¿Hay alguna esperanza para el ciclismo español en el Tour de Francia?

No había terminado la primera etapa del Tour de Francia y el sueño amarillo de Enric Mas se había esfumado. El de Movistar Team se presentaba en Bilbao con el objetivo de luchar por el podio de la ronda gala y una caída ponía punto y final a su participación a la primeras de cambio. La afición española se queda sin su baza más notable para la lucha por la clasificación general, pero todavía quedan alicientes y ciclistas que pueden ser noticia.

El hombre que debe coger los galones de primer espada entre los españoles es Mikel Landa. El vasco es una eterna esperanza que, sobresaliente por sus ataques, ya sabe lo que es terminar dentro del top 5 del Tour. No está entre los grandes favoritos de una edición marcada por el duelo entre Tadej Pogacar y Jonas Vingegaard, pero puede ser un animador en las jornadas de montaña. Y, es que, ese es el gran objetivo español este año, ganar una etapa.

Un papel parecido podría tener su compañero Pello Bilbao, que ya en la etapa con final en San Sebastián puso en jaque al pelotón con un ataque en pleno descenso de Jaizkibel y que se ve favorecido por un recorrido que premiará a corredores valientes con potencial en la subida y pericia en la bajada. Además de Bilbao, entre los 14 ciclistas nacionales que empezaron el Tour hay otros cazaetapas de reconocido prestigio como Luis León Sánchez y Omar Fraile, que logró en 2018 la última victoria española en la Grande Boucle.

El abandono de Enric Mas ha dado un vuelco a las expectativas del Movistar Team en este Tour. Sin un líder claro, los telefónicos tendrán que luchar por victorias parciales en todos los terrenos. Cuentan con un hombre rápido como Alex Aranburu y con dos corredores que, seguro, veremos en las fugas de categoría: Gorka Izaguirre y Antonio Pedrero. David de la Cruz, en Astana, también debería estar entre los escapados en alguna jornada importante

El futuro se hace presente

Pero, si hablamos de esperanzas para la afición española, hay dos nombres que deben resonar con más fuerza que los demás: Juanpe López (Trek) y Carlos Rodríguez (Ineos). Ellos son el presente más prometedor del deporte de la bicicleta y debutan en el Tour con opciones de ser protagonistas.

Juanpe López demostró en el pasado Giro de Italia que sabe sufrir y pelear. Lució la maglia rosa durante diez etapas y terminó como mejor joven de la edición. Se estrena en el Tour a los 25 años y en un equipo que no cuenta con un líder claro, lo que supone una ventaja a la hora de tener el visto bueno en caso de arriesgar. El Trek intentará llevarse algún triunfo parcial con Pedersen o Stuyven en las etapas más llanas y apostará por el español y el italiano Ciccone cuando la carretera mire hacia el cielo

Por último, Carlos Rodríguez pedalea camino a París con solo 22 años y en un Ineos que debería fiarlo todo al resurgir de Egan Bernal. Sin embargo, ya en la primera etapa en Bilbao, fue el de Almuñécar y no el colombiano el que aguantó en el grupo de favoritos. Una imagen que demuestra el potencial de un corredor que está llamado a coger el testigo de los grandes de un ciclismo español que vive su particular camino por el desierto tras una época dorada en la que ganar era lo habitual y que terminó tras el adiós de Alberto Contador.