Una pregunta pertinente
El gran misterio: ¿por qué el PSOE no se ha roto en pedazos?
El periodista Fernando Jáuregui se lo pregunta en su último libro, La foto del Palace, una anatomía de las cuatro últimas décadas de historia del partido que más ha hecho por autodestruirse
«El PSOE ha estado a punto de partirse muchas veces, y la última, la que tuvo como protagonista a Pedro Sánchez, fue la más espectacular. Pero el partido nunca se ha roto. ¿Por qué?». Ésa es la pregunta que se hace el periodista Fernando Jáuregui en su último libro, La foto del Palace, recién llegado a las librerías de la mano de La esfera de los libros.
Jáuregui aprovecha el 40 aniversario de la icónica fotografía de Felipe González y Alfonso Guerra en el balcón del hotel madrileño en la noche electoral del 28 de octubre de 1982 para repasar la historia de un partido que ha sobrevivido a casi todo. Desde un tiroteo entre los partidarios de Indalecio Prieto y los de Francisco Largo Caballero en la primavera de 1936 hasta aquel Comité Federal del 1 de octubre de 2016 en el que Pedro Sánchez cayó, cautivo y desarmado. El PSOE ha sobrevivido, sobre todo, a sí mismo.
Cuenta el periodista en las primeras páginas del libro una conversación que mantuvo con Felipe en la casa de éste la víspera de la pasada Nochebuena. Jáuregui le preguntó por qué, contra pronóstico, había ido al último Congreso Federal del PSOE –en octubre de 2021– a pesar de sus desacuerdos con Sánchez. Y el expresidente del Gobierno respondió con una frase que, probablemente, explica por qué el partido que fundara Pablo Iglesias Posse sigue vivo, a pesar de sus luchas cainitas, la última entre Sánchez y Susana Díaz: «Porque, aunque te cueste creerlo, sigo siendo del PSOE».
Jáuregui repasa cuatro décadas de avatares socialistas, pero empezando por el final. Su libro es «una historia de poder» que «engancha desde la primera página» en palabras de quien lo fue casi todo en el PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero: el ex vicesecretario general del partido José Blanco. Él fue padrino político de Sánchez –apodado «el blanquito» por ello– y de quienes hace unos meses volvieron a su vera: Óscar López y Antonio Hernando.
«Ojo a la figura de Blanco, antes y ahora –escribe Jáuregui–. Antes, en la sala de máquinas del presidente Zapatero; ahora, desde un despacho de lobby (dirige la consultora Acento), controla, aseguran, muchas cosas, entre otras razones porque mantiene una magnífica relación con Zapatero, cuya mano es más larga de lo que se le supone: ha colocado peones en Telefónica, en El País y, claro, en Moncloa».
Uno de esos peones es Miguel Barroso, quien fuera el primer secretario de Estado de Comunicación de Zapatero y hoy accionista de Prisa. Barroso es una de las personas que peor paradas salen de La foto del Palace. «Lleva toda la vida ligado a los gobiernos y a los poderes e influencias socialistas, sin haber pasado jamás por urna alguna. Es uno de los pocos que ha 'sobrevivido', desde dentro o desde la periferia, pero siempre desde la influencia, ocasionalmente más o menos en la penumbra, a los mandatos de tres presidentes: Felipe González, Zapatero y, ahora, Pedro Sánchez, por cuyo despacho, aseguran, entra con facilidad», relata Jáuregui.
En esta anatomía de las últimas cuatro décadas del PSOE en 471 páginas han participado 120 socialistas, pero hubo dos que se le resistieron al autor: el propio Pedro Sánchez y Alfonso Guerra, coprotagonista de la foto que da título al libro; y que ni él ni González quisieron repetir la noche electoral del 6 de junio de 1993, última victoria del felipismo.
Las cosas ya estaban muy mal entre ellos. «No hubo abrazos ni largos discursos en el momento de la euforia. Felipe se limitó, algo misteriosamente, a decir que 'he entendido el mensaje enviado por los electores'. Guerra, en segundo plano, ya irreversiblemente distanciado en lo anímico y en lo político de Felipe, solo sonreía algo forzadamente», rememora.
Tempus fugit y ahora la pregunta que se hace Jáuregui es qué PSOE vendrá. Y, sobre todo: qué Sánchez vendrá, porque no hay delfín a la vista en el partido del puño y la rosa. «Es un corredor de fondo; va a darle la vuelta a esto (…). Vienen nuevos tiempos, pero retornando a conceptos anteriores: vuelve el bipartidismo», opina en las últimas páginas el alcalde de Vigo, Abel Caballero.
Para el autor, el futuro del PSOE dependerá en buena medida de «la configuración a su alrededor de otras fuerzas de la izquierda: Más País de Errejón, la plataforma que intenta la carismática Yolanda Díaz, el Bloque en Galicia, Compromís en Valencia, los Comunes de Colau, la 'sopa de letras' andaluza o hasta los resquicios que alienten en Unidas Podemos, cuyo futuro no es fácilmente predecible».