El músico de jazz afable y amigable que se lio a tiros con un rival y terminó en la cárcel

Uno de los elementos que aumentan la magia de la película Midnight in París, para muchos la última película buena de Woody Allen, es el tema Si tu vois ma mere, del saxofonista estadunidense Sidney Bechet.

Este tema resume como ninguno la música del jazzista de Nueva Orleans, uno de los grandes renovadores del jazz cuya música lo convirtió en género internacional.

En el caso de Bechet, a él se le debe, el haber exportado el jazz de Nueva Orleans a Francia y el desarrollo de un género francés de jazz. Mérito que comparte con, esta vez francés y guitarrista, Django Reinhardt, quien al fusionar el swing con la música gitana dio lugar a un estilo nuevo, el manouche o jazz gitano.

Volviendo a Bechet, está considerado uno de los ases del jazz de Nueva Orleans, junto con otras figuras como Louis Armstrong o King Oliver.

En el caso de Bechet, su carácter afable, su aspecto bonachón y, ya de anciano, su imagen entrañable, lo convirtieron en la versión afable y buena del jazz que contrastaba con otros músicos muy de los bajos fondos y de reputación dudosa.

Con todo, la biografía de Bechet, sin ánimo de manchar su nombre, estuvo marcada por un caso asunto, y es que, a la salida de un local en el barrio parisino de Montmartre –que en aquel entonces no tenía nada de turístico ni agradable rincón parisino de hoy–, Sidney Bechet se lió a tiros con otro músico por una trifulca, hirió por error a una mujer que pasaba por allí y fue condenado a prisión.

Bechet, siempre unido a su saxo soprano –imposible de confundir por su aspecto más parecido a un clarinete que a un saxofón– recaló en París en 1925 tras una exitosa gira europea con el grupo musical La Revue Nègre.

Fue en París, en los locales de jazz que proliferaban a orillas del Sena, donde Bechet se hizo grande, donde su nombre quedó grabado en los anales del jazz.

Sin embargo, la afición del saxofonista a los cabarets y a las malas compañías le labraría su perdición.

En 1928, a la salida de un local, se metió en una pelea con el bajista Mike McKendrick, procedente de Chicago, con el que tenía varias cuentas pendientes. El incidente lo detalla el portal especializado Los latidos del jazz, a partir de la biografía autorizada por el mismo Bechet.

A mitad de la pelea, parece ser que McKendrick sacó una pistola y disparó contra el saxofonista. El afable Bechet, por su parte, sacó la suya y disparó contra el de Chicago. Pero tampoco le alcanzó. Por el contrario, los disparos de la pistola de Bechet alcanzaron a otro músico, llamado Glover Compton, y a una mujer que pasaba por allí y que no estaba implicada en la trifulca.

Sidney Bechet fue detenido, juzgado y condenado a once meses de cárcel. Lo cierto es que Bechet ya tenía antecedentes de conflictivo. Unos años antes, en 1922, se vio inmerso en un incidente similar en Londres tras pelearse con una prostituta y, como resultado, repatriado a Estados Unidos.

Tras cumplir la condena fue expulsado de Francia. Después de pasar por Alemania regresó a Estados Unidos, donde terminó de labrar su fama como uno de los grandes renovadores del jazz.