Cristiano Ronaldo pidió perdón a los aficionados después de marcar el panalti en la tanda
Así latió el corazón de Cristiano antes de tirar su penalti en la tanda: el dato que revela que es de hielo
En la gráfica se puede observar el ritmo cardíaco del Bicho durante la tanda de penaltis frente a Eslovenia en los octavos de final
Cristiano Ronaldo vivió una noche de auténticas emociones en el partido de octavos de final contra Eslovenia del pasado lunes. El portugués generó ocasiones, se desesperó por no marcar ningún gol, y para colmo falló un penalti en la primera parte de la prórroga que podría haber dado el pase a cuartos a Portugal.
El Bicho terminó llorando, estaba devastado después de haber errado el penalti y sus compañeros estuvieron consolándole. Él mismo sabía que había echado a perder una oportunidad perfecta. Finalmente, Portugal se clasificó para los cuartos de final después de que Diogo Costa detuviese los tres lanzamientos a Eslovenia. Cristiano chutó el primero para Portugal y lo marcó. El luso se puso a pedir perdón a los aficionados en la grada después de haber errado su anterior lanzamiento.
«Tristeza inicial y alegría al final, eso es lo que te da el fútbol, es inexplicable», así lo explicó el luso tras finalizar el choque. Cristiano ha publicado una gráfica a través de la aplicación Whoop, que muestra las pulsaciones por minuto a las que latía su corazón durante toda la tanda de penaltis decisiva. Una gráfica que demuestra que el Bicho es de hielo.
En la gráfica se puede observar que su corazón llegó a latir a más de 170 pulsaciones por minuto con el pitido final de la prórroga, justo antes de empezar la tanda. Los más sorprendente de estos datos se muestran en el momento en el que el Bicho tiene que lanzar su penalti.
Gráfica de las pulsaciones por minuto de Cristiano durante la tanda de penaltis
Observamos que Cristiano es un jugador muy experimentado, que se mantiene frío y es capaz de calmarse en un momento tan importante y en el que necesita concentración. Su corazón empezó a latir más lento y el portugués consigue disminuir su ritmo cardíaco hasta las 100-110 pulsaciones por minuto. Justo después vuelven a subir a 150 pulsaciones cuando ve que su lanzamiento ha entrado en la portería.
El cinco veces ganador del Balón de Oro vuelve a mantener la calma con el segundo gol en la tanda de su compañero Bruno Fernandes, pues los eslovenos ya habían fallado sus dos primeros lanzamientos y Portugal tenía el pase a cuartos prácticamente asegurado. De hecho, se le pudo ver por primera vez sonriendo en el partido. Su ritmo cardíaco se vuelve a disparar hasta las 180 pulsaciones por minuto con el lanzamiento definitivo de Bernardo Silva, que le daba el pase a Portugal.
