Fundado en 1910
La estatua robada

La estatua robadaTHE MET

La cartuja burgalesa de Miraflores reclama al MET de Nueva York una estatua robada en 1927

La comunidad religiosa de Burgos se lo ha hecho saber a la institución neoyorquina a través de un comunicado oficial enviado a la embajada española en Estados Unidos

Esta joya escultórica, robada a principios del siglo XX y subastada en 1927, se trata de una talla de Santiago El Mayor que pertenecía al sepulcro de alabastro de Juan II de Castilla y de Isabel de Portugal que alberga la Cartuja de Miraflores en Burgos. Del cincel y del martillo de Gil de Siloé nació un exquisito complejo sepulcral repleto de una cuidada ornamentación y una iconografía que esconde un gran número de misterios.

Lo que ya no es un misterio es la petición de devolución, por parte de los cartujos, de la figura de Santiago que durante siglos estuvo situada en la cabecera de este panteón. Hace unos meses que se pidió la repatriación de esta estatuilla que lleva muchos años en el Museo Metropolitano de Nueva York, y, aunque todavía no ha habido respuesta por parte de la pinacoteca, los cartujos no pierden la esperanza.

Los monjes entienden que la salida de la estatua fue ilegal, al igual que fue ilícita su subasta posterior, por lo que su lugar debe de estar entre las paredes del templo. El responsable de este expolio es el conde de las Almenas, José María de Palacio y Abárzura, un cazador de tesoros con piel de mecenas, quien se encargó de sustraer varias obras y sustituirlas con piezas y copias de otras obras de menor calidad.

La petición de devolución

Fuentes del Diario de Burgos adelantan que la orden ya se ha puesto en contacto con la embajada española en Estados Unidos para proceder a la devolución. Algo que la delegación diplomática ha desmentido por lo que, si la petición será atendida o no, todavía es una incógnita.

Respecto al enigmático personaje José María de Palacio y Abárzura, el artífice de este latrocinio y de otros muchos, ya se revelaron en su tiempo las intenciones de este «filántropo», primero por Juan Albarellos, director del diario burgalés a principios del siglo XX, y después por el estudio de Las aventuradas labores de restauración del Conde de las Almenas en la Cartuja de Miraflores de María José Martínez Ruiz que arrojaba luz sobre las peripecias de este hombre en el monasterio burgalés.

El robo de las distintas figuras

En el estudio se informaba de un pasaje sucedido en 1933; el entonces prior Edmundo Gurdon, recibió la visita de un investigador norteamericano que le informaba de la venta de una pequeña estatua cuyo lugar de origen era el de la Cartuja de Miraflores.

Además, en 2006, durante las obras realizadas en la nave central de la iglesia se descubrió que había una enorme diferencia entre la calidad de las distintas piezas del sepulcro. Un hecho que refuerza la hipótesis del robo de algunas de las piezas del monasterio y su posterior sustitución.

Obras de reformas desastrosas

El conde de las Almenas, encargado de las obras de reforma del cenobio, se arrogó la responsabilidad de curar los males que arrastraba el templo después de los grandes expolios sufridos en las invasiones napoleónicas. Sin embargo, sus verdaderas intenciones fueron otras y el resultado de la supuesta restauración fue nefasto y la causa de la desaparición de diferentes estatuillas y figuras, entre ellas la protagonista de esta noticia.

El recorrido de la estatuilla

La pieza fue primeramente adquirida por una millonaria que la integró dentro de una colección llamada Reginald de Covan hasta que en 1969 pasó a formar parte del MET, en su sede de The Cloisters, en Manhattan.

Para cubrir la ausencia de esta figura, la diputación de Castilla y León otorgó fondos en 2018 para la fabricación de una réplica de la figura del apóstol que, en la actualidad, se encuentra en una vitrina dentro del monasterio.

A día de hoy, la comunidad contemplativa se encuentra a la espera, desde hace varios meses, de una respuesta del museo neoyorquino, después de casi cien años desde que la figura fuese robada y vendida por un ladrón sin escrúpulos.

comentarios
tracking