El inesperado cambio en el asesinato del padre de Michael Jordan 31 años después

El 23 de julio de 1993 todo Estados Unidos se quedó petrificado cuando descubrió que James Jordan, padre de Michael, fue asesinado cuando estaba durmiendo en su coche al lado de una carretera en Lumberton (Carolina del Norte). El Lexus en el que estaba descansando el padre de Michael fue un regalo que le hizo el jugador de los Chicago Bulls.

Los asesinos fueron Daniel Green y Larry Demery y ambos fueron arrestados y condenados a cadena perpetua. En el juicio, Green declaró que la intención de los dos jóvenes de 18 años era entrar a robar en un motel, pero cuando vieron el lujoso coche estacionado en la carretera decidieron acabar con la vida de James Jordan.

Según el testimonio de Demery, el padre de Michael Jordan despertó y cuando preguntó qué estaba sucediendo fue cuando se produjo el disparo que mató a James y dijeron la siguiente frase: «Creo que hemos matado al padre de Michael Jordan».

Una vez asesinado, Green y Demery llevaron el cadáver de James Jordan a un pantano ubicado cerca de la localidad de Bennettsville, en Carolina del Sur, y ahí fue abandonado. El suceso, como es lógico, conmocionó a todo el país estadounidense y los dos asesinos fueron condenados.

Sin embargo, 31 años después del asesinato de James Jordan se ha conocido que en los últimos tiempos han surgido dudas sobre la culpabilidad de Green. Porque las pruebas del médico forense no revelaron resultados concluyentes sobre la presencia de sangre y, por esa razón, el juez ha solicitado su liberación al considerar que la persona equivocada puede estar entre rejas.

Esta decisión ha generado un intenso debate, ya que se considera que la justicia no actuó correctamente en uno de los casos más sonados de la década de los 90 en Estados Unidos.