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Lori Meyers, durante su concierto en el Palacio de los Deportes de Madrid

Lori Meyers, durante su concierto en el Palacio de los Deportes de MadridLori Meyers / Rakel Odel

Lori Meyers, un concierto histórico y la mejor forma de empezar 2024

Cinco años después, los granadinos, acompañados por un generoso elenco de amigos invitados, volvieron a tomar el exigente recinto del WiZink Center en un vibrante último concierto del año

A principios de septiembre, con el sol malagueño poniéndose en el horizonte de Cala Mijas –quizá el mejor festival español del año pasado–, Antonio López 'Noni' saltó a un escenario «menor» y comenzó a rasgar su guitarra. Automáticamente el público, algo aletargado en la segunda jornada festivalera, comenzó a corear las canciones, a bailar, a pegar saltos. A ser feliz.

Esa es la esencia de Lori Meyers. Consigue que una corriente eléctrica recorra al público que congrega ante sí; la misma corriente eléctrica que él invoca, canaliza y desprende en cada concierto. Pero el 30 de diciembre de 2023, fecha clave ubicada en ese tiempo sin tiempo que es la semana que transcurre entre Nochebuena y Nochevieja, el de Granada tenía un doble desafío: conseguir sacar (de nuevo) de su aletargamiento a los madrileños y estar «a la altura» de un concierto largo en el Palacio de los Deportes.

Lori Meyers, durante su concierto en el Palacio de los Deportes de Madrid

Lori Meyers, durante su concierto en el Palacio de los Deportes de MadridLori Meyers / Rakel Odel

Aunque no llenó, poco le faltó. Precedido por el pop de guitarras de Las Dianas y auspiciado por Cervezas Alhambra, Lori Meyers saltó al escenario lleno de energía, aunque quizá un poco falto de carisma. Pero eso dio igual. El WiZink empezaba a convertirse en una fiesta y el público esperaba los grandes éxitos de su repertorio, además del material de su último LP, Espacios infinitos, en el que desarrollan su versión más expansiva y llena de personalidad.

Empezó la noche con Seres de luz, uno de los grandes emblemas del sonido que han desarrollado en sus últimos álbumes. «Todos somos seres de luz y hemos venido a brillar», entonaba Noni, mientras los visuales y el juego de luces del WiZink le acompañaban. Y siguiendo la estela lumínica sonó Luces de neón, piedra angular de los fieles de Lori con ese coro que dice: «Tendría que reconocer que no llevo razón (pa para pa pa pa)».

Larga vida al indie pop

El indie más asentado del panorama español, que no es otra cosa que una mezcla de pop, rock psicodélico y algunas baladas que son sello también de los andaluces, uno de los grupos más queridos del género. Y también, por qué no decirlo, unos imprescindibles de las citas festivaleras estivales que, como arrancaba esta crónica, pone en pie a cualquier público.

Fluyó la noche entre temas nuevos e himnos emblemáticos, y llegaron grandes invitados en una noche luminosa. La velada contó nada menos que con cinco colaboraciones, los tres duetos con chicas con los que la banda ha colaborado: Manola en Tú ya no dices nada, Anni B Sweet en Primaveras y Kora en No me merecía la pena.

Salió al ruedo también James Bagshaw, líder de Temples, que la banda ya había anunciado en redes sociales, y sonó Hacerte volar. Todo el imaginario de Lori Meyers se concentra en ese escapismo que es un refugio del dolor, pero también en la celebración de la vida durante el camino: Planilandia, No hay excusa, Luciérnagas y mariposas (con miles de linternas móviles iluminando el espacio), Tokio ya no nos quiere, Punk, Corazón elocuente, Océanos, Zona de confort... y la luminosa Siempre brilla el sol. Un paisaje poético que llevan construyendo, con varios cambios en los componentes de la banda, desde 1998.

Lori Meyers y Anni B Sweet durante el concierto en el WiZink Center de Madrid

Lori Meyers y Anni B Sweet durante el concierto en el WiZink Center de MadridLori Meyers / Rakel Odel

Antes de dar paso al encore el Palacio de los Deportes se vino abajo con el gran tema de la banda de Granada, Emborracharme, ese golpe en la mesa de la dignidad para reclamar una relación verdadera dentro de los difíciles escarceos que marca la crudeza del siglo XX: «Pero me atrevo a contarte que yo no puedo ser tu amigo» y «Me atrevo a contarte que ya no quiero ser tu amante».

El primo de Noni salió al escenario con su guitarra flamenca y entonaron Rumba en atmósfera cero, un tema que enlaza bien con las raíces andaluzas del grupo y que puso a bailar de nuevo al público, que reclamaba ya, después de dos horas de concierto, sus temas preferidos: ¿Aha han vuelto?, Mi realidad y Alta fidelidad. Acabando por todo lo alto el concierto... y el año.

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