Así fue (o no)Mariano Rajoy

Albania es singular, como la financiación de la que se habla ahora…

Algunos dirán que era igual lo que ocurriera porque ya estábamos clasificados, pero esos mismos echarían pestes si hubiéramos perdido o empatado

Actualizada 23:30

Estamos igual que ayer. Para ser más precisos, nada ha cambiado tras el último partido con Italia el pasado jueves en el que nos aseguramos matemáticamente el primer puesto del grupo.

Hoy hemos ganado, el seleccionador ha dado descanso a la mayoría de los teóricos titulares y quienes han defendido la camiseta de la selección española han estado a la altura de lo esperado. Hemos jugado y hemos triunfado. Algunos dirán que era igual lo que ocurriera porque ya estábamos clasificados, pero esos mismos echarían pestes si hubiéramos perdido o empatado. Hay mucho listo, si yo les contara…

Albania es una selección singular, como la financiación de la que se habla ahora en algunos despachos llenos de gente imaginativa. Albania nunca fue a un Mundial, tampoco a unos Juegos Olímpicos, está en el puesto 66 de la clasificación FIFA, no tiene a Vinicius Jr. y es la segunda vez que participa en una Eurocopa. Pero convenía tomarla en serio. En 2016, en la fase de clasificación para la Eurocopa de aquel año le ganaron a Portugal, que a la postre fue la campeona. No hay que olvidarlo, sobre todo a la hora de juzgar el trabajo de nuestra selección en el día de hoy.

Conviene tener presente también que el 73 % de sus jugadores ha nacido fuera de Albania y fueron descubiertos por inteligencia artificial, y que es el equipo con más multas y sanciones de la Eurocopa. Todo esto no da buen rollo y afecta también a los rivales.

Pero esto ya es historia. Ahora toca mirar al futuro, es decir, a donde vamos a estar. Resérvense el domingo día 30, no hagan planes, al menos a partir de las 21 horas. Entonces jugaremos los octavos de final. No sabemos aún contra quien, yo por lo menos, pero sea quien sea el rival, solo habrá una alternativa: ganar y eliminarlo, así pasaremos a cuartos de final. En caso contrario, vuelta a casa. Y no lo queremos al menos tan pronto.

El partido se celebrará en Colonia, una ciudad ubicada en el estado alemán de Renania del Norte-Westfalia, que cuenta con una catedral gótica que fue el edificio más alto del mundo en su momento. Merece la pena conocerlo a pesar de sus vecinos: una estación de ferrocarril sin duda espléndida pero que muy bien podría estar en otro sitio.

Yo soy optimista, como lo era tras la victoria frente a Croacia y luego ante Italia. De hecho, estoy preparándome para el partido del día 5 a las 18 horas. Será en Stuttgart, ciudad en la que tienen su sede Mercedes Benz y Porsche, entre otras muchas industrias. Allí tendrán lugar los cuartos de final y allí estaremos (eso espero). Probablemente contra Alemania, que si ayer no hubiera empatado en el último minuto con Suiza estaría en el otro lado del cuadro.

Pero las cosas son como son. Los nuestros no podían evitarlo y por eso no lo hicieron. Si eso es bueno o malo no es ahora el momento de analizarlo. Será otro día. En cualquier caso, ya adelanto que la respuesta a esta cuestión dependerá del resultado. Por tanto, será bueno o no, como siempre en fútbol, y en tantas y tantas facetas de la vida.

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