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César Wonenburger
César Wonenburger

Las estrellas de la ópera ya no respetan a los teatros españoles

Pillan al tenor Brian Jadge ensayando en La Scala el mismo día que debía actuar en el Liceo de Barcelona, que previamente había informado a su público de que el artista neoyorquino no cantaría allí porque tenía que guardar reposo por una súbita «lesión de espalda»

Actualizada 14:08

Foto del IG de la soprano rusa Anna Netrebko donde se ve al tenor Brian Jadge en la Scala de Milán cuando debía estar en el Liceo de Barcelona

Foto del IG de la soprano Anna Netrebko con el tenor Brian Jadge en Milán cuando debía estar en el Liceo de BarcelonaIG Anna Netrebko

El teléfono móvil de la gran diva de la ópera de estos días, la soprano rusa Anna Netrebko, tiene a veces más peligro que esos misiles norteamericanos de largo alcance que Biden le ha autorizado usar a Ucrania para defenderse de los ataques del ejército de Putin.

El año pasado, durante los días previos a la inauguración de la temporada de la Scala de Milán, el acto más esperado por los aficionados a la ópera, que se celebra cada 7 de diciembre, la cantante ya había provocado un incidente con el teatro italiano por culpa de su afición a subir a las redes todos sus movimientos

Los intérpretes del Don Carlo de Verdi, el título escogido para abrir el curso anterior, se habían comprometido por contrato a no desvelar nada acerca del montaje, que entonces corría a cargo de un español, el director de escena Lluís Pasqual.

Pero la Netrebko, con sus coloristas reportajes fotográficos, se encargó de sabotear la norma, mostrando durante los ensayos buena parte de la escenografía y vestuario de aquella ópera.

Parece que, alertado por los comentarios, el teatro se quejó, y las principales imágenes desaparecieron rápidamente del Instagram de la artista, aunque muchos ya las habían visto.

Una nueva «pillada» que compromete la imagen del Liceo

Pero ahora parece haber vuelto a las andadas comprometiendo, esta vez, a dos compañeros suyos, a una institución española y a la propia Scala.

En su cuenta de IG ayer apareció una foto (ya oportunamente borrada) en la que Netrebko se encuentra sentada en una silla en el escenario del teatro italiano, ensayando con varios de los colegas que supuestamente tomarán parte en el estreno de La forza del destino de Verdi que el próximo día de San Ambrosio, como sucede siempre, inaugurará la temporada 24/25 de ese coliseo.

En la imagen puede verse a la soprano en compañía, entre otros, del tenor norteamericano Brian Jadge, al que se le ve muy sonriente y relajado, en otro de los asientos.

Nada tendría de extraño salvo por las distintas implicaciones que ha ofrecido tan revelador testimonio gráfico. En primer lugar, Jadge debía estar cantando, ayer mismo, La forza del destino pero en otro sitio bien distinto, el Teatro Liceo de Barcelona, para lo que previamente había sido contratado.

Captura completa de la publicación de Netrebko en IG

Captura completa de la publicación de Netrebko en IGIG Anna Netrebko

Después de haber protagonizado allí las representaciones de los días 9, 12 y 15, como estaba anunciado, Jadge tendría que haberse despedido del público catalán con el último de sus compromisos, el de ayer. Hasta que una suerte de imprevista lumbalgia se atravesó en su camino.

El Liceo comunicó a la afición, y principalmente a sus abonados, que una inoportuna lesión de espalda haría imposible que Jadge actuara este día en el teatro. Debía guardar forzosamente reposo. Y les transmitía que para reemplazarlo se echaría mano del tenor Angelo Villari, que, aunque menos célebre que su colega norteamericano, pertenece a la misma agencia artística que Jadge, la del empresario italiano Gianluca Macheda.

Hasta ahí todo podría situarse en el terreno de la más pura lógica teatral. Este tipo de situaciones ocurren a menudo, y últimamente con demasiada frecuencia en el Liceo barcelonés, donde algunos cantantes principales han llegado a liberarse unilateralmente de sus compromisos allí, solamente alegando simples «problemas de agenda».

Un hecho insólito en cualquier lugar: si firmas un contrato por el cual te comprometes a actuar unos días concretos en un espacio determinado, ¿cómo puedes comunicar, más adelante, que no vas a cumplir porque no te lo permite tu agenda? ¿Acaso no lo sabías ya antes de sellar el compromiso? ¿O es que por el camino se cruzó un empeño más goloso?

Lesionado para Barcelona, pero en forma para ensayar en Milán

Lo verdaderamente grave de este asunto, para el Liceo, es que la «pillada» que ahora, de modo indirecto, ha propiciado Netrebko ha desvelado que la lesión que le impedía a Jadge cantar la última función de La forza del destino en ese teatro, en cambio, no le supuso ningún inconveniente para viajar hasta Milán y emprender, ese mismo día, los ensayos del título de Verdi.

El público lo ha percibido como un engaño, como se ha podido comprobar en las últimas horas mediante las airadas protestas de algunos aficionados en redes sociales.

Aunque se dijera expresamente que el cantante precisaba reposar, siempre podría alegarse que los dolores eran lo suficientemente intensos para no actuar ante la gente que había pagado su entrada en Barcelona, pero no tanto como para que ensayara en Milán, convenientemente sentado.

Desde luego, todo puede justificarse, pero el papelón para el teatro es tremendo; la decepción de los abonados del Liceo, absoluta, y el desprecio hacia la afición lírica en general (la institución catalana recibe a público de todas partes), se mire por donde se mire, mayúsculo. ¿Indispuesto para actuar en Barcelona, pero súbitamente recuperado para ensayar en Milán, casi a la misma hora?

Lo que en el fondo revelan este tipo de actitudes es el escaso peso específico, la nula relevancia que las instituciones musicales españolas tienen hoy en la escena internacional.

Y cómo, a veces, se juega con la paciencia de los asistentes, que a menudo llegan a pagar precios no precisamente baratos para disfrutar de sus artistas favoritos sin que nada impida que, más adelante, y solo en función de sus propios intereses, estos puedan decidir caprichosamente si cumplen o no lo pactado.

Con el inconveniente, además, de que los sustitutos ofrecidos como compensación para no cancelar el espectáculo no siempre están a la misma altura.

Una imagen que también deja en mal lugar a La Scala

La información que se puede desprender de una aparentemente inocua imagen, durante la atmósfera más o menos relajada de un ensayo, no solo queda en esta «pillada». Hay otras.

Se supone que el tenor que cantará la función inaugural, y hasta cuatro representaciones posteriores (la última, el 19 de diciembre) de esta esperada Forza del destino, en Milán, tendría que ser el anunciado, hasta hoy mismo en la página web de la Scala, el gran divo actual, Jonas Kaufmann. Pero el artista muniqués no aparece por ninguna parte en las fotografías recientes, lo que hace pensar en una más que probable cancelación.

La presencia de Brian Jadge en estos ensayos podría suponer que Kauffmann, que no atraviesa precisamente estos días su mejor momento vocal, se retiraría también de este relevante compromiso internacional, el que más atención genera en el mundo de la lírica.

Si resultase así, ¿hasta cuándo espera el principal teatro italiano mantener oculta esta información? ¿Tiene el público que ha comprado sus entradas para ver a la pareja más deseada de la ópera, la formada por Netrebko y Kaufmann, suficientes motivos para preocuparse?

Una imagen vale a veces por mil palabras. Y si la foto proviene de las sustanciosas redes públicas de Anna Netrebko, entonces, mucho más.

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