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Portada de «Guía para viajar en el tiempo a la Inglaterra medieval» de Ian Mortimer

Portada de «Guía para viajar en el tiempo a la Inglaterra medieval» de Ian MortimerCapitán Swing

'Guía para viajar en el tiempo a la Inglaterra medieval': sentir, oler y escuchar la Edad Media

Un viaje al pasado de la mano de Ian Mortimer para descubrir un poco mejor la Inglaterra medieval y hacernos nos hace pensar, reír o condolernos con los otros

Me permitirán una melonada para comenzar la reseña de esta semana. Esta guía es el manual que hubiera necesitado aquel caradura llamado Jamal Walker (interpretado por Martin Lawrence) que, como consecuencia de un accidente laboral termina viajando por el tiempo en Locuras en la Edad Media. Una olvidable película que se estrenó en 2001 y que jamás tuvo el propósito de pasar a la historia del séptimo arte. Precisamente el hilarante argumento del filme trasladaba al protagonista a la Inglaterra del siglo XIV, el mismo lugar y espacio temporal al que dirige su atención el historiador británico Ian Mortimer.

La primera edición de esta obra fue en 2008 y ahora se presenta en español en una cuidada edición de Capitán Swing. Desde entonces este trabajo innovador ha sido traducido a quince idiomas. Y también ha hecho que este historiador haya ensayado el mismo tipo de obra con otros períodos de la historia británica, como la Inglaterra isabelina o la Restauración. Quizá Mortimer esté estirando demasiado el chicle, sobre todo, cuando sabemos que su primera incursión en el mundo de la novela haya sido con The Outcasts of Time (2017), donde los viajes a través del tiempo son el eje de una narración que lleva a sus protagonistas a busca su redención entre los pliegues del pasado.

Guía para viajar en el tiempo a la Inglaterra medieval tuvo un aire innovador y diferente. La Inglaterra medieval, además, mantiene un atractivo que no despiertan otras épocas británicas para los lectores en español. Mortimer nos acompaña al siglo XIV alejándose de esa necesidad de dibujar la Edad Media como un tiempo en tonos negros y dramáticos. Y nos descubre que había mucho más, aunque en ocasiones se le escapen algunos lugares comunes que podrían llevar a confusión. El mundo que nos presenta este libro es complejo y rico en matices. La vida cotidiana se abre paso ante nuestros ojos y podemos curiosear en las vidas ajenas de quienes vivieron entre las arremetidas de la peste, las guerras o las revueltas populares. En el fondo, se trata de rellanar con carne y hueso los fríos datos que obtenemos de las estadísticas históricas.

Portada de «Guía para viajar en el tiempo a la Inglaterra medieval» de Ian Mortimer

capitán swing / 463 págs.

Guía para viajar en el tiempo a la Inglaterra medieval

Ian Mortimer

Mortimer quiere que estas páginas huelan, se puedan escuchar y podamos sentir con aquellas personas. La utilización de la segunda persona y la conjugación en presente ayudan a que eso se haga realidad. Porque este viaje nos lleva a un mundo que no es como el nuestro, pese a los posibles parecidos. Uno sale sabiendo identificar los ritos y costumbres de la Inglaterra del siglo XIV, aprende a saludar o decir la hora, cómo podemos comer en compañía de otros, ya sea en un humilde hogar campesino o en las suntuosas estancias de un castillo. La información se arremolina y, a veces, hasta nos puede desbordar por la detallada reconstrucción elaborada de los paisajes, las relaciones sociales o las mentalidades de la época. Probablemente no sea este un libro para medievalistas, pero sí es atractivo para el lector interesado en la Baja Edad Media. Siempre que tengamos en cuenta que el retrato es el de una Inglaterra que se parecía a otros reinos cristianos del momento, pero que también atesoraba unas cuantas particularidades.

Habrá que repetir hasta la saciedad que los historiadores no se preocupan por las fechas y los grandes personajes de la historia en mayúsculas. Lo que realmente les interesa es poder comprender los cambios y las continuidades a través del tiempo. Ojalá tuviéramos una tecnología que hiciera realidad las ensoñaciones de esta literatura de ciencia ficción sobre los viajes temporales. Mientras tanto, la imaginación sigue facilitando que podamos reconstruir eses otros mundos. Mortimer atina en una de las múltiples reflexiones que sazonan el libro al considerar que lo que nos acerca a los ingleses del siglo XIV no son tanto las similitudes con ellos como las diferencias. De eso se trata, en el fondo, a la hora de pensar nuestra humanidad. Una célebre frase dice que el pasado es un país extranjero, y algo de cierto tiene. Pero siempre teniendo en cuenta que, como nos enseñó el poeta irlandés W. H. Auden, para conocer mejor nuestro país hay que haber estado en otros. El libro de Mortimer nos hace pensar, reír o condolernos con los otros. Quizá no se le puede pedir nada más a este tipo de ejercicios historiográficos.

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