Cinco canciones para homenajear a Los Ángeles y recordarla como el foco cultural mundial que es
Las imágenes de los incendios de Los Ángeles son dramáticas y nos remiten a un paraíso perdido por la acción destructora del fuego al que estrellas del rock, el cine y la literatura han cantado y homenajeado
Los incendios se han convertido en el gran drama que año tras año asola el Estado de California y, de forma particular, se ceba con el área de Los Ángeles.
Condiciones climáticas, cuestiones geográficas y la acción del hombre han creado un coctel idóneo para que el fuego se haya convertido en la particular amenaza para los ciudadanos de California, aunque también de otros Estados de la costa oeste de Estados Unidos.
En los actuales incendios que están arrasando varias zonas urbanas de la ciudad de Los Ángeles, cerca de 100.000 personas han tenido que abandonar sus hogares, y ya se han contabilizado al menos cinco muertos.
Los fuegos no distinguen entre barrios ni clases sociales y han afectado incluso a áreas residenciales pudientes, donde se encuentran las mansiones de estrellas de cine y celebridades californianas, como las colinas de Hollywood o las playas de Malibú.
Estados Unidos ve impotente cómo las llamas consumen uno de los principales focos culturales de la nación, donde se ha forjado parte de la identidad estadounidense al abrigo del mundo del cine, la literatura y la música.
Numerosos escritores han elegido Los Ángeles para ambientar sus novelas: Thomas Pynchon en Inherent Vice; James Ellroy en L.A. Confindential o La Dalia Negra; Raymond Chandler en El sueño eterno, El largo adiós o Adiós muñeca; Charles Bukowski en La senda del perdedor; o Laird Koenig y Peter L. Dixon en Los niños están mirando.
Hogar de la industria del cine, Los Ángeles y su barrio de Hollywood han desempeñado en no pocas ocasiones el papel protagonista en varias películas, como la adaptación cinematográfica de las citadas Inherent Vice (Paul Thomas Anderson), L.A. Confidential (Curtis Hanson); o El sueño eterno (Howard Hawks).
Los Ángeles ha sido también el escenario de Rebelde sin causa (Nicholas Ray), Chinatown (Roman Polanski), El crepúsculo de los dioses (Billy Wilder), Blade Runner (Ridley Scott) o hasta Terminator (James Cameron).
Pero el género artístico que mejor nos ha trasladado al paraíso californiano, a sus colinas cinematográficas, sus avenidas flanqueadas por palmeras y sus olas cabalgadas por surfistas en playas de fina arena blanca, ha sido la música.
Desde The Beach Boys hasta la actual estrella del pop estadounidense Billie Eilish, pasando por The Doors, California y, en particular, Los Ángeles, ha sido la cuna de algunas de las mayores estrellas del rock y el pop.
LA Woman, The Doors
El sexto y último álbum de los Doors (Jim Morrison moriría pocos meses después de su salida), LA Woman (1971) es una verdadera carta de amor de la banda californiana a la ciudad de Los Ángeles que le vio nacer.
El tema que da nombre al disco LA Woman guarda inquietantes referencias a los catastróficos incendios que suelen asolar el Estado de California: «I see your hair is burning. Hills are filled with fire» (Veo arder tu pelo. Las colinas están repletas de fuego).
La letra la escribió el propio Jim Morrison, cuya faceta como poeta es muy destacable pese a haber quedado ensombrecida por su fama como vocalista de los Doors. En ese sentido, el estilo, la temática y estructura e la típica de las letras y poemas de Morrison.
La ciudad, las luces nocturnas, las carreteras, el asfalto, las chicas californianas, la nostalgia, los coches, los bares…, y esa percepción tan de Morrison y los Doors de contemplar la realidad desde la distancia, como si su alma se hubiera desprendido del cuerpo.
Jim Morrison hace referencia por primera vez en esta canción a su nombre chamánico, Mr. Mojo Risin, anagrama que esconde su propio nombre: Jim Morrison. También se hacía llamar El Rey Lagarto: «I am the Lizard King. I can do anything» (Soy el Rey Lagarto. Puedo hacer lo que quiera), que exclama con laconismo en la lisérgica canción Celebration of the Lizard King.
LA is my Lady, Frank Sinatra
La fructífera colaboración entre Frank Sinatra y Quincy Jones dio lugar a un álbum portentoso de «La Voz»: LA is my Lady, en 1984, su último disco de estudio.
La canción del mismo nombre que abre el álbum es una verdadera oda a Los Ángeles del mismo modo que unos años antes cantó a Nueva York en New York, New York, tema principal de la película de Scorsese del mismo nombre.
«L.A. is my lady. She’s always there for me. L.A. is my lady. She knows how to care for me». No hay nada más que decir.
California Dreamin’, The Mamas & the Papas
Las playas, las olas, el surf, Malibú y hippies. Todo eso es California Dreamin’ del grupo folk californiano The Mamas & the Papas.
«I’d be safe and warm, if I was in LA», (Estaría a salvo y caliente si estuviera en Los Ángeles). Nostálgica, hipnótica, todo un monumento de la cultura californiana de los años 60 con la guerra de Vietnam de fondo y el movimiento hippie en su máxima efervescencia.
Ese sueño californiano se veía desde las lejanas selvas vietnamitas como ese paraíso hippie de paz y amor a donde los soldados estadounidenses deseaban escapar para dejar atrás el infierno de la guerra.
99 miles from LA, Art Garfunkel
Versionada incluso por Julio Iglesias o por Art Garfunkel, 99 miles from LA, de Albert Hammond, es puro Los Ángeles.
Vuelve la nostalgia por el estilo de vida de Los Ángeles y California: las playas de arena blanca, el mar, la música, el viento…, pero también ese Los Ángeles urbano de autopistas y carreteras, coches y postes telefónicos.
«99 miles from L. A, I kiss you, I miss you. Please be there, passing a white sandy beach. We're sailing, turning the radio on, we're dancing» (A 99 millas de Los Ángeles, te echo de menos. Por favor, que estés allí, caminando por la blanca arena de la playa. Estamos navegando, escuchando la radio, bailando).
Cadillac Solitario, Loquillo y los Trogloditas
Loquillo nos dejó una de las mejores canciones de la historia del pop-rock español y, ya de paso, uno de los mejores homenajes que se podría hacer a la ciudad de las luces desde esta orilla del Atlántico.
Cadillac Solitario es uno de los grandes éxitos de Loquillo, como no podía ser de otra manera siendo una canción sobre California, llena de nostalgia y de idealización hacia Los Ángeles.
«Siempre quise ir a L.A., dejar un día esta ciudad, cruzar el mar en tu compañía», la letra escrita por Sabino Méndez es monumental. No es sólo un cántico a Los Ángeles, sino que, sobre todo, esconde una oda a aquella Barcelona cosmopolita sobre la que el independentismo catalán todavía no había lanzado las toneladas de fango sectario e hispanófobo que la ha arruinado.