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George Foreman en 2016

George Foreman en 2016

George Foreman, el campeón de los pesados que abrazó a Dios y recuperó el título veinte años después

Hoy cumple 73 años 'Big George', que perdió su cinturón a los 25 frente a Muhammad Ali y lo recuperó a los 45 contra Michael Moorer

George Foreman, que cumple hoy 73 años, fue uno de los dos protagonistas del que para muchos fue el mejor combate de la historia del boxeo. El Rumble In The Jungle, disputado el 30 de octubre de 1974 en Kinshasa, en Zaire, fue un espectáculo promocionado por el gran poder mediático y propagandístico de Muhammad Ali, que volvía a pelear tras la sanción de tres años por negarse a cumplir con el servicio militar. 

Big George tenía 25 años y era el campeón. Ali ya había empezado meses antes a ganar aquella lucha en mitad de la selva. El propio Muhammad lo admitió después: «Trabajé con los nervios de Foreman. Mientras le hablaba me daba cuenta de que él se desesperaba. Y que caía con facilidad en la histeria. Eso era lo que yo quería. Pero ¿qué pasaba?: no sólo mis palabras lo molestaban. Cuando Foreman llegó al ring ya estaba muy nervioso, destrozado. Él quería terminar la pelea cuanto antes, estaba cansado de la expectativa, de Kinshasa, del clima que lo rodeaba y de todo. Yo, en cambio, gozaba con ese misterio que formaba cada día de mi estancia allí. Me preparé para hacer de cuenta que vivía en un paraíso, que el calor era saludable, que la comida era un manjar, que la gente era la más maravillosa del mundo, que la postergación fue una bendición de Alá que todo era bueno, lindo favorable. En cambio, él no. Todo llegó a molestarlo, a aburrirlo, a desequilibrarlo. Es más, el día de la pelea corrí cinco millas y aquellos suburbios me parecían los Campos Elíseos de París; en cambio él se la pasó encerrado como un león enjaulado, esperando ocho horas que lo llevaran al estadio. Era lógico: al subir al ring yo estaba con mi fuerza física bien lograda y con un gran respaldo de tranquilidad. Esto es lo principal para un boxeador. Foreman parecía un loco», relató.

Muhammad Ali esquiva un directo de George Foreman en el 'Rumble in the Jungle'

Muhammad Ali esquiva un directo de George Foreman en el 'Rumble in the Jungle'

Un loco propiciado por el «bocazas» Ali, bendecido por su dios y por un entrenamiento tan bien publicitado que pareció que Foreman, abandonado por el público («Ali bomaye» (Ali, mátalo), gritaba) y por su Dios (o por su entrenador, del que aseguró en sus memorias, Dios en la esquina, que le había drogado dándole agua al principio del combate con sabor a medicina) se había descuidado en su preparación. Un truco imposible, pero real, conociendo la seriedad de Foreman en ese aspecto. 

La depresión y la religión

El caso es que el campeón fue noqueado por el aspirante en el octavo asalto: «Una mano de derecha le cambió todos los planes. El jamás se imaginó que yo podría pegarle. Lo engañé como a un niño porque toda mi publicidad estuvo en que yo bailaría. El descontó que yo no me animaría a pegarle. Cuando lo hice le cambié todo el esquema. Lo obligué a pensar, le transfería la responsabilidad. No gané ni con la derecha del octavo round ni con mis combinaciones perfectas de todas las vueltas; gané, estoy seguro, con palabras y esa derecha del primer asalto».

Un año antes el joven Foreman había tumbado seis veces al mismísimo Joe Frazier. Una gesta en la que sin embargo fue el malo para el público debido a su carácter hosco, la llave que supuestamente usó el astuto Ali para entrar en ese fortín. Un castillo que se derrumbó parcialmente por la depresión tras la derrota, y completamente dos años después, luego de varios años dudosos, cuando cayó enfermo en el vestuario después de que lo tumbara Jimmy Young en el último asalto de su última pelea antes de decidir convertirse en reverendo.

Joe Frazier en su época de gloria durante una rueda de prensa

Joe Frazier en su época de gloria durante una rueda de prensa

Diez años después, Foreman asombraría al mundo anunciando su regreso al boxeo con 38 años. La religión había cambiado al antaño desabrido púgil. Convertido en exitoso empresario cárnico, inició su camino hacia el campeonato mundial logrando al fin su objetivo de pelear por el título cuatro años después ante Evander Holyfield, con el que perdió a los puntos pese a conseguir ponerle en dificultades. Dos años después lo volvió a intentar, pero volvió a caer derrotado a los puntos frente a Tommy Morrison (el que años antes fue pupilo cinematográfico de Rocky en Rocky V). Restarían aún tres años para disponer de una nueva oportunidad ante Michael Moorer. Fue inicialmente rechazado por edad, pero finalmente aceptado tras apelar por discriminación. Un combate que parecía decidido hasta que una derecha de Big George derribó a Moorer

El «monstruo» Tyson

George Foreman tenía 45 años, el campeón de más edad de la historia. Habían pasado veinte años desde que obtuvo el título por primera vez. Dicen que hubo desacuerdos posteriores con el promotor Don King en la idea de enfrentarse a Mike Tyson, pero la realidad, según el propio Foreman (que en sus últimos tiempos no se sentaba entre asaltos para no tener que levantar tanto peso) fue el miedo: «Ese tipo era una pesadilla en el ring. No quería tener nada que ver con él, no quería ninguna parte de Mike Tyson. Era un monstruo. Se te echaba encima con la izquierda y luego con la derecha y te golpeaba. Era la clase de tipo que ves en una pesadilla y sólo quieres despertarte para decir:  «Me alegro de que sea un sueño»». Un terror que también pareció tener precisamente «el terror del Bronx»: «Él simplemente no quería pelear conmigo, y era porque temía tener que decir que no pudo vencerme, y eso que decía que cuanto más grandes, más duro caían». Pero no George Foreman, más allá de las bravatas boxísticas, que cuando más grande fue, menos cayó.

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