El misterio del restaurador enmascarado: otra chapuza entre el 'Ecce homo' de Borja y la España vaciada
Nadie sabe quién puede haber perpetrado este nuevo desastre con la pretensión de restaurar una iglesia del siglo XIII
La iglesia románica que se perfila sobre el río de Castronuño en Valladolid ha sido la última en sufrir la buena voluntad y el mal gusto de algún restaurador aficionado.
A lo lejos, la iglesia en cuestión parece otro templo más perteneciente al pasado glorioso de los pueblos que fueron centro económico hace varias centurias, pero que al vaciarse, se quedan solitarios y a medio derruirse por falta de cuidado y rehabilitación.
Los conservadores denuncian muchas de estas prácticas
El alcalde del pueblo quedó conmocionado al comprobar, cómo en una fotografía tomada por un vecino, se podía ver un arreglo de cemento vertido sobre un arco románico con la intención de evitar el derrumbe del flanco este de la iglesia.
Y en seguida se recordó el ridículo intento de arreglo de aquel Ecce homo de Borja; que fue noticia en todo el mundo por el resultado, cercano al irreverente vandalismo artístico, y que sacó a la luz la existencia de otras acciones similares, que los conservadores de arte han denunciado repetidamente a la administración.
Los arreglos podrían remontarse a 1999
Parece que lo de Castronuño viene de lejos aunque se haya sabido ahora que Miguel Ángel García, el portavoz de la Asociación Patrimonial de la Provincia de Valladolid, ha ido a la iglesia para comprobar su estado y ha denunciado la situación. Un vecino, mientras hojeaba un libro antiguo sobre las iglesias de la región, vio una imagen en la que se percibía perfectamente la costura de cemento sobre el arco, al menos, ya en 1999.
Pero el hecho de que nadie se haya dado cuenta de que el cemento había estado allí todo este tiempo también es revelador. De hecho, se puede decir que es una consecuencia más de la España vaciada; una tierra antigua con demasiada historia y demasiados monumentos fenicios, romanos, moriscos y cristianos que necesitan ser reparados y a nadie parece interesarle.
El abandono de Castilla
Es este vacío y este abandono la verdadera razón por la que las iglesias se desmoronan. Ya no queda población que llene y cuide de estos templos. Por eso, pueden pasar décadas hasta que se descubre, como en este caso, que no sólo es la infortunada reparación de cemento lo que salta a la vista, sino también una malla de acero en el rosetón y una conducción eléctrica puesta por alguien en la pared, quizá con la buena voluntad de arreglar el patrimonio artístico de su pueblo, escondido en la soledad de Castilla.