The Strokes defraudan en una noche que salvaron M83 y el tecno de Underworld y Acid Arab

«Esto es una vergüenza». ·«¿Se puede tocar con más desgana?». «Parece que les da exactamente igual lo mal que están sonando». Eran quizá el grupo más esperado del festival Cala Mijas 2023, pero The Strokes defraudaron a su público. Acaban de cumplir 25 años sobre los escenarios y a pesar de la fidelidad que han conseguido a lo largo de un cuarto de siglo, los comentarios decepcionados se propagaban en la multitud congregada en el escenario principal.

Cierto es que tocaron los grandes hits de su carrera musical, pero lo hicieron con tal desgana que fue imposible emocionarse con ellos. Empezaron con retraso (mientras el público comentaba la visita al festival de Pedro Sánchez) y con un tema, Vamos a la playa, que hizo reír a los asistentes. Cuando el cantante neoyorquino entonó lo de I wanna be forgotten (What Ever Happened), creció la emoción... para estrellarse contra el suelo a continuación.

Alone, Together, las esperadas Last Nite y The Adults Are Talking (dos de sus mejores temas), Juicebox, You Only Live Once, Reptilia... y un encore que ofreció dos únicos epílogos: Hard to Explain y Is This It. Fue una pena ver a la última gran banda de rock abucheada por un público muy dispuesto a ser compasivo con todo menos con el descuido musical.

La noche la salvaron desde fuera. Llegó la electrónica francófona de M83 para hechizar al público con su personal viaje sonoro en las primeras horas de la madrugada, entre luces de colores, synth-pop y hits como sus Midnight City u Outro. También habían caldeado el ambiente las siempre divertidas (y llenas de talento) Cariño: María, Paola y Alicia conectaron con la audiencia y se lo pasaron en grande defendiendo su tonti-pop. Si quieres, No me convengo, Tamagochi, Llorando en la acera, Te brillan, la reciente Aún me acuerdo de todo o la maravillosa Excusas fueron coreadas por un festival que hizo récord el viernes con 110.000 asistentes.

Underworld desató la euforia de los asistentes al festival con la arriesgada puesta en escena del legendario dúo de la electrónica. Born Slippy y Trainspotting, dos de sus grandes himnos, llegaron al final, pero el intermezzo fue entretenido: Karl Hyde y Rick Smith convirtieron el festival en una rave divertida y llena de electricidad. Después, el punk viajó desde Melbourne hasta la Costa del Sol con Amyl & The Sniffers. El derroche de energía y carisma de la cantante, Amy Taylor, marcó la actuación de la banda, que arrasó con temas como Hertz.

Junto a las Cariño, el pop español voló alto con grandes actuaciones, como los incansables Lori Meyers (quizá el concierto más coreado, bailado y saltado del festival): los granadinos se entregaron con highlights como Mi realidad, ¿Aha Han Vuelto?, Luces de neón o Emborracharme, mientras Delaporte desataba su espíritu electropop con una actuación siempre brillante. Sandra y Sergio Salvi saben meterse al público en el bolsillo: afines o no, todos se vuelven fans después de bailar Cariñito, Ni un beso o el remix de Un jardín, su cover de Toro o varias canciones del álbum Las Montañas, como El Volcán, Clap Clap o Bang Bang, con la que cerraron.

El sonido (y ambiente) envolvente de La Caleta mantuvo su apuesta electrónica a la altura, en una jornada donde Call Super, Saoirse, OURI con su live set o la propuesta nacional de YUNG PRADO deslumbraron a todos los que disfrutaron del espacio más singular del festival.

Mención especial para Acid Arab, que tocó a las 4 de la mañana con un público agotado pero muy fiel. El colectivo francés-argelino fusiona la música electrónica occidental con sonidos y voces del Medio Oriente. Este 2023 publicaron su tercer álbum, titulado ٣ (Trois), que incluye ocho vocalistas invitados de todo el norte de África, Siria y Turquía y del que dieron buena cuenta en la noche del viernes.