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29 de junio de 2024

Sheryl Crow durante su concierto en Madrid en las Noches del Botánico

Sheryl Crow durante su concierto en Madrid en las Noches del BotánicoVíctor Moreno

Sheryl Crow deja claro que 'If it makes you happy' se ha consagrado como un himno pop de los 90's

La cantante de Missouri nos trasladó a la década de los 90 con sus canciones en las Noches del Botánico aunque la lluvia cambió ligeramente los planes de la velada

Los móviles ya nunca desaparecerán de los conciertos. Incluso cuando parece que lo que suena pertenece a una generación 'offline' y se resisten a asomar por el bolsillo, de repente suena If it makes you happy y la luz de las pantallas invade la pista del Real Jardín Botánico en la Universidad Complutense. Sheryl Crow está tocando la canción que, después de casi treinta años, continúa siendo su buque insignia. La cantante estadounidense fue de menos a más en las Noches del Botánico a pesar de que las lluvias obligasen a cambiar los planes de la velada.

Las tormentas de verano en Madrid no se las imaginaba ni Sheryl Crow ni casi nadie. Porque en Madrid apenas miramos el tiempo: nunca llueve y siempre falla. Así que, aproximadamente una hora antes de que arranque la cita se desata el apocalipsis. Las hojas de los árboles se han caído con la fuerza del agua y el viento y, como en otoño, lo cubren todo. En el botánico empieza así una larga espera sin teloneros y sin música hasta que a las 21.45 horas nos arranca del ensimismamiento la voz de Tom Petty manando de los altavoces. Faltaban todavía 45 minutos.

El concierto de Jack Broadbent suspendido. De nada importa que, probablemente, fue un plus para muchos a la hora de comprar la entrada. La gente se pregunta qué ha pasado y por qué no empieza «este tío» que tiene un rollo Blues clásico muy de Missouri pero sin serlo –Broadbent es un joven británico, hijo de un músico de Powerpop–. El viaje de Inglaterra a Madrid ha sido para poco o nada. El agua ha causado estragos y el escenario tiene que estar despejado para la cabeza de cartel. Una pena.

A las 22.30 horas, con el bochornazo de una tormenta inesperada menguando, Mick Jagger entona Start me up y, al ritmo de Keith Richard, entra Sheryl Crow y su banda. Empiezan a sonar las guitarras de Real Gone con la que sí es, de verdad, de Missouri un poco apagada; aunque dándolo todo con la harmónica en su primer tema. Todavía estaba calentando motores. «Crazy night», confiesa la artista mientras lamenta que «muchas cosas no están funcionando», como las imágenes que deberían verse en el escenario, tras ellos. Pero ella deja claro que está «feliz». Lo dice una y otra vez.

La noche sigue y suena Run, baby run, de su primer álbum. Continúa con una sorpresa un poco agridulce. Jack Broadbent se sube con ellos al escenario para acompañarles en una de sus canciones señera, pero no la que más, el All I wanna do. Sentado con la guitarra boca arriba en su regazo, da una clase magistral del 'slide' siguiendo a la estadounidense y a la banda y dándole el toque castizo de Missouri que se echa en falta entre el pop predominante de Crow.

El público sí se sabe ahora la letra. El concierto no defrauda y es lo que se esperaba. Sheryl canta todas las canciones que la hicieron conocida de forma ininterrumpida desde que ha arrancado el concierto. De hecho, casi hasta el final, no abandonará sus grandes himnos.

Llega My favourite mistake, la polémica Leaving Las Vegas, y Strong Enough mientras las tormentas van perdonando. Después de una ronda de las de siempre suena Evolution, el single que da nombre a su undécimo, y último, álbum de estudio. Un disco y una canción, Evolution, que recuerdan a voces como la de Madonna (con su vocoder) o Pink; y por eso no es de extrañar que lo produzca Mike Elizondo.

Crow se prestó a cantar sus clásicos

Con Evolution la cantante consiguió venirse arriba y la emoción del público fue en aumento con The first cut is the deepest; tras la mención especial a su compositor Cat Stevens. Después vino Cross creek road como antesala a lo que todo el mundo estaba esperando, el momento del If it makes you happy, de lejos la canción que más quería escuchar el público, digan lo que digan. Si no, no habría sido el momento elegido para inmortalizar el concierto y, por qué no, compartir en redes sociales este himno pop que todo el mundo conoce. Soak up the sun mantuvo el furor tras el gran himno y también lo hizo Everyday is a winding road, última canción 'oficial' que sonaba en el concierto mientras las últimas filas empezaban irse.

Los fans ya no conceden ni un minuto a las bandas, ni aunque se mantengan fieles a los 'bises'. Ni aunque, a pesar de haber sacado nuevo disco, el artista se preste a tocar todas sus canciones viejas, las conocidas. A pesar de los precios, ya nadie tiene tiempo para disfrutar hasta el final del concierto. Ya nadie quiere esperar para conseguir un taxi ni aunque Sheryl Crow ponga el broche final con Steve Mcqueen. Solo unos pocos de los que se van se dan la vuelta al escuchar de nuevo su voz. Un minuto y medio ya es hacerse de rogar, no se lo vayan a creer.

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