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Nick Cave durante su concierto en el Palau Sant Jordi de Barcelona

Nick Cave durante su concierto en el Palau Sant Jordi de BarcelonaEFE

Un Nick Cave místico detiene el tiempo en Barcelona con un rock reposado y a la vez salvaje

La gira Wild God llevó a Barcelona a Nick Cave como parada previa antes de desembarcar esta noche en Madrid

El Nick Cave de Wild God es un músico diferente al de hace años. En concreto, al Nick Cave de antes del fallecimiento de dos de sus hijos en 2015 y 2021.

La traumática experiencia ha hecho que el cantante australiano experimentara una metamorfosis. Ahora es un músico más introspectivo, más místico, más auténtico. Todo ello se refleja en su nuevo álbum, Wild God, y en sus actuaciones, como pudieron comprobar anoche quienes asistieron en el Palau Sant Jordi.

Nick Cave ofrecerá un segundo concierto en Madrid

Nick Cave ofrecerá un segundo concierto en MadridEFE

Acompañado de su banda, The Bad Seeds, Cave ofreció en Barcelona un recital casi religioso con dos horas de puro rock, más reposado, más intelectual, pero rock, al fin y al cabo.

En cuanto a los temas, los contundentes y duros temas de Wild God han casi monopolizado el concierto, con canciones llamados a convertirse en clásicos de su repertorio como Frogs, Songo of the Lake, Long Dark Night o Wild God.

Junto con esas canciones, Cave interpretó también algunos de sus viejos clásicos, como Red Right Hand, ya hacia el final del concierto, probablemente su tema más popular en este momento gracias a la difusión de la canción en la serie Peaky Blinders.

Un público entregado acompañó a Nick Cave en Barcelona

Un público entregado acompañó a Nick Cave en BarcelonaEFE

El tono místico del concierto ya quedó subrayado desde el principio con O Children, canción que tiene ya 22 años y que cantó junto con un coro de mujeres vestidas con ropajes blancos.

Otro de los grandes momentos llegó con Frome Her to Eternity, para muchos la mejor canción de Nick Cave, que trajo con ella una verdadera tormenta de rock post punk que rompió con el tono espiritual de la velada.

Así transcurrieron las dos y media del concierto, donde la contundente y operística voz de Cave alternaba alaridos desgarradores con tenues susurros ante un Palau Sant Jordi con 18.000 asistentes completamente entregados.

En definitiva, el concierto de Nick Cave en Barcelona ha sido una maravillosa muestra ecléctica de rock con el personalismo sello del australiano, que demostró seguir en plena forma física y artísticamente a sus 67 años, y plenamente recuperado tras el duro golpe que supuso la trágica muerte de sus hijos.

Veamos que sucede esta noche en Madrid.

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