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Una escena de 'Falsestuff'

Una escena de Falsestuff@geraldineleloutre

'Falsestuff' y la muerte de las musas: ¿existe algo original, o es todo una copia?

El Teatro Valle-Inclán acoge la obra teatral de Nao Albet y Marcel Borràs, que se plantean los límites entre original y copia en un homenaje al teatro y a sus diferentes estilos en uno de los mejores montajes de la temporada

André Fêikiêvich es un falsificador de arte empeñado en captar a la perfección la esencia de las obras que falsifica. Esta sublime capacidad se convertirá progresivamente en una obsesión que le llevará a explorar hasta límites insospechables su práctica. Los actos fraudulentos de André despertarán la furia de Boris Kaczynski, un reconocido y peligroso connoisseur de arte que, en el intento de atraparlo, se dará cuenta de que las pistas que sigue han sido falsificadas hasta el punto que le resultará imposible distinguir realidad y falsedad.

Esta es la sinopsis de Falsestuff. La muerte de las musas, pero en realidad no explica nada. En un montaje que hace saltar por los aires el tradicional esquema de introducción, nudo y desenlace para introducirnos en un metateatro delirante, arriesgado y sublime que vuela la cabeza al espectador.

Escrita y dirigida por Nao Albet y Marcel Borràs, este montaje supone la vuelta de la pareja de creadores catalanes al Centro Dramático Nacional tras el éxito arrollador de Atraco, paliza y muerte en Agbanaspäch (Teatro María Guerrero, 2021) y de la enloquecida Mammón, donde brilló Irene Escolar en el Espai Lliure en 2015.

Son estos jóvenes trifásicos: escriben, actúan y dirigen con una imaginación desbordante y una inteligencia que no se queda atrás. Humor, vitalidad, locura y, sobre todo, constantes cambios de forma. Ahora siguen esa estela con una función mutante, donde alternan la narración y el diálogo, la proyección y el baile. Cantan, hablan como si el Espíritu Santo se hubiera cernido sobre ellos (hasta ocho idiomas llegamos a escuchar: inglés, chino, alemán, lituano, castellano, galés, italiano y francés) e incluso desdoblan la escena en un apasionado juego de mesa que, con cámaras, nos narra en formato audiovisual parte de la historia. Difícil de explicar aquí, pero facilísimo de entender cuando lo tienes delante.

Los protagonistas jugando al juego de mesa que narra parte de la trama de 'Falsestuff'

Los protagonistas jugando al juego de mesa que narra parte de la trama de Falsestuff@geraldineleloutre

Albet y Borràs abordan el valor de la originalidad en las artes y someten a un juego escénico los límites entre el original y la copia. Lo hacen a través de su peculiar lenguaje: una mezcla de estilos que en esta nueva propuesta se revela ambiciosa y vuelve a dinamitar las estructuras convencionales, tanto narrativas como de puesta en escena. Thriller, danza teatro, teatro documental, metateatro, teatro posdramático, y hasta western sobre las tablas. Todos los géneros caben en una obra que, escena tras escena, va revelando la vida de André Fêikiêvich. Pero ni los personajes ni el público acaban pudiendo discernir entre ficción y realidad, entre copia y original.

¿Qué sucede cuando de plagiar obras de arte se pasa a plagiar obras de teatro? ¿Puede una obra ser falsificada, imitada? Si la obra se crea en el presente, mientras se hace, ¿es siempre original? Esta compañía teatral, real y ficticia a la vez, dentro y fuera de la escena a un tiempo, que rompe la cuarta pared y corre por el hall y las escaleras del teatro, que utiliza elementos externos y probablemente todos los recursos de los que puede disponer un dramaturgo, es extravagante, original y sumamente divertida.

Un homenaje al teatro

Para reconstruir la vida del protagonista, André Fêikiêvich, se narran episodios clave de su vida, y cada uno en un estilo teatral, que incluye la alta comedia italiana, un soliloquio en francés (citando y declamando a Molière) y teatro de objetos con vídeo en directo, entre los anteriormente citados. Así, la obra cuenta la historia de una compañía que falsifica espectáculos de otros a través de escenas que a su vez falsifican estilos de otros... Tiene altas dosis de ironía, de autoparodia y también directamente de vacile.

La escena del ¿falso? coloquio con el público de 'Falsestuff'

La escena del ¿falso? coloquio con el público de Falsestuff@geraldineleloutre

Hay incluso una divertidísima escena extremadamente realista en la que fingen hacer un coloquio con el público (nosotros) como los que se hacen después de algunas funciones. ¿Pero es falso? Probamos a levantar la mano, hicimos una intervención, la contestaron con altas dosis de improvisación. Era todo un juego (de eso va el teatro) en el que nosotros aceptamos sus normas, y aceptamos también jugar a adivinar a quién copian o falsifican cada vez, desde Castellucci a Tarantino (pistolas de fogueo y sangre falsa incluidas).

Cuentan los propios creadores que la idea nació precisamente de ser incapaces de encontrarse con nada original en el teatro. «La semilla de este espectáculo surgió durante una temporada en la que no parábamos de ver en los escenarios teatrales las mismas ideas repetidas, como si las creadoras y los creadores se hubieran puesto de acuerdo vía grupo de Whatsapp. Castillos hinchables tipo feria, recreaciones de La lección de anatomía de Rembrandt o cabezudos al estilo fiestas de pueblo. ¿Por qué ocurría todo aquello? La posibilidad de que detrás de dichas repeticiones hubiera un complot pergeñado entre los artistas para reírse de nosotros (incultos espectadores) nos satisfacía mucho más que la triste realidad. ¿Y si la aparición repetitiva de esos cabezudos lo único que hacía era vaticinar el fin del arte tal y como lo conocíamos?», relatan.

El genio y las copias

Citando a Giordano Bruno y a Immanuel Kant, los geniales dramaturgos recorren el concepto del genio, que definen como «una facultad humana sacralizada que permite distinguir entre artistas con un esforzado talento y creadores innatos, geniales; un creador que gracias a un don natural es capaz de generar belleza sorprendente de forma propia y original». Ambos filósofos subrayaban la idea de que era solamente el genio quien podía producir la experiencia profunda del arte y anteponían la figura de éste a la del artesano, «un trabajador incansable que gracias a la técnica podía reproducir, solo reproducir, las hazañas del genio».

Marcel Borràs y Nao Albet escribe, dirigen y protagonizan 'Falsestuff', en el Teatro Valle-Inclán hasta el 25 de junio

Marcel Borràs y Nao Albet escribe, dirigen y protagonizan Falsestuff, en el Teatro Valle-Inclán hasta el 25 de junio

Ellos mismos confiesan su deseo de falsificar, alejados de los eufemismos de la inspiración o la referencia: «Llegados a este punto, es muy probable que el único camino que podamos andar sea el de la copia sin complejos de todo aquello que nos gusta y emociona, de forma descarada, renunciando al sueño de una originalidad ya extinguida».

Todo ello, salpicado por un elenco de nueve intérpretes de muy diversas nacionalidades y perfiles artísticos que dan vida a más de 50 personajes diferentes: a los creadores y también actores Nao Albet y Marcel Borràs les acompañan en escena Naby Dakhli, Thomas Kasebacher, Joe Manjón, Johnny Melville, Diana Sakalauskaité, Laura Weissmahr y Sau-Ching Wong. Es la mejor función de estos artistas que escriben, actúan y dirigen con una imaginación desbordante. Imperdible.

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