippies parecían poder llevarse a la práctica en un mundo que vivía bajo el miedo a la guerra nuclear entre el Pacto de Varsovia y la OTAN, con una división entre el bloque democrático y el comunista en constante tensión bélica no resuelta y con una serie de acontecimientos que, por un lado, generaban ilusión y esperanza de cara al futuro y, por otro, parecían arrastrar a la humanidad hacia la autodestrucción.

‘Baba O'Riley’ y el fin de los hippies

Entonces, justo cuando el movimiento hippie se encuentra en su momento álgido, se producen los crímenes de Manson y todo cambia.

El impacto que el asesinato de Sharon Tate y las otras seis víctimas de la Familia Manson tuvo en el mundo hippie fue brutal. Los efectos de la onda expansiva de los asesinatos aparece muy bien descritos en la genial novela Inherent vice, de Thomas Pynchon.

Los asesinatos de los Manson no produjeron una interrupción radical del desarrollo de la cultura hippie. De hecho, nunca se interrumpió del todo y ha experimentado puntuales rebotes en los años posteriores conviviendo y fusionándose con otros movimientos similares.

Sin embargo, agosto del 69 marca el inicio de su declive. En los años inmediatamente posteriores no se notará en exceso, pero un nuevo movimiento surgirá en Reino Unido y Estados Unidos en los años 70 y se erigirá como movimiento dominante hasta los años 90: el punk.

Se trata de un movimiento más honesto con las problemáticas de las clases obreras y proletarias de donde surge, menos idealista, más nihilista y escéptico y, como resultado, más contracultural. Al fin y al cabo, con el tiempo los hippies demostraron ser más burgueses que otra cosa.

Y aquí llegamos al meollo del asunto: ¿Qué tiene que ver la canción Baba O'Riley de The Who con el declive de la psicodelia hippie y el auge del punk?

La canción pertenece al álbum Who’s Next, el quinto de estudio de la banda británica, publicado en octubre de 1971 con los escombros del proyecto fallido Lifehouse.

El The Who de 1971 era muy diferente al de My Generation de 1965 –donde, por otro lado, ya se intuían algunos dejes punk que se acentuarían en los 70–. En el 65 The Who miraba a bandas como los Rolling, los Beatles y sus himnos los coreaban las alucinadas masas hippies en la isla de Wight y de Woodstock.

En 1971, The Who es un grupo más oscuro, desencantado con el movimiento contracultural hippie resumido en un Woodstock asolado como un páramo con miles de adolescentes destruidos por el LSD chapoteando en el barro.

Un grupo en el que Pete Townshend destrozaba su guitarra en el escenario y un Roger Daltrey con melena, camisetas XS y chaquetas de ante con flecos (¿quién imitó a quién? ¿Robert Plant a Roger Daltrey o Roger Daltrey a Robert Plant?) se desgañitaba y contorsionaba ante un público entregado.

Aunque The Who no era una banda punk, Baba O'Riley es, en muchos aspectos, por motivos temáticos, estilísticos y de filosofía de la composición, una canción punk. Tal vez la primera. O, como mínimo, es la canción que certifica el fin del movimiento hippie con el irónico grito de victoria que es, en realidad, una derrota: «Teenage Wasteland. They're all wasted!». Todos desperdiciados.

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